Alberto Mayol: “Mi sensación de lo que hemos construido como país no es buena”

El connotado académico de la Facultad de Administración y Economía (FAE), critica las decisiones que afectaron la educación pública, indicando que se "optó por destruir la política en las universidades, estratificar a los estudiantes en su formación, y que cada uno estuviéramos en castas determinadas”.

Alberto Mayol Miranda tiene menos de 40 años, y ya cuenta a su haber con un generoso currículum. Además de ser Sociólogo y Magíster en Ciencia Política por la Universidad de Chile, es Licenciado en Estética por la Universidad Católica de Chile. Su búsqueda por el conocimiento ha traspasado las fronteras nacionales, llevándolo a proseguir  estudios en la Universidad Complutense de Madrid, donde obtuvo el DEA en Teoría Sociológica y ya es candidato a Doctor en  Sociología.

Profuso lector, confiesa que cuando las charlas, el trabajo académico y el desarrollo de nuevos trabajos de investigación se lo permiten, “puede leer hasta dos novelas a la semana”. Disfruta con escritores de la talla de Franz Kafka, Henry Miller, Samuel Beckett, Raymond Carver, G.K. Chesterton y Alessandro Baricco, entre otros. A la hora de tratar de comprender a la sociedad actual, y la chilena, cree que una obra ejemplar es “La Peste”, del escritor argelino Albert Camus. Su interés por la  literatura lo ha llevado a la radio de  su antigua  Casa de Estudios, donde hace más de cuatro años conduce “La República de las letras”, espacio donde difunde y comenta obras fundamentales de la literatura mundial.

En el marco de  su producción académica, ha escrito varios libros que retratan la sociedad nacional. En 2011 publicó “El Derrumbe del Modelo” -que lo llevó a la ENADE del mismo año-, y  develó la crisis del sistema chileno de mercado instaurado en el país durante la dictadura. Le siguió “No al Lucro”, donde continuó explorando la temática del movimiento social, y el lucro como concepto clave. Finalmente, “El Chile Profundo”, su última obra, propone, entre otras cosas,  matrices o modelos mediante los cuales se reproduce la desigualdad en el país.

En noviembre del año pasado (2013), se integró a la Facultad de Administración y Economía de la Universidad de Santiago de Chile (FAE). Al intentar indagar en las razones que lo llevaron a integrarse a esta institución, acude a su respuesta la posibilidad de seguir contribuyendo al país desde su quehacer como investigador de la realidad nacional. “Me atrae mucho estar en un lugar donde pueda desarrollar proyectos de investigación, que es lo que más me interesa en relación al trabajo académico, y esos proyectos vincularlos al ejercicio de la docencia”, afirma. ¿Qué terminó por convencer a Alberto Mayol? Tal vez la oportunidad de afianzar en nuestra alma mater, el desarrollo de  estudios en el campo de la sociología. “En el área que yo trabajo, la investigación todavía en la Universidad de Santiago es más bien escasa.  Hay centros que hacen bastantes labores, pero no es una actividad recurrente”. Por eso- concluye-  “aquí estamos tratando de consolidar esas líneas de trabajo”.

Creación de la carrera de Sociología

Corría el año 2012, y el Rector Juan Manuel Zolezzi, en el marco del 163° aniversario institucional, esbozaba la posibilidad de crear la carrera de Sociología. Para Alberto Mayol, la concreción de dicho proyecto puede significar un plus relevante para nuestra Institución. “Las ciencias sociales hoy día van a tomar un cariz importante, y una universidad como la de Santiago no debería desatender ese proyecto. Me parece – agrega- que hay una oportunidad muy grande de darle un tono distinto a este Plantel”.

A juicio del sociólogo, las condiciones de ingreso al mundo de las ciencias sociales, para ofrecer un camino interesante, están totalmente abiertas. En este sentido, el académico ve como una atractiva posibilidad la creación de centros de investigación que, constantemente, estén generando conocimiento para el país. Entendimiento, que pueda ser utilizado con eficiencia, por ejemplo, en el desarrollo de políticas públicas, porque “tengo la impresión que hay muchos datos que se usan insuficientemente a nivel de país”, concluye.

