Académico Rodrigo Martin

Proponen postergar hasta 2018 licitación del Transantiago

El especialista en transporte urbano de nuestro Plantel, afirma que para disminuir la evasión y aumentar la calidad del servicio, lo mejor es abordar estas mejoras dentro de dos años, en una propuesta integral. Advierte que cualquier medida en el contexto de campañas presidenciales será objeto de críticas, sólo para obtener réditos electorales. “El sistema necesita inevitablemente una reingeniería”, aclara.
“Más que seguir presionando o fiscalizando tanto a evasores como a operadores, es bueno tomar una pausa para establecer un diagnóstico global de lo que ocurre y adoptar una estrategia mayor para atacar los problemas del Transantiago”.

Un informe del Ministerio de Transportes arrojó que solo una de las siete empresas operadoras del servicio cumple el estándar mínimo de calidad de los buses.

Para el especialista en transporte urbano y académico de la Universidad de Santiago de Chile, Rodrigo Martin, “esto es síntoma de un sistema que está enfermo completamente. La calidad de los buses es una consecuencia de la forma en que se está trabajando el Transantiago hoy”.

De acuerdo a Martin, esto se debe a que el sistema ha presentado un déficit permanente en términos de ingresos, producto de la alta evasión. “Las empresas están en un déficit que no les permite mantener una calidad de servicio razonable, pero no se puede ofrecer un servicio así y esperar que la gente lo pague”, explica.

Ante este círculo vicioso, Martin señala que la mejor medida es postergar la licitación del Transantiago, “para fines de 2018”, para hacer cambios estructurales. “Es razonable esperar que la situación se estabilice después de las elecciones presidenciales”, afirma.

Esto, debido a que “cuando hay autoridades salientes, es muy difícil que las modificaciones tengan respaldo político. Al contrario, serán utilizadas para hacer críticas durante las campañas. No vamos a tener una discusión desinteresada sobre el tema”.

Por eso, propone que la nueva licitación sea trabajada con más tiempo. “Más que seguir presionando o fiscalizando tanto a evasores como a operadores, es bueno tomar una pausa para establecer un diagnóstico global de lo que ocurre y adoptar una estrategia mayor para atacar los problemas del Transantiago”, sostiene.

“Seguir por el mismo camino para corregir las cosas no nos llevará a ninguna parte”, estima Martin en alusión al proyecto para endurecer las sanciones contra evasores y el anuncio de la ministra de Transportes de disminuir recursos a las empresas que no cumplan con los estándares de calidad.

“Si seguimos así, solo estamos estirando la crisis. Esto requiere una revisión mayor respecto al  contexto actual de la movilidad de Santiago”, puntualiza. “Esperar que la gente pague el servicio para mejorar el Transantiago es una ilusión, porque este mal estado de ánimo ya está instalado y no se soluciona de un día para otro”, complementa.

“Tomarse un tiempo para revisar el Transantiago es una buena oportunidad para abordar el problema general de movilidad en la ciudad. Entenderlo en un nuevo contexto, de cambio de hábito de las personas y de su relación con el Metro, que es distinta. Hay una serie de cambios en los últimos años que debieran considerarse para repensar el sistema de transporte que tenemos, a objeto de adaptarlo mejor a la realidad de la capital”, apunta.

“El sistema necesita inevitablemente un reinicio, porque las correcciones puntuales no están moviéndose a la velocidad que cambia el problema”, sintetiza.

Autor: 
Cristóbal Miranda Ríos