Dra. Leonora Mendoza Espínola: “No existe un solo camino al éxito. La ciencia tiene múltiples desafíos”

Conversamos con la máxima autoridad de la Facultad de Química y Biología de la Universidad de Santiago para abordar su historia y trayectoria, además de su rol como una de las fundadoras de Science Up. Su mensaje para las y los estudiantes es que “cualquier persona que fue capaz de salir de la enseñanza media, entrar a la Universidad y saltar el escollo del ingreso, es capaz de hacer cualquier cosa”.

Los inicios de la Doctora en Química y decana de la Facultad de Química y Biología, Leonora Mendoza Espínola, están asociados a la Escuela Experimental Artística, establecimiento donde sus padres la matricularon para estudiar música; una época que ve con nostalgia, pues en segundo año medio, sintió que era el momento de explorar otros caminos.  “Tuve que tomar una decisión bien drástica y dolorosa que significaba dejar muchos años dedicados a la guitarra clásica por buscar una pasión distinta. De hecho, seguí estudiando música hasta que la exigencia universitaria no me lo permitió más”, reflexiona.
Si bien la música pasó a segundo plano, aunque sigue presente en sus momentos de descanso, “la estricta disciplina desarrollada en mis inicios de estudiante de música, se transformó en mi mejor herramienta para enfrentar una vida dedicada a la ciencia, primero como pedagoga, luego como investigadora y hoy como decana”, sostiene la autoridad.
- ¿Cuándo fue el momento definitivo en que decidió ser investigadora?
En mi etapa de magíster. Trabajaba en el Laboratorio de Química Orgánica con el Dr. Alejandro Urzúa, mi mentor, colega y amigo. Me gustaba mucho la mezcla que él hacía entre la química y la biología. Ahí realicé mi tesis de pregrado y mis estudios de postgrado. Él me incentivó a irme un tiempo del país para realizar un intercambio de meses con el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en Madrid, España, durante mi doctorado.  Luego comencé a estrechar lazos con el área de Microbiología, trabajando con las doctoras Marcela Wilkens Anwandter y Milena Cotoras Tadic. La interacción con Milena fue determinante en la línea de investigación que actualmente realizo, pues me invitó a participar como coinvestigadora permanente en el Laboratorio de Micología, en donde el  año 96, aporté mis conocimientos en productos naturales producidos por plantas. Ahí iniciamos el desarrollo de la línea de investigación sobre compuestos químicos activos contra el hongo Botrytis cinerea, que sumado a otras líneas de investigación se mantiene vigente al día de hoy. En ese sentido la investigación asociada a la formación de personas, es lo que más me apasiona.
- ¿Cuáles fueron sus investigadoras referentes para seguir esta carrera?
Había pocas mujeres en esa época, seguimos siendo pocas aún, pero dos profesoras en particular fueron muy importantes para mi decisión de continuar mis estudios de postgrado, quienes junto a mi mentor reafirmaron mi pasión por las ciencias, por su sabiduría, sencillez, seriedad, su forma de enseñar, pero por sobre todo por el cariño que demostraban por lo que hacían. Me refiero a las doctoras Elsa Abuin y Betty Matsuhiro, ambas destacadas científicas que representaban la rigurosidad, pero al mismo tiempo hacían de la ciencia algo atractivo para las personas. 
- ¿Marcaron sus ganas de liderar en el entorno académico?
Sí. Creo que la forma de llevar sus laboratorios, líneas de investigación y relaciones con las personas, fueron bien determinantes cuando uno está estudiando y dice “a mí me gustaría llegar a esto”.
-¿Cuáles son los desafíos de su liderazgo como investigadora al pasar a dirigir la Facultad de Química y Biología?
Difícil pregunta. Los desafíos dependen de la formación de cada persona y su certeza de que es capaz. Yo no tengo la receta, de verdad no la tengo, creo que el liderazgo es algo que se va adquiriendo y madurando con el tiempo. En mi caso, llegar a ser decana nació del interés de impactar en forma positiva en la gente, estudiantes, colegas, funcionarias y funcionarios. Demostrar liderazgo para una mujer en esta Facultad no es complejo, pero no me gusta la palabra demostrar, me gusta la palabra reconocer, porque demostrar significa que hay que justificar las acciones constantemente, pero ser reconocida como líder ya sea en un laboratorio, línea de investigación, en la gestión, creo que es algo que naturalmente debiese ocurrir. Un buen liderazgo también va acompañado de un buen equipo de trabajo.
Paridad de género
- En su Facultad, el ingreso y egreso en pregrado se acerca a la paridad de género y las diferencias en su comunidad académica es menor. ¿A qué cree que se debe?
Somos una Facultad relativamente joven, que se crea a partir de la Facultad de Ciencia en 1994. Surgimos en un mundo que ya había dado los primeros pasos a la integración, a la inclusión. En ese sentido, no fue un tema complejo, porque como te mencionaba ya teníamos a estas líderes académicas y otras líderes importantes, como la Dra. Irma Carkovic; en gestión la Dra. Leonor Contreras, en investigación, entre otras que silenciosamente impactaban en el desarrollo de la Facultad.  Sí había un desbalance, y sigue habiéndolo, pero no era un tema de día a día. Por ejemplo, sesgos para preferir un hombre frente a una mujer en un cargo es algo que ha ido cambiando en el tiempo, pero puedo reconocer que en esta Facultad ha primado la calidad de las personas, independiente del género al cual pertenezcan. En ese sentido, yo creo que estábamos más adelantados que a lo mejor otras unidades de la Universidad. Creo que a nivel institucional aún falta por crecer.
- ¿Le gustaría dar un mensaje a estudiantes que hoy tal vez no se sienten del todo capaces de seguir una carrera científica?
Siempre he pensado algo que creo es real: cualquier persona que fue capaz de salir de la enseñanza media y entrar a la Universidad y saltar el escollo del ingreso, es capaz de hacer cualquier cosa. Algunas personas se demoran más y algunas menos, la meta se logra igual. Mi pensamiento no es original, más bien concuerdo plenamente con los valores del Dr. Francisco Javier Gil (QEPD), los talentos están distribuidos equitativamente. No depende del nivel socioeconómico, pero es nuestra labor dar oportunidades. Cualquier persona que llega a la Usach y termina su carrera, es talentosa de por sí. Explotar ese talento depende realmente de cuánto le guste y lo que quiera hacer, darle la oportunidad es la tarea de la Universidad.   Finalmente, me gustaría señalar que no existe un solo camino al éxito, la ciencia tiene múltiples desafíos: la enseñanza, la investigación, la vinculación con el medio, entre otros. Hay tantas alternativas de cómo uno se puede imaginar y disfrutar de la ciencia. Hoy en día la oportunidad de una formación universitaria, que alguna vez fue más para una élite de la población, ha aumentado mucho, y eso permite aprovechar las oportunidades y hacer lo que más nos gusta.

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