Proyectos de Investigación

Hablar con Alberto Mayol, sobre su quehacer investigativo, es quizás  entablar una larga, abierta y franca conversación alrededor del ser humano y sus problemáticas atingentes a su vida  en comunidad.  Su agenda está cargada de indagaciones en torno  a la realidad nacional, al intento por comprender lo que sucede dentro de la sociedad chilena. Por ejemplo, tiene un proyecto que trata sobre  malestar social en Chile. Tomando como eje central el movimiento estudiantil del año 2011, el estudio se centrará en describir aquella manifestación  por dentro, así como también las relaciones de este con otras expresiones  durante la misma época. En este sentido Alberto Mayol- según explica- pretende vislumbrar qué aportes se pueden hacer desde esta experiencia y análisis a la comprensión de las nuevas acciones colectivas.

Además, tiene dos proyectos en carpeta: uno, sobre una relectura del término descentralización desde una perspectiva  multidimensional; y otro, un análisis acerca de la hermenéutica del poder judicial. Es decir, cómo ha variado la forma en que el poder judicial lee sus propios casos, a partir del cambio del patrón de conducta política desde el año 2011.

Finalmente, dos libros asoman en su horizonte. El primero, realiza una exploración del ciclo político actual en Chile y  el surgimiento de la Nueva Mayoría. “Como todos los acontecimientos ocurridos hasta antes que comenzara el gobierno de Michel Bachelet, configuraron un  proceso social específico- fuerte dinamismo, grandes transformaciones, exigencia de cambios estructurales- y como la coalición de gobierno administra ese escenario”, explica Mayol.  Según el académico “la Nueva Mayoría administra políticamente muy bien el escenario, logra parase en el territorio que no era de ellos, pero al mismo tiempo no es capaz de resolver el proceso político y social que es profundo y que está detrás de todo esto”. En definitiva “tiene un programa de gobierno, pero no un gran proyecto”, finaliza el investigador. El segundo, es un análisis teórico de distintos casos a nivel mundial- incluye uno chileno- en los cuales acontecieron transformaciones culturales. “Me interesa entregar un repertorio teórico que permita analizar las transformaciones culturales”, comenta el sociólogo.

El Chile actual

Al hacer un diagnóstico sobre la sociedad chilena, Alberto Mayol la configura como tradicional y apegada al orden, como idea rectora. “Hay una cultura campesina, trasplantada en las ciudades”, afirma. Luego- prosigue- “llegó un nuevo modelo económico que dice que tienes que ser individualista”. Para ello, según el académico, hubo que hacer una síntesis, entre el conservadurismo y una visión liberal respecto al mercado. Y aquella fórmula es la que gobierna hoy el ser del país. Por eso,  “los chilenos construimos artificialmente  un individualismo”, enfatiza.

Por otro lado, el sujeto se configura respecto al prójimo. “Hay una tendencia constante- explica el investigador-  a buscar si el otro es más o menos que uno. Si es más, lo respetamos;  si es menos, lo humillamos”, puntualiza. Además, cree que nuestra sociedad sufre un profundo debilitamiento cultural. Sin embargo, las protestas y la inclusión en el debate público de temas como la educación, el cambio a la Constitución de la República y otras reformas “han sido positivas, pero no suficientes”.

A nivel  país, se produce una dicotomía.  Según Mayol, si por un lado Chile crece y se desarrolla económicamente, por el otro pierde las condiciones básicas de una sociedad saludable. “Por ejemplo Antofagasta- explica el sociólogo- tiene un ingreso per cápita similar al de Reino Unido, sin embargo hay una sola librería en la ciudad y ésta se  encuentra dentro de un supermercado”. En esta misma  líneas remarca  que “la falta de armonía revela un crecimiento inorgánico, y los chilenos se han ido acostumbrando a ello. Mi sensación de lo que hemos construido como país no es buena”, concluye.

