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Adens González Chia, doctora en Ciencia y Tecnología de los Alimentos: “Los avances en paridad de género eran necesarios”

Adens González Chia, doctora en Ciencia y Tecnología de los Alimentos: “Los avances en paridad de género eran necesarios”

La Dra. Adens González se desempeña en el área de investigación y desarrollo del Centro de Estudios en Ciencia y Tecnología de Alimentos (Cecta), pero desde la niñez su interés estuvo en los animales, lo que la llevó a estudiar medicina veterinaria en la Universidad de Chile. 

Su tesis de pregrado se orientó al uso de un biomaterial, la membrana de la cáscara de huevo, para inhibir la regeneración ósea. Para ello experimentó con conejos y ratas. ”En los perros, hay una patología que se llama radius curvus, que se produce como consecuencia de la osificación temprana del cúbito dejando de crecer y restringiendo el crecimiento del radio, el cual se curva. Al ser el antebrazo un sistema óseo par, la detención del crecimiento de uno interfiere en el crecimiento del otro, casi siempre provocado por un traumatismo”, explica.

Adens fue primera generación de su familia paterna en egresar de la educación superior y tras el pregrado estuvo entre sus planes futuros continuar un doctorado, sin embargo, las condiciones económicas no se lo permitían y la beca de Conicyt le fue esquiva en ese momento. Por ello, comenzó a trabajar en el extremo sur del país, en la región de Magallanes, donde dedicó sus esfuerzos a la inseminación y transferencia de embriones de ganado ovino. 

Tiempo después el destino la llevaría al norte de Chile, a su natal Iquique. Tras participar en un concurso público de la Seremi de Salud de Tarapacá, y con apenas 24 años, lo ganó y mantuvo una jefatura en el Departamento de Acción Sanitaria durante dos años, que recuerda no fue fácil debido a que funcionarios que tenía a cargo cuestionaban su juventud para el cargo. Entre sus funciones estaba el fiscalizar la producción y manipulación de alimentos durante festividades religiosas como La Tirana o San Lorenzo. “En ciertas celebraciones se faenan llamas y alpacas, y hay decomiso de alimentos en mal estado o falsificados”, sostiene. 

La Universidad de Santiago de Chile se transformaría años más tarde en su nueva Casa de Estudios y se integraría al equipo de investigación del Cecta. 

-¿Qué hizo que prefiriera a nuestro Plantel para su doctorado?

-Si bien el doctorado de la Usach no era de los más conocidos, su perfil era más tecnológico, lo encontré novedoso, era relativamente nuevo. Mi tesis tuvo un componente fuerte en investigación tanto en alimentos como en animales, llegamos a un producto, participé de congresos nacionales como internacionales, y publicaciones. Mi profesor guía fue Claudio Martínez, que en ese entonces colaboraba en un proyecto Fondef de la Universidad de Los Lagos, en Osorno, relacionado con alimentación de larvas de peces para la diversificación de la acuicultura chilena. Durante la parte experimental trabajé también en la Universidad Católica del Norte en Coquimbo. Acá el desafío fue la organización, tenía que viajar mucho.

Adens se titula como doctora en Ciencia y Tecnología de los Alimentos en 2016 y participa en un concurso para ingresar al Cecta. “Mi condición fue muy particular porque estaba embarazada y pensé en excluirme, pero fue todo lo contrario. Le comenté mi condición al director de Cecta, en ese entonces José Luis Palacios, y me aconsejó que si me sentía apta no declinara. Quedé seleccionada en el cargo y trabajo aquí desde 2017. Mi labor es apoyar el levantamiento de proyectos con otras investigadoras e investigadores, el desarrollo de los propios en el área de inocuidad y calidad de alimentos, como también promover iniciativas en colaboración con el sector público y privado del rubro alimentario”, comenta. 

-Actualmente usted está dedicada además a postular a un Fondef Idea I+D, que se relaciona con antioxidantes presentes en material de descarte de productos agrícolas. Cuéntenos más de esta iniciativa.

-En sintonía con las tendencias mundiales en seguridad alimentaria y sustentabilidad de insumos para dietas acuícolas con una economía circular como modelo sostenible, la idea es desarrollar un ingrediente biactivo natural a partir del descarte de la agroindustria del berry para alimentos de uso en acuicultura. Ya tuvimos un avance con un proyecto Corfo con buenos resultados previos y ahora queremos llevarlo a un prototipo de ingrediente más elaborado a nivel de laboratorio y validado en un entorno relevante. Las empresas asociadas son productoras de berries que generan residuos agrícolas que actualmente desechan y una piscicultura interesada en la utilización del alimento.

-Dra. González, ¿cómo valora usted los avances en materia de género? 

