Una mariposa logra colocar huevos en una planta tóxica y sus larvas se alimentan de ella sin morir por esta causa. Se trata de la Battus polydamas archidamas, una mariposa que pertenece a la familia Papilionidae (Troidini), que vive en la planta tóxica Aristolochia chilensis (Oreja de Zorro o Yerba de la virgen María).
El estudio de esta relación planta-insecto estuvo a cargo del Dr. Alejandro Urzúa, académico de la Facultad de Química y Biología de la Universidad, quien publicó, recientemente, tres artículos que resumen los resultados de la investigación en la revista European Journal of Entomology. El último texto presentado, se llama "Secuestro de ácidos aristolóquicos de dietas artificiales por larvas de Battus polydamas archidamas", y es parte de un estudio de cinco años (2006-2010), que inició su etapa biológica usando como sitio de experimentación la Cuesta de Lo Prado, donde hay poblaciones de la planta Aristolochia chilensis.La mariposa estudiada es la única especie de la familia Papilionidae que vive en Chile, específicamente, en dos plantas del género Aristolochia: Aristolochia chilensis, que crece desde La Serena hasta la Región Metropolitana y Aristolochia bridgesii, que se reproduce en los alrededores de La Serena.La investigación, que se inició con un censo en terreno que se prolongó durante varios meses, y luego continuó en el laboratorio, determinó hallazgos interesantes para el Dr. Urzúa: "Llama la atención que algunos insectos utilicen como planta hospedera, una planta venenosa. Este fenómeno se descubrió hace tiempo y en los años ‘60 la química ecológica, disciplina de la química orgánica, que trata de entender cómo mediante mensajes químicos se relacionan los organismos vivos, trató de racionalizar por qué ocurre".En el caso específico de la mariposa Battus polydamas archidamas, ésta pone los huevos en la planta tóxica, desde donde salen las larvas que luego se transforman en mariposas, las que luego se aparean y vuelven a colocar los huevos en la misma planta. Este tipo de situaciones "es bastante más común en la naturaleza de lo que se piensa, que insectos herbívoros vivan en plantas específicas o en grupos de plantas que están relacionados entre sí por la química. Aunque, normalmente los compuestos químicos que contienen estas plantas, son tóxicos para los mamíferos y también tóxicos para microorganismos e insectos", acota el científico.La relación de un insecto con una planta tóxica, incorporando o secuestrando compuestos tóxicos por el insecto, genera para éste la ventaja de que no tiene competencia en la alimentación, y no se muere porque no es atacado por depredadores. Sin embargo se establece una relación estricta -uno a uno-, y si la planta desaparece el insecto también."Estamos hablando de una especie que no es una plaga, y de una planta que es nativa de Chile y se utilizó hasta mediados del siglo XX como planta de ornato y que en el campo se cultivaba y utilizaba como planta medicinal", sostiene el Dr. Urzúa, que en esta investigación trabajó en conjunto con el Dr. Hermann Niemeyer, director del Laboratorio de Química Ecológica de la Universidad de Chile, y con el biólogo, Carlos Pinto, especialista en mariposas.