Estudio de la Usach comprobó que este tipo de instrumentos ayuda a la integración de estudiantes catalogados como poco participativos o "negativos".La tiza y el pizarrón quedaron en el pasado. Poco a poco las aulas chilenas incorporan nuevas tecnologías para el aprendizaje. Un claro ejemplo de esto son las denominadas pizarras interactivas, que a través de un ambiente digital, juegos y material disponible para las más diversas asignaturas, logran captar la atención de los estudiantes. El académico del Centro de Investigación e Innovación en Educación y Tecnología de la Usach, Robert Pardo, presentó "Pizarras interactivas, consideraciones pedagógico didácticas (con la voz de los docentes)"; resultado de un análisis de impactos y efectos del uso de estos dispositivos en diez escuelas básicas de la Región Metropolitana.El proyecto fue diseñado con el apoyo metodológico del sociólogo Eduardo Kimelman. "Esta investigación intentó aportar conocimiento sobre qué ocurre cuando un docente en una institución educativa recibe una pizarra interactiva, en este caso, profesores de inglés de quinto básico. Los docentes, de diez colegios, fueron observados en cada una de sus clases durante cuatro meses por antropólogos y estudiantes de último año de Antropología, en un trabajo de Etnografía en el Aula, además de ello fueron entrevistados en varios momentos del proceso", comenta Pardo. Según explica el académico del Magíster en Educación, los resultados fueron varios. Uno de ellos, dice relación con que los impactos y efectos de una tecnología van más allá de aprendizajes disciplinares específicos y dependen de factores locales a los que hay que prestar atención. Por ejemplo, se observaron efectos en la integración de alumnos negativamente calificados y no participativos, en la gestión de la sala de clases, en autonomía de los alumnos y en autoestima de los docentes.Por otra parte, "observamos que profesores de mayor edad, con más experiencia, que en un comienzo demoran más en adquirir un manejo funcional de la tecnología, cuando lo logran tienen más posibilidades de utilizarla con más sentido. Por ello es importante el acompañamiento que se les puede brindar y no asumir que existe un rechazo por tema de edad", explica Pardo. Para el investigador asociado del Centro Comenius, las tecnologías están presentes en la educación desde antes de la aparición de lo digital, asegurando que todos estos elementos son mediadores que entregan posibilidades y recursos para determinadas acciones (pedagógicas, didácticas y educativas) que se desean realizar en las aulas. A lo anterior, se suma que las tecnologías "son herramientas ideales para que los estudiantes puedan imaginar y crear. Lo importante es que los objetivos educativos y de aprendizaje estén en primer plano, para que podamos evaluar las tecnologías que necesitamos. A veces lo indicado es una pizarra interactiva, otras veces un blog o Twitter, un computador de escritorio o uno portátil, o a veces, dependiendo de lo que queremos lograr, un papel y un lápiz bastan", asegura el experto Usach. Resultados expuestos internacionalmenteTeniendo en cuenta la relevancia que adquieren estos implementos, especialistas en esta área se reunieron durante mayo en el Global Educational Technology Summit, actividad organizada por la empresa de Tecnología Educativa Smart. Para Robert Pardo, una de las actividades más interesantes del evento, desarrollado en Canadá, fue visitar y observar clases en una escuela, la Joyce Public School de Toronto, establecimiento multicultural y con el 60 por ciento de sus estudiantes en situación de pobreza: "Allí la tecnología, en múltiples formas, digital y no digital, es utilizada para lograr objetivos de aprendizaje, lo que genera excelentes resultados".