-Estoy muy de acuerdo con la paridad, idealmente natural, no forzada por cupos, aunque entiendo que se requiere este proceso para que luego, cuando ya esté establecido, se dé naturalmente la representación de los géneros. Siento que debe ser por capacidades. Hoy como madre veo la diferencia. En España está bien regulado y por ejemplo en el postnatal obligan a que sea equitativo entre madre y padre. El padre debe hacer un alto y buscar la forma de estar con su hija o hijo. Las científicas en particular deben retardar o descartar la maternidad para ser competitivas al nivel del hombre. Siento que lo que se ha avanzado y se está haciendo era un paso necesario.

Para la Dra. Adens González, el Cecta es su casa y el perfil del egresado del programa de Doctorado en Ciencia y Tecnología de los Alimentos de la Usach cada vez supera al anterior. “Salen mejor preparados, con más herramientas y publicaciones. La Universidad de Santiago es como una gran ciudad, representativa no tan solo de la capital, sino a nivel país de una mirada importante de la sociedad”, concluye.

Enrique Fritzsche Figueroa, ingeniero de ejecución industrial: “En la Universidad de Santiago maduré y surgieron mis redes de contacto”

Enrique Fritzsche Figueroa, ingeniero de ejecución industrial: “En la Universidad de Santiago maduré y surgieron mis redes de contacto”

“¿Sabías que en la comuna de Las Condes hay 190 sucursales bancarias y en Lo Espejo solo una? Seguramente no, pero las estadísticas dejan en evidencia que las entidades financieras prefieren concentrarse donde están los clientes rentables”. Así comienza nuestra conversación con Enrique Fritzsche Figueroa, gerente general de Caja Vecina y orgulloso ingeniero de ejecución industrial de la Usach.

Con 20 años de experiencia en la Banca, principalmente en las áreas de servicio al cliente y operaciones , posee un alto conocimiento en tecnologías de información, al punto que fue líder de ejecución de los proyecto de retiros del 10% de las AFP (80% abonados a BancoEstado) y bonos estatales (100% de los pagos), considerada la operación de pago más grande efectuada hasta ahora.

Recuerda que apostó por la Ingeniería Industrial de la Usach porque, a su juicio, es más transversal. Fue el primero de su familia en egresar de la educación superior. Sus padres hicieron un gran esfuerzo económico para que él y, luego, su hermano (actual subgerente de operaciones de Coca Cola) ingresaran a la universidad. Ambos no dudaron. El  camino profesional partía en la Usach.

Enrique tras titularse postuló a Telefónica donde su área de especialización fue la inteligencia de negocios. “Me gustaban las bases de datos. Eran años en que Internet estaba recién apareciendo. Estuve en todo el proceso de la telefonía residencial con mas de 2 millones de líneas”, recuerda. Un head hunter puso sus ojos en él y no se equivocó. Comenzó a trabajar en BancoEstado y ahí sucedió algo que no esperaba. Su tesis de la Usach sobre reingeniería de procesos bancarios y las herramientas aportadas en esa memoria le permitieron llegar al más alto de los cargos en Caja Vecina.

-Sin lugar a dudas  la Universidad de Santiago fue importantísima para lograr las metas que usted se fijó. Cuéntenos cómo fue eso…

-Fue súper anecdótico. Mi tesis fue sobre optimización de la sucursal bancaria del BCI.  Años después la volví a leer y me di cuenta de que es exactamente lo que hago ahora y me conecté alrededor de 14 años después a lo que allí había escrito: reingeniería, concentración de cargos, optimización de procesos, quitar etapas reiterativas… la vida me llevó a eso. La Ingeniería de Ejecución Industrial permitió proyectarme en varias líneas. Estuve 4 años y medio en Telefónica, 17 años en el BancoEstado y llevo dos en Caja Vecina. La Universidad me dio las herramientas básicas. Yo y mis amigos de la Usach estamos muy bien posicionados en el mercado, porque tenemos ese ADN de relaciones sociales, contactos y entendimos las dinámicas. El Plantel integrado a un solo Campus te permite tener un variopinto grupo de amistades que, después en la vida, son contactos que vas administrando. Las redes son muy importantes.

-Usted habla de un cierto ADN, ¿será lo que también llamamos el sello usachino?

-Sí, la Usach te da esa resistencia que no te entregan las demás universidades. Esa piel más gruesa para sobrevivir y aguantar cuando te evalúan mal. Hay que pararse y seguir adelante. En el trabajo nunca te dan todas las condiciones óptimas para desarrollarte profesionalmente, pero tienes que hacerlo. Hay que cumplir y no darle más vueltas. Yo creo que es parte de un ADN que tenemos los que egresamos de la Universidad de Santiago.

