Las enfermedades neurodegenerativas se caracterizan por la vejez celular y la muerte neuronal, lo que ha llevado a los especialistas a investigar diversas posibilidades para revertir o, al menos, aminorar sus efectos en las personas. Como parte de las investigaciones que se desarrollan en el Laboratorio de Neurociencia de la Universidad de Santiago de Chile, hay una que apunta precisamente en ese sentido, tal como lo explica su director, el Dr. Bernardo Morales Muñoz. Se trata de un compuesto químico que ayuda a potenciar el proceso de memoria y aprendizaje y que tendría un gran uso terapéutico para revertir los efectos de las enfermedades neurodegenerativas. “Por ejemplo, en el caso del Alzheimer, con las pocas neuronas que quedan, estos compuestos pueden activar esas neuronas y lograr contrarrestar esa pérdida de memoria”, detalla el Dr. Morales. Específicamente corresponde a un alcaloide derivado de la sauroína que es sintetizada por la planta huperzia saururus, popularmente conocida como cola de quirquincho y que crece en la Cordillera de los Andes, por el lado argentino, cuyos beneficios abarcarían otras patologías como el Parkinson –trastorno degenerativo del sistema nervioso central que afecta el movimiento y genera temblores del cuerpo– y la enfermedad de Huntington –alteración genética que provoca la destrucción de neuronas cerebrales. Evitar daños colaterales y medioambientales La investigación es parte de un trabajo conjunto con la Universidad Nacional de Córdoba, donde dieron los primeros pasos, respecto de las modificaciones químicas del compuesto. “Desde Argentina, siendo un grupo muy bueno en química, nos eligieron a nosotros para desarrollar la siguiente etapa investigativa, considerando que somos especialistas en memoria y aprendizaje”, destaca el académico. Como parte del proceso, aclara que uno de los principales problemas que existe para generar los fármacos es la necesidad de una gran cantidad de materia prima, lo que deteriora el medio ambiente. “La idea es aislar los compuestos, entenderlos y ser capaces de modificarlos químicamente, de tal modo de potenciar el efecto. Esto conlleva a que seremos capaces de sintetizarlos, lo que además nos permitirá dejar de lado toda la problemática medioambiental”. Incluso, agrega que la gente prefiere condiciones más naturales ante un fármaco completamente artificial, como lo es, por ejemplo, el metilfenidato, conocido como ritalin, considerando que se piensa que los efectos colaterales de estos compuestos pueden ser más dramáticos que otros derivados de la naturaleza. Patentes a nivel nacional e internacional En el ámbito nacional, la Universidad de Santiago de Chile ya solicitó la patente para resguardar los derechos de una futura comercialización del producto. “Nuestra intención es solicitar la patente también en el extranjero, particularmente en Inglaterra, donde hay empresas interesadas en el proyecto”, anticipa el Dr. Morales. Esto, como asegura el académico, producto de que en general los países desarrollados están interesados en este tipo de investigaciones como parte de la búsqueda de compuestos que sean aplicables a la farmacología y tratamiento de las enfermedades. Como consecuencia, el experto destaca que a nivel mundial se han creado centros de investigación que ven en la naturaleza la posibilidad de encontrar estimulantes del sistema nervioso central que sean capaces de contrarrestar el deterioro que implican las enfermedades neurodegenerativas. Próximos pasos de la investigación Si bien reconoce que siempre será necesario realizar más pruebas, el Dr. Morales asegura que la investigación se encuentra bastante avanzada. “En ratones hay modelos de Alzheimer, por lo que el siguiente paso es probar nuestro compuesto en ellos”. Posteriormente, se pasará a la aplicación del compuesto en humanos, anticipando que se trataría de un medicamento para consumirse por la vía oral. “Todo lo que implique evitar el estrés en las personas es lo mejor. Quizás no sea relevante, pero también podría producir efectos no deseados, alterando la efectividad del fármaco”.
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El Dr. Bernardo Morales Muñoz, director del Laboratorio de Neurociencia de esta Casa de Estudios, encabeza el proyecto que propone revertir los efectos de estos males fortaleciendo el proceso de memoria y aprendizaje. La sustancia química derivada de la sauroína sintetizada por la planta huperzia saururus permitiría combatir patologías como el Parkinson y la enfermedad de Huntington.
Redacción