Como parte de la campaña difundida por las redes sociales de BPE-Usach para la prevención del suicidio, especialistas del Departamento de Promoción de Vida Saludable de la Vicerrectoría de Apoyo Estudiantil entregaron orientaciones sobre cómo ayudar a quienes están atravesando crisis emocionales agudas, a modo de evitar conductas que puedan derivar en riesgo suicida.
"Existen signos de alerta que nos pueden movilizar para ayudar a alguien de nuestro entorno universitario que esté pasando por una situación difícil o de estrés emocional severo. Identificar estas señales y poder brindar apoyo y contención puede ser un gran paso, ya que es posible que esa persona no piense en buscar ayuda", comentó Karolyn Funke, jefa del Departamento de Promoción de Vida Saludable de la Vrae, agregando que hoy se fomenta abordar el tema del suicidio a través del diálogo con información responsable evitando mitos y estigmas: “la comunidad es uno de los principales factores protectores”, acotó.
Las psicólogas de la Unidad de Promoción del Bienestar Psicológico Estudiantil (actual BPE ex UPS) Beatriz Painepán y Patricia Pérez entregan a continuación, recomendaciones para saber qué hacer al notar que una amiga, amigo, amigue o alguien del entorno universitario se encuentra pasando por una grave crisis:
1. Poner atención en los cambios repentinos en la conducta y hábitos de la persona y preguntar directamente cómo se siente cuando se identifica ausentismo reiterado a clases, aislamiento, ataques de ira, exceso de autocrítica o si trasmite gran pesimismo frente al futuro, sin encontrarle sentido a su vida, con cansancio de vivir o pensando que el mundo y los suyos estarían mejor sin él o ella. También levantar alertas ante la frustración y la pérdida de control sobre su vida, o si actúa de manera llamativa como regalar sus pertenencias valiosas o perdiendo interés por las actividades que antes resultaban gratificantes. Igualmente, es importante observar autolesiones o marcas en el cuerpo.
2. Acercarse de manera tranquila y sincera, mostrando empatía, preocupación y comprensión, diciéndole a la persona que no parece sentirse bien. El acercamiento debe ser en plan de acompañamiento, sin juicio o crítica “correctiva”, ni imponiendo optimismo de forma artificial. Es importante comunicarse con la persona con disposición a la empatía, entendiendo que es posible que esté atravesando un profundo sufrimiento.
3. Sin temor, preguntar directamente si ha considerado quitarse la vida. Hacer la pregunta sin rodeos puede aliviar mucho a quien está pensando en ello, ya que le permite desahogarse, ser y sentirse escuchada(o). Conversar sobre los sentimientos de forma sincera es una forma de compartir donde se puede ayudar a buscar otras alternativas para resolver su situación.
4. Siempre que notemos que una persona está deprimida o se observan cambios bruscos de estados de ánimo sin motivo aparente es importante ayudarle a buscar orientación profesional, sobre todo al notar que ya hay una idea suicida instalada. En la Universidad se pueden acercar a la Unidad de Bienestar Psicológico Estudiantil (BPE), en el Patio de los Naranjos. También se puede acudir vía Whatsapp al +569 5934 4562, al correo ups.psicologica@usach.cl o al Departamento de Promoción Integral de la Salud Usach (ex Centro de Salud) donde se puede solicitar hora al correo horascsalud@usach.cl. Estando fuera de la Universidad, se puede recurrir a cualquier servicio de asistencia de urgencia o Cesfam, donde se evaluará la salud mental de la persona.
Para la prevención del suicidio, el Ministerio de Salud dispone del número telefónico 4141 (accesible desde celulares) donde un profesional de la salud mental entrega una primera atención, contención y orientación para quien lo necesite y está disponible de lunes a domingo, las 24 horas.
5. Desde el punto de vista de la prevención, el suicidio se debe abordar con responsabilidad, sin morbo y, sobre todo, sin entrar en detalles que pueden constituirse en factores de riesgo. Hablar de manera adecuada alivia a la persona que está pasando por una situación crítica, podrá comenzar a evaluar alternativas y considerar que no es necesario tomar una decisión definitiva para una situación temporal. Es importante transmitir esperanza y posibilidades de superación con ayudas prácticas y concretas, con atención de salud médica y psicológica especializada. Todas y todos podemos conversar sobre el suicidio con una actitud y disposición a la prevención.
6. ¿Qué acciones se deben evitar? Evitar juzgar, criticar, dar sermones y referirse al tema con ligereza y prejuicio cuando una persona dice que desea morirse. Por ningún motivo desafiar a esa persona a que lo haga, diciendo por ejemplo “no te creo capaz”. Tampoco reaccionar de manera escandalosa al escuchar una confesión. Las frases como “¡pero…cómo vas a estar pensando en eso!”, “¡si lo tienes todo para estar bien!”, “¡date ánimo!”, “¡cómo puedes ser tan desconsiderada(o)!” están completamente fuera de lugar.
7. Para desestigmatizar es necesario aprender y atreverse a hablar sobre el riesgo suicida y así, educar a la comunidad. Es preciso entender que quien está pensando en suicidarse, lo que desea es dejar de sufrir. Hay que normalizar la conversación sobre el suicidio en situaciones sociales y familiares para verlo como un problema individual y de salud pública, frente al cual hay que enseñar a pedir ayuda. Una comunidad que acoge y cuida, permite que una persona con ideas suicidas pueda decirlo sin temor a las reacciones del entorno, o que su familia o amistades le castiguen o critiquen. Muchas veces, quien tiene ideas suicidas no quiere contarlo por vergüenza o por no preocupar a los demás, y esto genera que la persona se aisle sufriendo.
8. El uso de alcohol y drogas muchas veces tiene como fin evadir la realidad. El consumo excesivo de alcohol y drogas implica el riesgo de una adicción, pero en la base puede estar en curso un trastorno del ánimo depresivo. Además, las sustancias que alteran la conciencia y el autocontrol potencian la impulsividad y propician conductas de peligro.
9. ¿Qué acciones se pueden realizar si notamos que existe un alto nivel de riesgo suicida? Apelar a que lo que realmente desea es dejar de sufrir y no necesariamente dejar de vivir. Invitar a la persona a que no tome una decisión aún para repensar su situación. Intentar apoyar la búsqueda de soluciones prácticas, aunque sean temporales. Permitir que la persona hable y se desahogue, sin prejuicios. No prometer guardar el secreto, porque es fundamental buscar ayuda con otras personas cercanas y sí indagar quién más está al tanto. Permanecer acompañando a la persona hasta transferir su cuidado y no dejarla(o) sola(o). Retirar de su alcance todo aquello que pueda utilizar para autolesionarse. Y buscar ayuda profesional.
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Desde la Unidad de Promoción del Bienestar Psicológico Estudiantil (ex UPS) de la Vicerrectoría de Apoyo Estudiantil, señalan que es importante abordar este tema como comunidad y colaborar para la protección de las personas evitando conductas de riesgo o acciones suicidas. Aquí dan 9 consejos para ayudar.
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