-¿Esa misma característica hace que el titulado en el Plantel sea tenaz en las actividades que emprende?

-Es importante saber lo que te gusta hacer y profundizar, desarrollarte y esforzarte. Yo me quemé las pestañas, horas y horas, en Telefónica, porque creía que había un cierto desnivel con ingenieros de la Católica y de la Universidad de Chile. Con los años fui creyendo en mí. Ojo con eso. Hay que creérsela, o si no te pasan por encima. Ahora me paro frente a uno de ellos y no veo diferencias. Si hay que agarrar ‘fierros calientes’, yo lo hago. En el banco destaco por eso. Tengo una alta capacidad de trabajo bajo presión; eso te diferencia mucho. He tenido gente a cargo que tiene tres magísteres y otros hasta con doctorados, pero la presión se los come y terminan en cargos intermedios. Es cierto, no todos quieren ser gerentes y trabajar 24/7, pero mi personalidad la empaté con mi desarrollo. Soy jefe desde los 26 años, apenas dos años después de salir de la Usach. Mi madurez la adquirí en la Universidad de Santiago. Al Plantel ingresó el niño y se tituló el joven. Todo lo que he conseguido en la vida se lo debo a esa maduración que me dio las condiciones para despegar.

Enrique continuó sus estudios en la Universidad de las Américas. Es también Ingeniero Civil Industrial y realizó un master en comportamiento del consumidor, en la Universidad Adolfo Ibáñez.  Como gerente general de Caja Vecina destaca el rol social que cumple esta plataforma, que se creó para que los clientes pudieran hacer transacciones mucho más cerca de sus barrios, sin tener necesidad de trasladarse. “Por ejemplo en San Juan de la Costa, a tres horas de Osorno, no hay sucursales bancarias, ni cajeros automáticos. ¿Qué tienen que hacer? perder un día completo para obtener su dinero. Caja Vecina está en todas las comunas de Chile. Al mes concurren 5 millones de personas a hacer un giro, un depósito, un pago de cuenta o a recargar celulares. Es un modelo muy masivo conectado a su corazón que es Cuenta RUT. Somos la marca mejor evaluada por lejos de BancoEstado”, concluye con orgullo.

Dra. en Bioquímica, Valentina Carrasco: “Buscamos reducir tiempos de análisis para detectar la Listeria monocytogenes”

Dra. en Bioquímica, Valentina Carrasco: “Buscamos reducir tiempos de análisis para detectar la Listeria monocytogenes”

Probablemente habrás escuchado hablar de la Listeria monocytogenes. Esta bacteria se hizo popularmente conocida hace tan solo una semana cuando una alerta sanitaria del Ministerio de Salud obligó a sacar de las góndolas de supermercados un queso mantecoso laminado de la marca La Rotunda y a prohibir el funcionamiento de su planta productora.

Aunque muchas personas pueden consumir alimentos contaminados con Listeria sin enfermarse, igual puede causar la enfermedad de la Listeriosis, especialmente en aquellas y aquellos con sistemas inmunológicos debilitados, ancianas y ancianos, recién nacidos y embarazadas.

La bacteria que es resistente a la refrigeración e incluso a la congelación, ocasiona síntomas leves como fiebre y diarrea, pero en casos más graves también pueden sufrir complicaciones severas como septicemia y meningitis. Particularmente, en las mujeres embarazadas puede ser motivo de abortos o nacimientos prematuros.

Los productores del aludido queso mantecoso aseguraron que el alimento está ausente de listeria y dentro de la norma.  Más allá de la polémica, la bioquímica e investigadora del Cedenna, Valentina Carrasco, trabaja junto a un equipo mutidisciplinario,  en un dispositivo que detectará si hay o no microorganismos patógenos en un plazo mucho menor al actual ( de dos a cinco días).  Más adelante profundizaremos en esto.

Valentina estudió en la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. Tras titularse trabajó en un proyecto Corfo; hizo clases de Química en la Universidad Andrés Bello y luego se trasladó a la Facultad  de Medicina de la Universidad de Chile donde se desempeñó como asistente de investigación en  cáncer de colon y de mama.

El cáncer colorrectal es el tercero que se diagnostica con más frecuencia tanto en los hombres como en las mujeres estadounidenses. En Chile se diagnostican al año más de 6.200 casos nuevos de esta enfermedad. En tanto, la incidencia de cáncer de mama  corresponde a una tasa de 31,7 por 100.000 mujeres.

“Trabajamos en ciencia básica con células comercializadas que fueron alguna vez de un tumor de un paciente y que pasaban por un proceso que se llama de “inmortalización”, para ver su multiplicación en condiciones de laboratorio. Es hacerlo in vitro y más sencillo que otros modelos como el dedicado a los animales”, explica.

