Facultad de Química y Biología

Crean método para obtener nanopartículas de oro y plata con propiedades anticancerígenas

El Dr. en Biología Antonio Castillo Nara, de la Facultad de Química y Biología, quien lidera el Laboratorio de Virología de Hongos de esta Unidad Mayor, tras cuatro años de investigación, ideó junto a su equipo un método que permite obtener nanopartículas de oro y plata mediante un proceso amigable con el medio ambiente, utilizando extractos de hojas y frutos de plantas para su síntesis.
“Pensamos que el patentamiento de nanopartículas de alta calidad es un negocio por sí solo, porque hay mucha demanda a nivel mundial. Hemos tenido reuniones con empresarios que nos han dicho que necesitan un kilo de nanopartículas de oro, plata o cobre, lo que equivale a un desarrollo de nivel industrial”

Tecnología de punta se encuentra desarrollando desde hace algunos años, el Laboratorio de Virología de Hongos de la Facultad de Química y Biología, a cargo del Doctor en Biología, Antonio Castillo Nara, quien junto a su equipo de colaboradores, conformados por estudiantes y académicos del Plantel, desarrollaron un método capaz de obtener nanopartículas de oro y plata, mediante un proceso verde, utilizando extractos de hojas y frutos de plantas.

Se trata de una tecnología de bajo costo, que evita generar productos tóxicos, como ocurre tradicionalmente con otras innovaciones,  que busca posicionar a nuestro país en el desarrollo tecnológico de avanzada en este ámbito, generando una de las primeras productoras latinoamericanas en crear estas partículas microscópicas, que actualmente son de alto interés para el mercado internacional debido a sus características.

Al respecto, el investigador principal, explica el interés del laboratorio para realizar este desarrollo tecnológico: “Sus propiedades se intensifican cuando su tamaño disminuye. De esta manera, tienen un mejor efecto, obteniendo una geometría homogénea, con características mono-dispersas, y estables”.

En cuanto a las características principales de la tecnología desarrollada por el laboratorio, el Dr. Castillo, sostiene que está demostrado, que en el caso de las nanopartículas de plata, poseen propiedades antimicrobianas, las que a menor tamaño, serán más potentes.

Asimismo, destaca sus propiedades anticancerígenas: “detienen el crecimiento de tumores, entre muchas otras aplicaciones, tales como en medicina alternativa, ya que los mecanismos de acción antibacterianos de las nanopartículas metálicas son distintos a la de los antibióticos de uso actual, siendo eficaces para controlar infecciones intrahospitalarias sistémicas”, afirma.

 

Línea de investigación

 

Actualmente, el laboratorio se encuentra centrado en obtener nanopartículas de alta calidad, del menor tamaño posible, a través de métodos lo más inocuos posibles tanto para el medio ambiente como para los investigadores.

Estas partículas microscópicas, son de mayor tamaño que los átomos y las moléculas, pero son invisibles al ojo humano, y pueden generar cambios a gran escala.

Para ello, realizan un proceso denominando “síntesis verde de nanopartículas”, en el que se suele utilizar cualquier organismo vivo además de las plantas, tales como células humanas, células eucarióticas, bacterias, hongos, protozoos, entre otros organismos que permita su obtención.

“Nos hemos enfocado en obtener nanopartículas, utilizando hongos y plantas. La ventaja de los hongos es que secretan moléculas que tienen la capacidad de reducir el metal, formar la nanopartícula y estabilizarla, quedando envuelta por moléculas que impiden que siga creciendo, o que se agregue con el contacto con otras partículas”, explica el investigador.

En cuanto al extracto de plantas, afirma que, “producen una serie de compuestos químicos que tienen la capacidad de reducir sales de cationes metálicos y de esa manera formar nanopartículas”.

 

Interés mundial en producción de la U. de Santiago

 

Hoy en día, las nanopartículas poseen usos variados tanto en biotecnología como en biomedicina. Entre ellos, recibe usos en la industria cosmética, en ropa deportiva, en suplementos alimentarios, en medicamentos, tratamientos medicinales, electrónica, sensores, entre otros.

Se estima que una preparación de un kilogramo de nanopartículas de plata, costaría en el mercado cerca de 4 millones de dólares, en cambio un kilogramo de plata en bruto, costaría 10 millones de pesos.

Asimismo, en el caso del cobre, un kilo sintetizado podría costar 8 millones de dólares, mientras que un kilo bruto, cera de 5 millones de pesos.

En este sentido, empresas extranjeras han contactado a los expertos del plantel, para producir y comprar este desarrollo tecnológico, debido a la alta calidad comercial que propone la unidad.

Desde la Vicerrectoría de Investigación, Desarrollo e Innovación se indica que este proceso podría posicionar a Chile en el desarrollo tecnológico de avanzada en este ámbito, generando una de las primeras empresas en Latinoamérica dedicadas a la producción de nanopartículas.

Mientras que el académico, reconoce que si bien no se ha priorizado el desarrollo de aplicaciones, la obtención de nanopartículas es un nicho de estudio muy relevante a nivel mundial.

“Pensamos que el patentamiento de nanopartículas de alta calidad es un negocio por sí solo, porque hay mucha demanda a nivel mundial. Hemos tenido reuniones con empresarios que nos han dicho que necesitan un kilo de nanopartículas de oro, plata o cobre, lo que equivale a un desarrollo de nivel industrial”, comenta.

Para Bárbara Bezaree, tesista de Ingeniería en Biotecnología, que actualmente desarrolla sus estudios en el laboratorio en síntesis de nanopartículas bimetálicas de oro y plata, la investigación que se realiza en la U. de Santiago es importante a nivel nacional.

“Es difícil encontrar un organismo que sintetice nanopartículas, requiere tiempo, paciencia y dedicación. Las nanopartículas son el boom de la nanotecnología actualmente y tiene un gran campo futuro. Hoy cuesta mucho hacer ciencia en Chile, y que la U. de Santiago lo esté haciendo, es muy importante”, puntualiza la tesista del laboratorio.

Autor: 
Soledad Fuentes Mansilla