Hoy en un Chile cambiante y diverso, la salud exige a sus profesionales desarrollar habilidades que les permitan hacer frente a los nuevos desafíos. Bien lo sabe la carrera de Obstetricia y Puericultura de la Facultad de Ciencias Médicas, la que desde sus inicios en el año 1993 ha estado en un constante proceso de revisión y modernización, el que sumado a la capacidad de adaptarse le ha permitido ser un referente a nivel nacional en la formación de matronas y matrones.
La directora de la carrera, Marta Meza, explica que a lo largo de estos años la carrera ha sido capaz de avanzar de acuerdo a los cambios epidemiológicos, “como la migración, el envejecimiento poblacional y la disminución de la tasa de fertilidad y de nacimientos. También hemos sido capaces de adecuarnos a las nuevas metodologías educativas, disminución de los espacios de prácticas clínicas y creación de nuevas escuelas”, relata.
Para la académica Mónica Erlbaun, la Escuela de Obstetricia ha estado abierta al cambio desde una mirada integral no sólo desde la teoría, sino también, desde la práctica “en que hemos modificado la forma de cómo nos relacionamos con el usuario, considerando, por ejemplo, la llegada de inmigrantes, principalmente haitianos, con quienes no sólo tenemos una barrera comunicacional, sino que también cultural que nos obliga a utilizar nuevas estrategias para abrirnos a una atención respetuosa de sus orígenes y su historia”.
Marta Meza asegura que “como gremio estamos asumiendo tremendos desafíos que nos implica como Escuela y también como académicas , perfeccionarnos sobre temas que antes no se hablaban, como el aumento de casos de VIH en las personas mayores, además del piso pélvico, por ejemplo”.
En relación a la malla curricular que ha tenido ajustes en el tiempo, añade que hoy “está orientada en la atención respetuosa de todo el proceso reproductivo y no reproductivo, acorde a los lineamientos internacionales, respetando la autonomía de la mujer y familia, poniendo especial énfasis en los derechos sexuales y reproductivos, así como la atención integral y cuidados respetuosos del recién nacido”.
“Se trata de una malla muy completa, que permite aprender la teoría propia de la disciplina, como también gestión y liderazgo, temas que muchas veces uno como estudiante no imagina que pueda ser capaz de aprender”, opina María Paz Muñoz, estudiante de 5º año.
Profundizando sobre este punto, la estudiante declara sentir que la carrera forma matrones y matronas de excelencia con una mirada más pluralista de la sociedad, más integrativa, que ayuda a comprender en qué lugar estamos atendiendo y trabajando.
Trabajo en equipo en vinculación con el medio
La académica Mónica Erlbaun, quien es la coordinadora de Vinculación con el Medio de Obstetricia y Puericultura, comenta que la carrera ha trabajado fuertemente en el desarrollo de iniciativas con la comunidad que permitan al estudiantado fortalecer su vocación en el territorio.
Prueba de ello son los Operativos de Salud organizados por la Facultad de Ciencias Médicas y en la que participan académicos/as de las distintas unidades menores.
“Desde el primer año de la carrera se convoca a los cachorros/as para que puedan vivenciar de manera significativa el trabajo con comunidades vulnerables. Desde la carrera, el estudiantado trabaja con colegios de la comunidad, como también a través de los mismos consultorios en donde realizan su práctica, lo que sin duda, les permite tener una mirada de lo que sucede en el entorno”, sostiene la docente.
La estudiante María Paz Muñoz enfatiza que el apoyo de la Escuela en actividades de vinculación con el medio ha sido fundamental para el impulso en el desarrollo de proyectos. “Uno de ellos es Lelikelén, un voluntariado de estudiantes de Obstetricia que entrega educación sexual a escolares. Otro de ellos es el proyecto de trabajos de salud rural, que es una iniciativa interuniversitaria en el que recibimos apoyo en capacitación a los estudiantes, además de asesoría para postular a fondos”, relata.
Muñoz, asegura que en todas las actividades extracurriculares ha tenido el apoyo de la Escuela y se han destinado recursos para facilitar la puesta en marcha.
Egresados con sello diferenciador
Para Giorgia Cartes, egresada del 2003, la formación que recibió en la Escuela de Obstetricia y Puericultura de la Usach fue de muy buena calidad: “Creo que la formación que fue de primer nivel, aprendí muchos en cada uno de los campos clínicos y siento que además, tuve la oportunidad de aprender de buenas maestras”, sostiene.
La jefa de carrera, Ruth Flandes, señala que los egresados/as de la Escuela “se caracterizan por tener las competencias necesarias para trabajar en cualquiera de las áreas disciplinares, además de tener una capacidad de adaptación a situaciones adversas, y un fuerte compromiso social, que les permite en su gran mayoría desarrollar funciones en el sistema público de atención”.
Giorgia Cartes, quien es hoy directora nacional de matronería, reafirma la idea de Flandes, ya que durante 15 años trabajó en el Hospital San José, lugar donde afianzó los valores que aprendió en sus años universitarios y su vocación por el servicio público.
En tanto, Mónica Erlbaun asegura que a los y las estudiantes de la Usach se les enseña que si bien los recursos son limitados en el servicio público, lo importante es el recurso humano, "ya que éste puede hacer la diferencia, pues al desarrollar las habilidades blandas en nuestros estudiantes, tendremos un futuro marrones y matronas humanizados”.
Para más información sobre esta carrera ingrese aquí: https://admision.usach.cl/Obstetricia-Puericultura
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La carrera de Obstetricia y Puericultura, con 27 años de historia ha sido testigo de importantes cambios epidemiológicos en nuestro país, los cuales han impulsado a la Escuela a asumir estos nuevos desafíos adecuando e incorporando estrategias de aprendizajes que promueven el desarrollo de nuevas habilidades en los futuros/as egresados/as.
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