En la primera de estas etapas, que puede ser la del conocimiento, surgen las especialidades, las capacidades, los logros. Sucesivamente se va conociendo el pasado, la cultura, los gustos u opciones hasta llegar a la cooperación, la comunidad de intereses y de iniciativas.
Cuando parte una de estas personas, con la cual se ha llegado a un grado avanzado de amistad, se inicia el recorrido por los hitos y surgen los balances. En ese instante se aprecia como nunca, la vida de quien ya no está físicamente.
Hoy nos detenemos porque ya no encontraremos caminando con su cabeza bien erguida a ese hombre bueno como dijo la mayoría, ese hombre sincero, como solía decirlo él mismo en su canto.
Como colegas siempre nos fijamos en su vida de estudios formales. José Luis Cárdenas Núñez, fue estudiante secundario formado en el Instituto Nacional. Luego fue médico formado por la Universidad de Chile. Académico y conferencista en universidades del país y de Europa, principalmente Alemania. Publicó y dictó conferencias hasta hace muy poco. Una de sus especialidades era la medicina de aviación y del espacio. Trabajó durante muchos años en el Hospital de la FACH. En investigación, destacan sus contribuciones en el proyecto Chagas Space realizado en conjunto con la NASA donde la experimentación se realizó en el Transbordador Espacial Columbia.
Recibió distinciones tales como el mejor profesional civil del Centro de Medicina Espacial de la FACH. La medalla de Investigación Valentina Tereskova, otorgada por la Agencia Espacial Rusa y el premio de investigación SANDOS, otorgado en Suiza por sus trabajos en Optoquinética.
Además de sus responsabilidades en la enseñanza superior, nunca perdió de vista a la juventud. Participó por años en los Campamentos Espaciales para estudiantes de enseñanza media. Conocido fue el experimento “Chinitas al espacio” donde junto a otros destacados científicos y técnicos abrieron horizontes a las estudiantes del Liceo N° 1, Javiera Carrera.
Desde su especialidad y trabajo de investigación también soñaba, pero con los pies fuera de la tierra. En efecto, en una entrevista comentaba sobre su estudio de las capacidades de adaptación del tronco y del cerebro para buscar nuevas respuestas frente al vértigo, el mareo, la desorientación en el espacio,… ¿por qué eso? …”para estar preparados cuando el ingeniero Klaus von Storch, candidato chileno a astronauta, viaje a la Estación Espacial Internacional…”. El comentario lo hacía José Luis con la certeza que el viaje de von Storch sería realidad. El candidato estaba preparado en todos los sentidos, solo faltó el vehículo.
Además de tratar y preparar a Klaus von Storch como su médico especialista, realizó con él varias publicaciones y presentaciones a congresos sobre aeromedicina y medicina espacial.
Su sólida preparación académica lo llevó a ser el primer decano y fundador de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Santiago de Chile, cargo que desempeñó los períodos 1993-1996, 1999-2001, 2009-2011.
El objetivo de la creación en 1994 de la Facultad de Ciencias Médicas, fue dedicarse a la formación de profesionales que se destacaran por su fuerte compromiso social. Sobre ello declaraba: “Privilegiamos tanto el enfoque preventivo como las capacidades resolutivas clínicas. Nos interesa al mismo tiempo fomentar entre nuestros alumnos e internos la capacidad de entregar soluciones de salud tangibles, lo que es un modelo básico de nuestras escuelas”.
En procesos de formación, los resultados de la labor no siempre se pueden apreciar y si surgen, ellos se conocen después de un tiempo. Pasaron 20 años desde el egreso de la primera generación de médicos formados en la Facultad de Ciencias Médicas de la Usach y al conocer la triste noticia del 30 de abril, no dudaron en rendir un tributo público a quien valoran “por su coraje y perseverancia prometiendo mantener siempre en nuestros corazones el recuerdo de un hombre sencillo, cálido y sabio, cuyo ejemplo esperamos ser dignos de seguir en nuestra profesión y en nuestras vidas”.
Su vida profesional y académica la logró desarrollar junto a su familia. Nunca estuvo lejano el padre aunque las distancias físicas fuesen considerables. Fue un modelo de vida destacado y valorado por su autenticidad. Qué óptima formación para sus hijos el que nunca, a pesar de sus tropiezos y malos momentos en su vida laboral, lo vieran expresar odio o mal tratar a alguien. Cómo lo ven los suyos: Ser humano ejemplar, sencillo, perseverante, cálido y amable. Sabio pero nunca soberbio. Generoso en su sabiduría. Estudioso y comprometido. Interesado en la cultura y las culturas.
Quienes hoy lo recordamos coincidimos con su familia le vimos entregarse a esta Institución que la hizo suya, compartió con nosotros con generosidad, amabilidad, con respeto y cariño, haciéndose parte de iniciativas conjuntas. Y sinceramente se comprometía con valentía anhelando una institución cada día mejor. Como decanos y decanas compartimos sueños y desafíos. En ese andar conjunto aprendimos a valorarlo y apreciarlo. Lo extrañaremos.
Con la esperanza que pronto va a amainar la fuerza de la tristeza para dejar paso a la alegría de recordar, nuestro cariño a su familia.
Un abrazo hasta allá en el alto espacio.
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En la Universidad de Santiago como en todas las grandes entidades se generan diferentes clases de relaciones personales en diferentes direcciones. En algunas de ellas transitando por graduales etapas, se llega hasta la amistad, es esa la que queremos recordar hoy ante el fallecimiento de José Luis Cárdenas.
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