La investigadora hizo su Doctorado en Bioquímica en la Casa de Bello y hace un año, trabaja en el laboratorio de biosensores y nanomedicina del Cedenna donde estudia la microbiología con bacterias que viven en los alimentos.

“¿Que significa eso?, que pueden enfermar a una persona que las consume. Yo particularmente me dedicó al estudio de Listeria monocytogenes. Es uno de los patógenos causante de las infecciones alimentarias más violentas, con una tasa de mortalidad entre un 20 a 30 %, más alta que casi todas las restantes toxicoinfecciones”, explica.

Se presenta en lácteos principalmente, pero también en salmones y carnes. Los productos llegan para su consumo, pero previamente las empresas proveedoras deben haber revisado que no tengan microorganismos. En caso que se detecta la bacteria puede generarse una alerta sanitaria como la conocida hace algunos días.
Justamente en reducir aquellos tiempos de análisis de laboratorio trabaja la Dra. Carrasco.

“El objetivo del proyecto es desarrollar un sensor rápido de este microorganismo . Al consumir un alimento con este patógeno, puedes  desarrollar Listeriosis que es una enfermedad gastrointestinal que causa la muerte a 1 de cada 4 personas que la padece. Por este motivo se hacen grandes esfuerzos en la industria por pesquisar su presencia. La detección actual durante la producción alimentaria es un proceso que dura días y muchas veces tiene que ser externalizado a laboratorios ya que las empresas no poseen un laboratorio interno”, relata.

-Reducir este tiempo, ¿qué beneficios podría traer a las empresas productoras y a evitar alertas sanitarias?

- Tanto el mismo hecho de externalizar el análisis así como el análisis en sí pueden tomar entre 2 a 5 días. La demora tiene como consecuencia un gran costo para la industria debido al tiempo que el alimento debe ser almacenado antes de ser puesto a disposición del mercado. La propuesta de nuestro grupo multidisciplinario es desarrollar un equipo portátil que pueda detectar y cuantificar la presencia de dicha bacteria en tiempo rápido, prácticamente dentro del periodo de un turno de trabajo.

 

Dra. Gloria Baigorrotegui: Abordando los conflictos sociales con la tecnología, desde la investigación y la ciencia

Dra. Gloria Baigorrotegui: Abordando los conflictos sociales con la tecnología, desde la investigación y la ciencia

Gloria Baigorrotegui es Doctora en Estudios Sociales y Políticos de la Ciencia y la Tecnología en la Universidad del País Vasco e Ingeniería Civil Industrial de la Universidad de Santiago. Trabaja en el Instituto de Estudios Avanzados, en el área de estudios sociales y políticos. 

Los temas que le apasionan se concentran en energía y sociedad, sectores que considera muy interdisciplinares, ya que lo componen profesionales de la ingeniería, la filosofía, los estudios sociales, antropológicos y obviamente ecológicos.

Recuerda que su involucramiento  con estas temáticas proviene del seguimiento de conflictos con acciones colectivas El primero, la construcción de una central térmica de gas natural en el país vasco y  las centrales térmicas de carbón e hidroeléctricas de represa de gran tamaño en nuestro país.

La Dra. Baigorrotegui estima que la ciencia siempre es y será un desafío para ella. “Es una inquietud, un verdadero llamado de atención que canaliza lo que quiero hacer en la vida”. Se considera una mujer curiosa que siempre está buscando saber más de lo que pasa y de las razones que motivan dichos acontecimientos.

“La ciencia ha sido siempre una creencia muy fuerte en la universalidad de los conocimientos  y ha estado sostenida en una idea única, pero a mi juicio no es así, “no es tampoco, ni universal ni ideal, es muy concreta y tiene muchas formas de concebir el conocimiento, y las practicas de investigación podrían ser mundos distintos”, remarca.

Te invitamos a continuación a ver el siguiente video donde la Doctora en Estudios Sociales y Políticos de la Ciencia y la Tecnología en la Universidad del País Vasco nos entrega su visión sobre el conocimiento, la tecnología y la innovación, como también su opinión sobre la equidad de género;  en un trabajo que preparó la Unidad de Comunicaciones de la Vicerrectoría de Investigación, Innovación y Creación.

 

 

Verónica Pardo, ingeniera comercial de la Usach y subsecretaria de Turismo: “Siempre sentí una alta vocación por lo público”

Verónica Pardo, ingeniera comercial de la Usach y subsecretaria de Turismo: “Siempre sentí una alta vocación por lo público”

Impulsada por el profesorado y por su padre, Marcelo Pardo Brown, un reconocido académico de nuestro Plantel, Verónica Pardo Lagos eligió a la Universidad de Santiago como su alma máter. Tras ingresar a Ingeniería Comercial en la FAE, sintió un profundo llamado por el trabajo social, que canalizó a través del voluntariado en distintas fundaciones. Tras su paso por la gerencia de recursos humanos del Sernac, el mundo privado y la experiencia de dos campañas políticas, asumió la Subsecretaría de Turismo, repartición dependiente del Ministerio de Economía, Fomento y Turismo que busca recomponer a esta industria tras la pandemia.