ENADE 2011

El Instituto Chileno de Administración Racional de Empresas (ICARE) organiza todos los años ENADE, un foro que reúne a altas autoridades de Gobierno, a los representantes más influyentes de los grupos económicos nacionales y a diversos expositores, especialistas en sus áreas, dependiendo de los hechos que configuren la contingencia nacional. Producto de las movilizaciones estudiantiles del año 2011, Alberto Mayol fue uno de los oradores de aquella edición. “La ENADE del 2011 estuvo penetrada, por distintos flancos, por esta irrupción de la ciudadanía”, comenta el sociólogo. Agrega que, en aquel encuentro donde los dueños de los grandes capitales nacionales se hallan tan a gusto, “el empresariado se sintió preso en su propio foro, obligado a escuchar cosas que no quería oír,  ni ver y  a hacer un análisis que no desea realizar. Y aquello es un cambio sustantivo”, puntualiza.

Bajo la charla “Lo que Ellos quieren”, Alberto Mayol expuso las razones del descontento social. Su estrategia –confiesa- fue “proponer más datos que adjetivos”. La idea era que, mediante la utilización de cifras  oficiales, “se observara el lado que no se estaba mirando”. Las aseveraciones del académico, provocaron revuelo nacional. “Nuestra Sociedad ha sido portadora y reproductora de un enorme malestar subjetivo, más bien vago y desestructurado en su forma, pero que en su fondo está íntimamente relacionado con variables objetivas a las cuales se ha desatendido”, expresó en aquella oportunidad.

A través de una serie de datos extraídos de diversas encuestas, el investigador de la FAE proporcionó pinceladas de cómo los chilenos perciben la sociedad en que viven. Por ejemplo, que la expectativa acerca de un futuro mejor, la de progreso y la de satisfacción con la vida había claramente bajado; o que pocos ciudadanos creían que la democracia había mejorado, y que lo que hacen los gobernantes va en directa relación con sus ganancias personales. “Hice un diagnóstico: Chile es un país capturado por las lógicas oligárquicas. Hoy en día, nuevos grupos empresariales capturan el país en general, la política y los mercados, por lo que se hace muy difícil romper esa barrera”, afirma el sociólogo.

A juicio de Mayol, una sensación de malestar se fue acumulando en la ciudadanía que vio -en la figura de las empresas como instituciones que abusan de las personas- su materialización a través del incendio de la multitienda La Polar, el 4 de agosto del 2011.  Sin embargo, a través de la historia, el sistema había contemplado mecanismos de control para evitar este tipo de agitaciones sociales: las instituciones políticas. Por años, muchos individuos fueron “rebeldes adaptados”, que si bien estaban en desacuerdo con la estructura que gobernaba el país, la solidez de los organismos públicos lograba que se mantuvieran bajo el status quo. Cuando los símbolos de poder comenzaron a perder representatividad política, llegó la hora de hablar del “derrumbe del modelo”.

Reforma Educacional

La educación tal como se conoce hoy, y que ha animado el debate público los últimos años, es herencia de la dictadura militar. Según Alberto Mayol, “Chile no quiso tener buena educación. Optó por destruir la política en las universidades, estratificar a los estudiantes en su formación, y que cada uno estuviéramos en castas determinadas”. Por ello agrega, que quienes lograron moverse de un grupo a otro debían ser “muy sorprendentes”.

“Allí se instaló la cultura de la “meritocracia”, añade el académico. “Sin embargo- continúa- en el fondo se empieza a articular una sociedad en que cada uno tiene la certeza de estar en un lugar determinado. Nuestra educación no estuvo para cambiar la historia, sino para hacer lo mismo de siempre.

Finalmente, a la hora de proponer soluciones, el sociólogo cree que los cambios son simples. “Que cada estudiante pueda ir al colegio de su barrio, y encuentre una educación razonable en ese lugar; que las universidades públicas tengan el grueso de la matrícula de los estudiantes”. En conclusión, “Necesitamos más política, espacio público y  medios de comunicación. Requerimos universidades que  entiendan su rol más ampliamente: precisamos  un sistema universitario.