Proponen integrar mirada intercultural en didáctica de la Geografía

  • Estudio “Reconfiguración del aprendizaje geográfico en contextos de interculturalidad", de la investigadora Paloma Miranda, integrante de la Comisión Técnica del Consejo de Decanos de Educación de las Universidades Estatales, busca mejorar el aprendizaje y producir una mayor inclusión de los estudiantes inmigrantes. Lo anterior, a partir de una nueva forma de entender la geografía.


En la última década los niveles de inmigración han aumentado considerablemente en Chile. Según datos del Departamento de Extranjería y Migración del Ministerio del Interior, el total de población extranjera residente en el país es de 352 mil 344 personas, siendo los peruanos (37%), argentinos  (17,2%) y bolivianos (6,8%) quienes lideran este grupo.

Estos inmigrantes son de todas las edades, sin embargo, la cantidad de niños extranjeros que arriban al país es llamativa, más aún si se toma en cuenta el derecho ineludible a educación que ellos poseen y que abre las puertas a la legalización de la situación de toda una familia extranjera.

Por lo mismo, hay un diagnóstico que se repite entre los profesores: existe una sobrepoblación de estudiantes inmigrantes y la transformación de ciertos barrios y establecimientos escolares en “ghettos”.

Para abordar esta realidad, la académica Paloma Miranda -integrante de la Comisión Técnica del Consejo de Decanos de Educación de las Universidades Estatales- inició un proyecto de investigación denominado “Reconfiguración del aprendizaje geográfico en contextos de interculturalidad".

El estudio busca posicionar el valor del aprendizaje geográfico en la educación obligatoria, realizando un diagnóstico que permita saber cómo los centros educacionales con niños inmigrantes se convierten en “ghettos”. La académica del Departamento de Educación constató que dentro del área de las Ciencias Sociales, un punto particularmente problemático de aprendizaje entre los estudiantes extranjeros es la geografía. “Así surge el proyecto, relacionando tres componentes fundamentales: el elemento contextual, es decir, el aumento de la población inmigrante, concentrada en barrios particulares; el desarrollo de colegios especializados en inmigrantes y el tema geográfico”, explica.

Pensar geográficamente
Para la investigadora, la forma tradicional de entender la geografía es saber orientarse en el espacio, localizar puntos y manejar una gran cantidad de información espacial. Sin embargo, este proyecto tiene un enfoque distinto, con una mirada que trata de alinear las perspectivas críticas de la teoría geográfica, con las de pedagogía y las de didáctica, como disciplina científica.

Considerando lo anterior, se definirá como pensamiento geográfico “la capacidad de las personas para entender el funcionamiento de un territorio, percibiéndose como sujetos de acción espacial que pueden transformar un espacio geográfico”. La idea es que las personas comprendan cómo funciona el medio en el que viven y se vuelvan conscientes de la manera en que interfieren en ese proceso.

El grupo de investigación está trabajando con estudiantes de l eje Independencia-Recoleta y otro del eje Santiago-Poniente, con jóvenes de terceros y cuartos medios,  utilizando un diseño mixto que implica un análisis cuantitativo y cualitativo. “En la primera etapa, realizamos un trabajo asociado a métodos cuantitativos de análisis geográfico, luego diseñamos test de pensamiento geográfico aplicados a terceros medios, los que fueron analizados a través de pruebas estadísticas para verificar eventuales diferencias entre niños chilenos e inmigrantes”, acota la investigadora. Finalmente, se hizo un trabajo cualitativo vinculando la experiencia de estudiantes inmigrantes y de algunos chilenos.

“Encontramos que hay un sesgo del profesorado en la recepción de los estudiantes, ya que parten diciendo: nosotros enseñamos historia de Chile. Sin embargo, cuando se invita a estos niños a pensar geográficamente, constatamos que tienen las mismas capacidades que el resto en geografía, historia y economía. Aquí que se pone en juego la historia y la geografía que estamos enseñando: debemos enfocarnos en desarrollar más el pensamiento y menos la memoria”, sentencia la académica.

El equipo de trabajo cuenta con la colaboración de la académica especialista en psicología del aprendizaje, Elisa Marchant, la profesora de Historia y Ciencias Sociales y especialista en el análisis cuantitativo de datos, Macarena Cerón y los ayudantes Cristóbal Díaz y Daniela Aguilar.

La académica Paloma Miranda afirma que el aporte del proyecto, financiado por el Departamento de Gestión de Proyectos de Investigaciones Científicas de la Vicerrectoría de Investigación, Desarrollo e Innovación, va en dos sentidos: entender para qué sirve el pensamiento y aprendizaje geográfico y qué significa pensar geográficamente. “Entendemos cómo el aprendizaje de esta geografía se vincula con el entorno dónde se relacionan los centros escolares y la experiencia que traen los niños desde el exterior.  Como profesores debemos rescatar esta experiencia y utilizarla en beneficio de un mejor aprendizaje e inclusión”, afirma.