Incubadora de proyectos A+S de la Escuela de Arquitectura: plataforma de vinculación con la comunidad

En este segundo año de sistematización, el proyecto desarrollado por la Escuela de Arquitectura, a través del Fondo VIME Usach, logró la consolidación de una cartera de 50 entidades interesadas. Se han firmado más de 20 cartas de compromiso de trabajo y colaboración.

La experiencia de sistematizar la Incubadora de Proyectos A+S de la Escuela de Arquitectura de nuestra Casa de Estudios, ha sido fruto de un largo trabajo. Se inició el desarrollo de esta metodología junto con el terremoto del año 2010, en donde la Unidad se hizo parte del proceso de reconstrucción y rehabilitación del desastre ocurrido en la Región de O’Higgins, particularmente en la comuna de Peralillo. 
 
Ahí se desarrolló un trabajo con estudiantes de Arquitectura que cursaban su cuarto año, y desde esa posición se comenzó a instalar, a partir del éxito que tuvo debido a la cantidad de proyectos realizados para esa comuna, que les ayudó a obtener recursos para la reconstrucción.
 
La iniciativa se fue consolidando, y desde el año 2012 se transformó en una alternativa de proyectos de titulación que, a la fecha, se ha ido constituyendo en una metodología sugerida para  titularse en la Escuela.
 
Rodrigo Aguilar, director de la Escuela de Arquitectura Usach, comentó que este proyecto ha sido un beneficio, pues les ha permitido “articular iniciativas de docencia e investigación propias de nuestra Unidad con actores del medio externo para alimentar la innovación y permitir el desarrollo de aprendizaje y servicio, con un profundo sentido de responsabilidad social y compromiso con las necesidades del entorno”.
 
En este mismo sentido, Constanza Ipinza, coordinadora de Vinculación con el Medio de la Unidad, señaló que el proyecto se encuentra enmarcado en el Plan Estratégico de Vinculación con el Medio 2021-2024 y ha significado incorporar una sistematización de requerimientos sociales alineados con las líneas de desarrollo estratégico de la unidad académica. 
 
“Hemos podido recoger, ordenar, derivar y abordar proyectos vinculados a las líneas de "Energía y Ambiente", "Calidad de Vida Urbana", "Diseño Responsivo y Resiliente" y "Reciclaje y Revalorización", desde las áreas de la docencia, investigación y asistencia técnica. Es decir, se formaliza y establecen canales de comunicación y colaboración directa con los actores del medio”, informó Ipinza.
 
Proyecto Incubadora
 
El Dr. Carlos Muñoz, es el responsable del proyecto “Incubadora de Proyecto A+S”, que se lleva adelante gracias al apoyo de la comunidad académica y estudiantil de la Escuela de Arquitectura y los Fondos de la Vicerrectoría de Vinculación con el Medio de nuestra Universidad.
 
Esta iniciativa, que fue creada por los académicos de la Unidad, María Victoria Correa, Catalina Saavedra y Ricardo Armijo, se adjudicó el Fondo VIME de Consolidación y proyecta un mecanismo de sistematización que se incorpora a los quehaceres de la vinculación a nivel Escuela.
 
Profesor Muñoz, ¿Cómo ha sido la experiencia de llevar adelante este interesante proyecto?
 
La experiencia, ha sido altamente motivante porque nos ha permitido retroalimentar expectativas que tiene la gente en relación a desarrollar proyectos que de otra manera les sería muy difícil o tal vez imposible para poder conseguir un financiamiento. La Incubadora se ha convertido en una alternativa que tiene la Escuela que está generando habitualmente proyectos para grupos, instituciones y comunidades que lo necesitan y que les permite hacerlo efectivo en algún minuto. 
 
El año pasado fue un tiempo de diagnósticos primarios, frente al escenario actual ¿Cuáles han sido los avances más importantes del proyecto?
 
El gran avance que hemos tenido ha sido la consolidación de la Incubadora, en donde partimos con un interesante número de contactos. Son alrededor de 50, y 20 con firma de compromiso y colaboración que ahora deben transformase en proyecto específicos. Pero independiente de esto, el enfoque de aprendizaje-servicio nos ha permitido canalizar una metodología que ya tiene todo un sistema en donde vamos haciendo estos convenios y establecemos las obligaciones de cada una de las tres partes: el socio comunitario, los académicos y los estudiantes-. Estos tres actores interactúan para dar vida a estas expectativas y en conjunto desarrollamos la propuesta de solución a los problemas detectados.
 
Este proyecto también suma las nuevas tecnologías para sistematizar las iniciativas. ¿Nos puede comentar al respecto?
 
Este proyecto desarrolló un espacio virtual que está alojado en la misma web de la Escuela y donde, por una parte, se explica qué es la Incubadora, también se abre la posibilidad de a través de un formulario en línea de que se pueda hacer una presentación, que será revisada por nuestro equipo, y nos ponemos en contacto con el grupo expositor. Simultáneamente, vamos actualizando como Observatorio, las entidades o socios comunitarios que van interesándose en la temática y en trabajar con nosotros, los que ya han firmado algún acuerdo de trabajo y los que ya han desarrollado convenios de carácter anual. 
 
¿Cuál es la visión a futuro que tiene para el proyecto?
 
La idea es tener una plataforma de vinculación con la comunidad para la integración de nuestros estudiantes y los académicos, obteniendo así beneficios mutuos. La plataforma es el Observatorio, a cargo de la Escuela. Aquí, se retroalimentarían las labores en academia, investigación, y asistencia técnica, desde las problemáticas y el desarrollo operativo que se ha planteado la Escuela, por lo tanto, completamente vinculada con el proceso de desarrollo académico. Esto ha sido fundamental, y se ha corroborado en la última reunión con el cuerpo académico, en donde se socializó el proyecto y fue unánime su aprobación y recibió felicitaciones al generar iniciativas que van en directa relación con el mejoramiento de la calidad de vida de las personas, a través del trabajo académico que desarrolla nuestra Escuela.
 

Fotografía