Dr. Mario Morales Navarro inicia su segundo periodo como director: “El desafío de la Escuela de Psicología es trabajar en grande con los sectores público y privado”

  • Con once años de desempeño en esta Unidad, el director Mario Morales Navarro, asegura que desde su llegada siempre ha habido académicos muy destacados gracias a sus investigaciones, como también destaca la excelencia de la carrera que, a su juicio, ostenta un sello diferenciador: “Esta Escuela, acreditada desde 2013 y hasta 2019, está considerada entre las tres mejores del país”, asevera. 

 





Recientemente el Dr. Mario Morales Navarro inició su segundo periodo como director de la Escuela de Psicología de la Universidad de Santiago de Chile. Siempre ligado a la psicología educacional, se ha desempeñado en áreas como el diagnóstico educacional y psicológico, la intervención en la escuela y las dificultades del aprendizaje. A eso hoy suma su participación con estudiantes en práctica y guiando tesis de pregrado y doctorado.

“No es fácil cuando uno trabaja con las emociones. Además, existe una mayor exigencia social hacia los psicólogos”, plantea el académico, quien a sus 59 años de edad se enorgullece de integrar la Asociación Latinoamericana para la Formación y Enseñanza de la Psicología (Alfepsi). “Ahí se está pensando en una psicología propia de América Latina, a propósito de sus problemáticas y preocupaciones”, explica, anticipando la posibilidad de que su próximo Congreso se realice en este Plantel.

¿Por qué continuar en la dirección de la Escuela? Asegura que su decisión se dio a partir de la necesidad de concretar diversos proyectos ya iniciados, agradeciendo para ello el respaldo de los académicos de esta Unidad. Asimismo, el permanente apoyo de su familia. Son 36 años de matrimonio y tres hijos. El hombre también es psicólogo. Las mujeres, actriz y socióloga.

“Cuando he realizado capacitaciones para profesores, como en los liceos prioritarios, mi hija actriz me ha ayudado a trabajar con las emociones”, manifiesta, declarándose un amante del parapente y del tenis, a los que califica como excelentes terapias. “Juego todas las semanas aquí en las canchas de la Universidad”, reconoce.

Sus primeros pasos en la psicología

“Siempre tuve el deseo de poder interactuar con el otro, de escucharlo e ir construyendo juntos”, recuerda el Dr. Mario Morales. “En mi imaginario estaba la investigación y tener una consulta, pero nunca pensé que esto me llevaría también a dirigir una Escuela de Psicología”, asegura.

Paulatinamente aparecería en su vida el ámbito de la academia, junto a su permanente deseo de seguir estudiando. A su primer título de profesor de Educación Diferencial en 1979 se sumó, nueve años después, un magíster en Educación. Sus intereses también se centraron en la Psicología, licenciatura que obtuvo en 1990. “A partir de mis conocimientos en pedagogía me fui formando en el ámbito de la psicología educacional”, relata.

Siete años después, fue el turno para el doctorado en Ciencias de la Educación, cuya tesis la desarrolló en Israel. “Aprendí un modelo muy distinto a lo que conocía, contrario a lo que era la psicometría. La idea era pensar en un proceso de la inteligencia más adaptativo que cognitivo, lo que me permitió descubrir nuevos elementos”, detalla.

Su interés investigativo radicaba en el ámbito de los niños con necesidades educativas especiales, con deficiencia mental. “Comencé a dedicarme a la integración de estos niños con discapacidades. Trabajé en algunas fundaciones para capacitar a estos jóvenes e integrarlos en distintas empresas a nivel laboral”, explica. Un proceso en el que paralelamente desarrollaba la docencia en distintas universidades.

Positivo balance de un trabajo en equipo

Fue en 2005 cuando se integra a la Universidad de Santiago de Chile. “Desde que llegué siempre han habido académicos muy destacados por sus investigaciones, así como una carrera con un sello muy potente”, valora el Dr. Mario Morales, quien antes de asumir la dirección de la Escuela en 2014 también se desempeñó como subdirector de la misma.

Hoy la Unidad cuenta con 20 académicos con jornada completa y 120 profesores hora. “Es una carrera en la que junto con la formación, los estudiantes van creciendo desde un punto de vista psicológico, a nivel personal, de las emociones y de la resolución de conflictos”, analiza.

El mismo que luego de estos dos últimos años destaca el trabajo en equipo que ha permitido ejercer un importante liderazgo. En ese sentido, agradece el aporte realizado de los tres subdirectores, en las áreas de Docencia, Investigación y Postgrado, así como Vinculación con el Medio y Relaciones Estratégicas. “A ellos se suma el apoyo administrativo de los funcionarios, que es fundamental”, agrega.

Igualmente reconoce las excelentes relaciones que han logrado desarrollar con los estudiantes. Un gran ejemplo de ello es el reciente XI Congreso Chileno de Psicología de las Universidades Estatales realizado en el Plantel. “Fueron 90 estudiantes de toda la carrera los que nos apoyaron en la organización, lo que representa un hito de gran importancia para nosotros”, asegura.

Responsabilidades y próximos desafíos

Una de las razones que considera fundamentales para continuar por un nuevo periodo como director de la Escuela, es la necesidad de concretar diversos proyectos en los que han estado trabajando. Uno de ellos es el nuevo Centro de Atención Psicológica (CAP), que funciona desde 1997, y que se trasladará desde calle Cumming a un edificio de cuatro pisos en la esquina de la Alameda con calle Amengual, en la comuna de Estación Central.

“Junto con ofrecer atención a la comunidad, además es un Centro formativo para nuestros estudiantes, por lo que proyectamos que estará funcionando en el nuevo edificio durante el próximo año”, anticipa, resaltando que si bien se trata de una Escuela que solo tiene 23 años de vida, es considerada entre las tres mejores del país.

“Es un desafío que se suma a la responsabilidad que tenemos como universidad estatal y pública”, advierte, además de la obligación de vincularse activamente con el diseño y ejecución de las políticas públicas. “Tenemos que trabajar en grande con los sectores público y privado”, añade.

En ese sentido, ejemplifica que “el Ministerio de Educación nos eligió como Escuela para impartir un diplomado sobre liderazgo, convivencia escolar, aprendizaje y gestión a sus 43 jefes regionales. Y con Codelco tenemos relaciones directas y permanentes a través de uno de nuestros académicos”.

Formación profesional de excelencia

En cuanto a los estudiantes que ingresan a la carrera, resalta que ante todo existe una búsqueda personal. “También hay una conciencia de querer apoyar a otros para que alcancen un mejor bienestar. Incluso, la posibilidad de resolver problemas del mundo como también los propios”, subraya.

Y respecto de los egresados, asegura que reconocen estar contentos y satisfechos con su paso por la Escuela, sintiéndose seguros para enfrentar el ámbito profesional. “Los psicólogos titulados por nuestra Universidad están muy bien evaluados por su excelente formación, especialmente en el plano de la ética. Por ejemplo, no se involucrarían en un área en la que no sean expertos, lo que es muy valorable y respetable”, plantea.

Considerando que la carrera de Psicología está acreditada desde 2013 hasta 2019, y que se está trabajando en un nuevo plan de estudios, uno de los grandes desafíos del Dr. Mario Morales en este nuevo periodo es lograr acreditar los programas de Magíster en Psicología Clínica, en Psicología Educacional y en Psicología Social Aplicada, además del Doctorado en Psicología.

“Han funcionado muy bien desde que se crearon, pero las necesidades van cambiando y se requieren nuevas competencias”, explica, proyectando la internacionalización de los programas. “Tenemos las capacidades y las competencias para hacerlo”, concluye.

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