Este martes, una gran explosión afectó al puerto de Beirut, en Líbano, presumiblemente a causa de la combustión de más de dos mil toneladas de nitrato de amonio que permanecían guardados en una bodega. El estallido habría dejado más de cuatro mil personas heridas y 300 mil sin hogar, además de ocasionar el colapso de hospitales y descomunales daños en la infraestructura de la ciudad.
Desde Chile, el académico del Instituto de Estudios Avanzados (IDEA) de la U. de Santiago y analista internacional, Dr. Fernando Estenssoro, explicó que la situación llega en un “muy mal momento” para el país de Medio Oriente que se encuentra ubicado en una zona “altamente conflictiva y compleja” y donde los efectos de la explosión “podrían repercutir” política y socialmente.
“El Líbano estaba en una situación política muy compleja, con problemas sociales y de desempleo. La explosión llega en un muy mal momento, que se sumaría a problemas como los casos de contagios por COVID-19”, sentenció el experto.
El académico agregó que, “ya el año pasado hubo bastantes manifestaciones, de carácter social y con enfrentamientos con la policía, en contra del Gobierno que finalmente se transformó en una crisis generalizada por cómo se ha manejado la situación económica del país”.
Según el especialista en ciencias políticas, es vital que las autoridades del Gobierno libanés despejen cualquier duda del origen de la catástrofe y entreguen a la población respuestas claras y precisas para poder definir la responsabilidad de lo ocurrido, aunque “sean medidas dolorosas para la propia coalición gobernante”.
“Creo que va a depender mucho de cómo el Gobierno lo tome y qué es lo que haga sobre la base de quién es la responsabilidad. Cuando están los ánimos crispados, hay problemas de desempleo, serias críticas al Gobierno y con bajo nivel de aprobación político, estas cosas siempre se complican y surgen sospechas sobre el origen de esto. Claro que puede transformarse en problemas sociales mucho más serios. No digo que vaya a ser así, por eso aquí lo más importante es ponerlo como interrogantes e ir despejándolas”, sostuvo el académico de IDEA-Usach.
Crisis de larga data
En tanto, el analista, magíster en Historia y también académico del Instituto de Estudios Avanzados, Dr. Cristián Garay, explicó que las graves dificultades políticas que sufre Líbano, son parte de una crisis política prolongada, efecto de la Guerra Civil entre 1975-1990, de la incrustación de la milicia Hezbollah, chiíta y de la multiplicidad de grupos y facciones, entre los cuales son significativo los cristianos maronitas.
“Todo ello ha llevado a un Estado sometido a la acción de sus vecinos, especialmente Siria e Israel, que han favorecido a bandos o posiciones. Recientemente hay interés de Irán porque está involucrada con Hezbollah, y le acerca a la frontera con Israel”, detalló el experto.
En palabras de Garay, debemos considerar que Líbano “tiene una estructura en que se reparten los cargos por religiones, y esto acrecentó la salida de recursos fiscales hacia sus respectivas facciones. Esto ha ocasionado propuestas contra la corrupción”.
“Virtualmente el Gobierno libanés era rehén del Gobierno sirio (los servicios secretos sirios estuvieron detrás del asesinato de un primer ministro), pero en la actualidad ha crecido la influencia directa de Irán en desmedro de sectores sunníes e impulsado por la ayuda financiera”, agregó.
Respecto a la posibilidad de recuperarse tras los estragos ocurridos, el analista considera que, difícilmente, existan recursos y ayuda, “dado que la implicación de Hezbollah en la administración de la ciudad inhibe a las monarquías petroleras”.
“La explosión destruyó la infraestructura portuaria y eso dificultará el acceso de todo tipo de ayuda. Líbano venía con una fuerte contracción económica, y consecuentemente de desempleo, y antes había protestas generalizadas contra la corrupción. Pero, cualquiera sean las consecuencias, nada de ello cambiará el orden político actual, ya que es estructuralmente heterogéneo en un país árabe racialmente y religiosamente mixto”, puntualizó el experto.
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Para el especialista del Instituto de Estudios Avanzados Usach, Fernando Estenssoro, la catástrofe llegaría a Líbano en un muy mal momento político y económico que podría incluso tener repercusiones sociales si el Gobierno no la maneja de manera clara y rápida. En tanto, el Licenciado en Historia y también académico del IDEA, Cristián Garay, explicó que la República Libanesa sufre hoy una crisis prolongada, efecto de la larga guerra civil de 1975 a 1990.
Redacción
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