¿Cómo fue su acercamiento a la Usach y a la carrera que escogió?

- Cuando salí del colegio en 1986 quería estudiar Economía. Era muy joven, di la PAA (Prueba de Aptitud Académica) con 16 o 17 años y en esos momentos, la Facultad de Administración y Economía (FAE) otorgó un nuevo énfasis a su Departamento de Economía y contrató a grandes académicos. Tenía la duda sobre dónde estudiar, había pensado en la Universidad de Chile, pero conversando con distintas profesoras y distintos profesores me dijeron “ándate a la Usach, porque la apuesta que están haciendo es gigante”. Además mi papá, a quien le tengo una gran admiración, fue el creador del Departamento de Ingeniería Informática de la Universidad de Santiago. Gracias a él conocía esta Casa de Estudios y cuando se juntaron estas cosas, no tuve ninguna duda en llegar a la Usach”.

Mucho antes de entrar en política su primer acercamiento a lo público fue a través de lo social. ¿Cómo se fue desarrollando esto en su carrera?

- Siempre sentí una alta vocación por lo público. Cuando estaba en tercer año en la Usach y nos manteníamos en dictadura los temas sociales no eran muy fuertes, pero empecé a trabajar como voluntaria en fundaciones como Un Techo para Chile o Servicio País. Luego me acerqué a la Fundación Trabajo para un Hermano, con el fin de acompañar a emprendedoras y emprendedores en la postulación a microcréditos, capacitaciones y formación donde trabajaba con analistas de crédito para el registro contable. Mi primer trabajo formal fue allí, luego estuve a cargo del Centro de Créditos de la zona sur de Santiago. Todo este recorrido fue importante porque el BancoEstado Microempresas se fundó con personas que provenían de la Fundación Trabajo para un Hermano. Fue el origen de la mirada del microemprendimiento. Hoy en día, el 70% del mundo del turismo es gente que viene del mundo del micro y pequeño empresariado.

Tras su paso por organizaciones sociales, entre las que también cuenta la Vicaría de la Pastoral Social, la actual subsecretaria de Turismo hizo una pausa en su carrera profesional para acompañar a su marido en sus estudios en Francia. A su regreso en el año 2000, se integró al Servicio Nacional del Consumidor, Sernac, lugar donde participó activamente de la transformación cultural de la institución mediante la Ley del Consumidor en el año 2002.

“Ahí entré al mundo público. Estuve casi 5 años, justamente cuando el Sernac empezó a tener otro nivel de impacto en los consumidores. Estaba a cargo del soporte en la gestión de personas y la gestión de cultura organizacional, que fue muy importante en mi reconocimiento en la vocación pública de manera potente”, agregó.

Tras dejar este servicio, Verónica Pardo inició un extenso recorrido por diversas consultoras, entre ellas Deloitte, donde fue responsable del desarrollo de asesorías en las áreas de turismo, hospitalidad y ocio. Tras esto, volvió a París por otros cuatro años, para acompañar a su marido en otra travesía, esta vez en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, OCDE.

Luego, en algún momento, su interés pasó hacia lo político y se presentó como candidata a la alcaldía de Providencia. ¿Cómo dio ese salto?

“En 2004 Alberto Undurraga, que en ese entonces era mi jefe en el Sernac, resultó electo en la alcaldía de Maipú. Viendo aquello, mi marido me dijo 'tú serías una excelente alcaldesa’. Ya en 2019, cuando retornamos desde Francia, llegamos a la misma casa donde llevábamos 20 años y surgió el estallido social. Mi hijo mayor me invitó a una asamblea y así nos vinculamos con la comunidad. (...) Pero después vino la pandemia y nuestro barrio, El Aguilucho, tuvo bastantes necesidades socioeconómicas, porque viene de la población San José Obrero. En esa época leía en el diario que la alcaldía no estaba disponible para ayudar, así que nos empezamos a articular con otras asambleas, con la parroquia y otros actores del barrio para llevar cajas de comida a quienes lo necesitaban. Cuando pasó el plebiscito (de entrada) y en Providencia ganó 70-30 el Apruebo, las asambleas plantearon la posibilidad de tener una candidatura para el municipio. Buscamos a distintas personas y al final me propusieron a mí. Fuimos a unas primarias ciudadanas donde ganamos por un 41% a los distintos partidos políticos y fui la candidata unitaria. Fue una campaña muy bonita, aunque no exenta de dificultades, pero tenía a todos los espectros políticos trabajando en conjunto para este proyecto. El logro fue gigante. En un momento pensé honestamente que ganábamos”.

