Ante la primera cuenta pública realizada por el Congreso Nacional, un hecho histórico para la sociedad chilena, el académico del Instituto de Estudios Avanzados de nuestra Institución, Dr. César Ross, indicó que con esa decisión “está claro que el sistema se ha movido de una menor a una mayor transparencia, aunque existe la convicción que se necesita todavía más; pero, finalmente, es la propia ciudadanía la que va a decidir si eso es o no suficiente”.
El Congreso realizó la semana pasada la primera cuenta pública, enmarcada en la agenda de transparencia de la política, legitimando la democracia. Así, los presidentes de la Cámara de Diputados, Marco Antonio Núñez, y del Senado, Patricio Walker, realizaron el primer balance del Poder Legislativo en Chile.El académico del Instituto de Estudios Avanzados, IDEA, de nuestra Institución, Dr. César Ross, se refirió a este hecho inédito en la historia de nuestro país, expresando que, de alguna manera, aparece como una respuesta a la mala evaluación pública que existe del Congreso, algo que ha aparece en las encuestas, debido a la falta de credibilidad por el financiamiento de las campañas.Sobre el papel de la ciudadanía, el académico explicó que “podría tener un rol más activo, pero ese papel presupone un nivel de ciudadanía más organizada. En el caso norteamericano, hay organizaciones no gubernamentales, ONG´S, que reciben financiamiento público con el fin de vigilar el desempeño del Congreso y de otras reparticiones. Entonces, si en Chile no se desarrollan una red de entidades a lo largo del país, dedicada a supervigilar desde la ciudadanía esta mayor transparencia, en un tiempo más se va a caer en una mayor opacidad”. “Si uno mira otros ejemplos de sistemas más democráticos que el chileno, como el de Estados Unidos, diría que también ahí la mayor transparencia ha nacido en los momentos críticos en que el sistema político se abre a ser observada, en ese sentido lo que los norteamericanos llaman ‘accountability’; es decir, el dar cuenta pública de lo que se hace en el terreno de la gestión, es una práctica que se usa en momentos tensos como este”, agregó.Evaluación detalladaPor otro lado, el experto manifestó que “en términos generales, la medida de dar cuenta pública de lo que se hace es adecuada, lo que hay que hacer ahora es hacer una evaluación más detallada de la estructura de la cuenta pública. Si pensamos lo que pasó con los viáticos, que era un error en la norma, había una especie de sistema que estaba pensado para que nadie viera nada”.Expresó que si no se dan esos pasos la desconfianza en la población se mantendrá, ya que “no necesariamente fue bien vista, porque están en la posición de no creerle nada a nadie, debido a que ya han habido algunos casos emblemáticos, lo que los hace sospechar de todo”.Además, resaltó que “hay más transparencia respecto del congreso anterior, es decir, respecto a la situación anterior. Por ejemplo, hasta el gobierno de Ricardo Lagos, donde había ministerios que tenían fondos reservados que no se rendían, como los del Interior y de Defensa, respecto de los cuales nadie sabía en qué se gastaban”.Especifica que “sin embargo, se subentiende que por razones de seguridad el Estado gasta dinero en proyectos que son reservados, pero tienen que ser estos gastos a lo menos conocidos por el Congreso, y esos millones de pesos durante ese gobierno y en toda la Dictadura no se supo en qué se gastaron, por lo que podría haber ido a la billetera de alguien y no se habría sabido jamás y ni siquiera investigado”.Por lo anterior, indicó que “es claro que el sistema se ha movido de una menor a una mayor transparencia, pero también está la convicción ciudadana que se necesita más transparencia, pero finalmente es la propia ciudadanía es la que va a decidir si es suficiente eso o no”.Mala intención o incompetencia“Con esto se reduce el espacio de las malas prácticas, sin embargo, quienes tienen la intención de burlar el sistema siempre van a buscar la manera de perpetuar sus malas prácticas de una manera más sofisticada. Por lo tanto, no debiéramos pensar que esto necesariamente se termina aquí, así como tampoco deberíamos pensar que todos los errores administrativos en las cuentas de lo que la gente hace responde necesariamente a una mala intención, ya que muchas veces es por incompetencia”.Solo hay que mirar el currículum de las personas que están rindiendo cuentas, donde hay personas que tienen una escasa formación y tienen cargos de elección popular con presupuestos no tan pequeños bajo su control. El ejemplo no son solamente los senadores y diputados, sino que también la red de alcaldes que hay en Chile, dentro de los cuales con dificultad terminó el colegio”, añadió.“Yo creo que ambas cámaras reconocen el error, la pregunta siguiente es saber si ellos piensan que ese es un error, porque ellos están pagando un precio político por eso, o creen que es un error porque no debieron haber incurrido en eso. Yo creo que están conscientes que era un problema y, probablemente, como era una práctica tan instalada del financiamiento irregular en las campañas ni siquiera se habían puesto a pensar en que eso era un problema”, expresó finalmente.Concluyendo respecto de la cuenta, el Dr. César Ross, indica que con esa decisión “está claro que el sistema se ha movido de una menor a una mayor transparencia, aunque existe la convicción que se necesita todavía más; pero, finalmente, es la propia ciudadanía la que va a decidir si eso es o no suficiente”.