Tras esto, la ingeniera comercial fue contactada por el actual presidente de la Cámara de Diputadas y Diputados, Vlado Mirosevic, para transformarse en la carta del Partido Liberal al Senado por la Región Metropolitana. “Finalmente asumí y acepté ser candidata a senadora, lo que, de nuevo, me demostró que parte de mi esencia es la conexión con la gente, porque una campaña en 52 comunas es gigante, pero estuve convencida de mi disposición para escuchar a la gente y a sus necesidades, y así ponerlas al servicio de la toma de decisiones en la política”.

Ahora el Presidente le ha encomendado una tarea de alcance nacional, la Subsecretaría de Turismo, ¿cuáles son los principales desafíos que le ha planteado la máxima autoridad para su gestión?

“Cuando me llamó el Presidente, una de las cosas que me dijp fue que esta es una cartera que tiene un potencial muy alto a nivel país y ciudadano. Él espera que asuma este desafío escuchando al sector del turismo, pero poniéndolo al servicio de las personas. En eso estoy (...) y creo que el gran desafío que tenemos es poner el bien público, de lo que implica el turismo, y del impacto que tiene al servicio de las comunidades (...). Eso implica posicionar el nombre de Chile a nivel mundial para que pueda ser elegido un lugar de destino entre quienes quieran viajar. En lo inmediato tenemos el desafío de los Juegos Panamericanos y Parapanamericanos. Queremos que la gente venga a vivir Chile”.

Dr. Gustavo Zúñiga, doctor en Ciencias Biológicas y académico de la Facultad de Química y Biología: “Sin investigación no hay Universidad”

Dr. Gustavo Zúñiga, doctor en Ciencias Biológicas y académico de la Facultad de Química y Biología: “Sin investigación no hay Universidad”

Para nadie son desconocidos los efectos del cambio climático en el mundo. El retroceso de  los glaciares es una muestra más de su impacto. “En la Antártica, en las Islas Shetland del Sur se han registrado inusuales temperaturas. Es visible un suelo con mucha piedra, poca vegetación, con poca caída de nieve”, relata el investigador y Dr. en Ciencias  Biológicas, Gustavo Zúñiga. Un par de plantas, entre ellas una granilla que es la primera que comenzó a estudiar,  la Deschamsia, ha aumentado porque la temperatura le favorece creciendo incluso cerca del mar. El académico estudia  qué respuestas tiene ante la salinidad. “Es un buen modelo pensando en cómo incorporar parte de los mecanismos que tiene esta planta en cultivo, porque el agua va a ser un factor limitante en muchas partes del mundo”, sostiene.

Son ya 38 años los que ha dedicado el Dr.  Zúñiga a nuestra Universidad. Hoy, el profesor, investigador y exdecano de la Facultad de Química y Biología,  asegura que la Usach cumple un rol social relevante. “La investigación afortunadamente se ha fortalecido. Con la acreditación por siete años se provocó un cambio favorable. No puede haber Universidad sin investigación. Antes esta idea se sustentaba poco y era menor el universo de investigadores activos en las distintas áreas. Esto es lo que hay que mantener. La Usach me permitió desarrollarme”, remarca.

Retrocedemos en el tiempo y nos cuenta que llegó hasta este Plantel cuando era la Universidad Técnica del Estado. Su padre quería que estudiara medicina, pero desde muy pequeño cultivó el interés por la Química. Fue así como dio la Prueba de Aptitud Académica e ingresó a la Licenciatura en Química, pero hubo un error ya que la carrera estaba estructurada como una Licenciatura en Educación , por ende su primera profesión ha sido la de profesor de Estado en Química y Biología.  Su buen desempeño estudiantil le permitió ser ayudante ad honorem . Guiado en su tesis por un profesor por hora de la Universidad de Chile, ingresó al Magíster en Ciencias  de la Universidad de Bello, lugar donde tuvo sus primeros acercamientos a los laboratorios. Allí también se titularía como Doctor.

En 1987 y con más de 8 publicaciones postuló a profesor de jornada completa en el Departamento de Química de la Usach y se ganó el puesto, como también se hizo cargo de uno de sus laboratorios. 5 años más tarde un grupo de químicos comenzó a estudiar un proyecto para  crear la Facultad de Química y Biología. Fue vicedecano de investigación entre 2000 y 2005. Estuvo dedicado a temas colaborativos hasta que lo postularon como decano; ganó las elecciones en dos oportunidades.

Si no cuidamos la Antártica, no podemos cuidar al mundo

-Profesor, usted ha tenido mucho reconocimiento por sus investigaciones en la Antártica. ¿Cuando aparece el continente blanco en su horizonte?

-En 1991, cuando mi tutor de la Universidad de Chile, Luis Corcuera, me pregunta si me gustaría ir a la Antártica. Obviamente le dije que sí, a lo que el respondió que debía escribir un proyecto. En febrero del 92 viajé y el proyecto duró hasta 1997.  Luego la gente del Instituto Nacional Antártico (Inach) me invitó a postular de forma independiente con otro proyecto que me adjudiqué y que pretendía estudiar el efecto de la radiación ultravioleta en las plantas .

-Entiendo que ha llegado a resultados interesantes que podrían derivar en un bloqueador solar a partir de plantas antárticas.

Lo que pasa es que dentro de  los mismos proyectos antárticos cuando estábamos trabajando en radiación ultravioleta nos encontramos con dos plantas vasculares que crecen allá, la Deschamsia y el Colobanthus; esta última es de la misma familia del clavel. La radiación ultravioleta provoca un daño oxidativo que es esta quemazón que nos produce en la piel  y que genera un grupo de moléculas que se llaman especies reactivas de oxigeno, muy dañinas y responsables del envejecimiento de la piel y de provocar alteraciones que se traducen en algunos tipos de cáncer. Estudiando la Deschamsia encontramos que produce moléculas que atrapan estos radicales dañinos y los inactiva, evitando que esos radicales actúen. Cuando hicimos lo mismo con el Colobanthus nos fijamos que produce moléculas que evitan que la radiación ultravioleta llegue a la célula y ese es el principio del filtro solar. De ahí que postulamos que estas moléculas eran filtros naturales y este año desarrollamos una prueba que la probamos en la Antártica y funcionó bastante bien.

-Hace algunas semanas, en el espacio de investigación de Usach al Día difundimos una nota sobre un megaproyecto internacional en el que la Universidad a través suyo está presente para proteger la Antártica.

-Sí, inició en 2021 y termina en 2027. Es una visión global de todo lo que ocurre en la Antártica y el lema es “Si no cuidamos la Antártica no vamos a poder cuidar al mundo”. Se ha demostrado que todos los eventos producto del cambio climático tienen algún impacto respecto al resto del planeta. Sin ir mas lejos,  hay eventos que ocurrieron en Chile asociados a olas de calor en la Antártica, por ejemplo el aluvión en la Región de Atacama en 2015 se produce luego de eventos de días de calor inusual en el continente blanco. En 2020 publicamos un trabajo  que dio cuenta que también hubo varios días de calor en una base argentina (17 grados) con  eventos en el resto del planeta.  Los más conocidos fueron inundaciones inusuales que arrasaron viñedos en Alemania. El proyecto apunta a generar información amplia desde distintos ámbitos científicos como forma de entender lo que pasa y mitigar el impacto de lo que estamos viendo. De alguna manera la Antártica es el receptor de lo que pasa en el resto del planeta. El proyecto es bastante grande e integra a varias universidades australianas y de nueva Zelanda, como también otras colaboradoras del resto del mundo. De Latinoamérica la única es la Usach. Dentro de Chile está el Inach que nos da la logística como grupo de investigación.

Ad portas de su jubilación, el Dr. Zúñiga sigue con sus cátedras.  Sostiene que un investigador que no transmite lo que desarrolla no tiene sentido. “Ahí esta el aporte que yo puedo hacer: transmitir lo que he vivido. El profesor que no hace investigación se transforma en un relator que lee un libro y lo explica, pero es distinto cuando tienes la practica. Nunca he dejado de hacer mis horas de clases , inclusive durante el tiempo que fui decano. Me relaja hacer clases , me entretiene estar con los estudiantes y me mantiene activo leyendo papers junto a ellos mejorando las clases. La investigación sólo en el laboratorio no se justifica”, concluye.

Alondra Bunster, estudiante de Medicina y bombera voluntaria en los incendios forestales del centro-sur del país

Alondra Bunster, estudiante de Medicina y bombera voluntaria en los incendios forestales del centro-sur del país

A sus 23 años, Alondra Bunster Nogues ha transitado por diversas realidades. Nacida en San José de Maipo debió trasladarse más de 1.200 kilómetros junto a su familia hasta el archipiélago de Chiloé, específicamente a la comuna de Queilen cuando apenas tenía tres años. En esta localidad su padre cumplió labores como médico general de zona, donde se mantuvo por seis años.

De regreso en Santiago, a los 12 años conoció a unos vecinos particulares: la Tercera Compañía de San José de Maipo. Allí, mirando con curiosidad desde la ventana de su dormitorio conoció los carros, cascos y pitones.

Hoy, la estudiante de cuarto año de Medicina de la Usach forma parte del cuerpo de voluntarias/os de otra bomba, la Novena Compañía de Puente Alto, donde también cumplió labores como ayudante general en el Departamento Médico en 2022. Tras el inicio de los incendios forestales de la zona centro sur de nuestro país, más precisamente en Quillón, en la provincia de Diguillín, región de Ñuble, debió trasladarse a combatir las llamas en medio de un incesante clima.

— ¿Cómo fue tu acercamiento a Bomberos?

-Las Compañías tienen grupos especiales para niñas/os donde  se acercan y manifiestan que quieren ser voluntarias/os. Ahí una/uno puede inscribirse para aprender acerca de la cultura bomberil, porque es todo un mundo lleno de tradiciones y jerarquización, pero sin salir a emergencias. En general participan hijas/os de bomberos, pero está abierto a toda la comunidad. En eso estuve desde los 12 hasta los 17 años. Por un tiempo me cambié de Compañía para conocer otras realidades, pero regresé y a los 18 años comencé mi proceso de postulación para ser bombera”.

— Tus padres no tienen vínculos con la institución, ¿cómo se tomaron tu interés en este mundo?

-Implicó varias cosas. En Santiago siempre he vivido en el Cajón del Maipo, entonces mis papás me trasladaban a todos lados porque el transporte es complicado. Cuando me cambié de Compañía, estaba en Las Condes; tenía 16 años y ahí empecé a cruzar sola la ciudad. También me empecé a quedar en la Bomba. Ahí generé los primeros roces con ellos porque el tiempo que le dedicaba a la Brigada era mucho y tenía que preparar la PSU”.

— Pero lograste entrar a la Universidad. ¿Cómo ha sido compatibilizar ambas cosas?

-Primero entré a Bachillerato. Me gustó mucho y creo que fue la mejor transición a la Universidad que pude tener. Ahí conocí la historia y la cultura de la Usach. Eso sí, el primer año tuve que retirarme de Bomberos. No estaba rindiendo en los estudios y solo después de un año académico más exitoso mis papás me dejaron volver. Ahora todo ha sido más tranquilo: el año pasado estuve 147 noches durmiendo en la Bomba y he logrado un equilibrio donde ya no tengo ningún problema en ese aspecto. Además en la Compañía me tienen un escritorio y me encierro en la guardia a estudiar, porque en general siempre tengo el dormitorio para mi ya que tenemos espacio separado con los hombres. Me dan todas las facilidades para hacer ambas cosas”.

— Recientemente estuviste en los incendios forestales de la zona centro-sur, ¿cómo sentiste esta experiencia?

-Fui en la primera delegación que se trasladó desde la Región Metropolitana hasta Quillón. En estas situaciones la gente demuestra mucho cariño. Nuestra caravana iba con decenas de carros, buses con voluntarias/os y por toda la carretera vimos una gran cantidad de personas que nos aplaudían. Eran muchas las muestras de cariño por parte de la comunidad, nunca había sentido eso. Eso sí, el ambiente era horrible: era como si hubiera neblina todo el día. Y en mi perspectiva como estudiante del área de la salud veía cómo las/os adultos mayores caminaban en ese ambiente, muchos resignados y sin mascarillas .

— ¿Y cuál era la principal urgencia en este lugar?

-El trabajo estuvo enfocado en la protección de viviendas. Las condiciones eran muy complejas: lo más difícil fue trabajar en un terreno distinto, con otro tipo de vegetación,  y como estábamos pasando por una ola de calor nos manteníamos a las cuatro de la tarde con temperaturas superiores a los 40 grados de calor. Ahora, en el lugar tristemente hay muchas personas preparadas para este tipo de catástrofes: los vecinos tenían estanques de mil litros, motobombas e incluso en algunas casas tenían mangueras, pitones, herramientas forestales y hacían cortafuegos. Eso fue determinante en el control de los incendios por la magnitud que tenían.

— Luego de todos estos años como voluntaria, ¿cuál ha sido el legado más importante que te ha entregado Bomberos?

-Creo que han sido las ganas de estudiar Medicina. Eso no vino de mi papá, de hecho toda su vida me dijo que no lo estudiara y siendo más chica yo tampoco quería, pero tuve mis años en Bachillerato para pensarlo y también comencé a tener experiencias en Bomberos relacionadas a accidentes. Y si bien me gusta el trabajo que hacemos de manera prehospitalaria, una de las razones por las que quise entrar a esta carrera fue porque a veces teníamos a un paciente en la ambulancia, lo dejábamos en la entrada de la urgencia y eso era todo: ahí supe que también quería recibirlo.

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