Especialistas Usach evalúan sistema de oxigenación de alto flujo para pacientes COVID-19

Mientras para el kinesiólogo, Patricio Canales esta alternativa, asociada a la posición prono vigil de los pacientes, está dando muy buenos resultados, el infectólogo, Ignacio Silva, precisó que la técnica, si bien sirve “para ganar tiempo”, no reemplaza la necesidad de contar con ventiladores invasivos tradicionales.

Este lunes, el subsecretario de Redes Asistenciales, Arturo Zúñiga, dio a conocer en la ex Posta Central la técnica de oxigenación de alto flujo que se irá implementando en diversos recintos asistenciales. El objetivo es evitar que los pacientes enfermos con Coronavirus lleguen a la ventilación mecánica.

Al respecto, el kinesiólogo, magíster en Ciencias Médicas y Biológicas y académico de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Santiago, Patricio Canales, calificó el mecanismo como una “una alternativa útil para el tratamiento de pacientes con COVID-19 que están en vías de una falla respiratoria severa”.

“Hoy vemos que los sistemas están colapsados, el recurso humano se hará mucho más escaso en las próximas horas y este tratamiento de alto flujo permite que los pacientes ventilen en forma espontánea, que se defiendan con sus propios sistemas y ganen tiempo para que el pulmón responda. En ese sentido, el apoyo de alto flujo es tremendamente relevante y en la experiencia local está dando muy buenos resultados”, señaló Canales.

Según el especialista lo aconsejable no es solo el uso del sistema de alto flujo, sino que asociarlo, también, con la posición en prono vigil (“boca abajo”). “Estas dos estrategias mejoran la mecánica de la respiración y oxigenación en unas cuantas horas”, sostuvo.

“El uso de un respirador artificial no es tan sencillo. Requiere, sin lugar a dudas, la mano y experiencia de un profesional especializado. Tener un sistema altamente colapsado va a impedir que los abordajes tradicionales de ventilación mecánica invasiva sean eficientes y, desde ese punto de vista, vemos que el mecanismo de alto flujo podría reemplazar, de alguna manera, la necesidad de intubación”, explicó.

“Ahora, lo que sí debemos tener presente es que hay un grupo de pacientes que, probablemente, no respondan. Y ahí el equipo médico deberá tener la suficiente destreza para identificar quiénes requieren intubación. No son todos, pero estamos viendo con buena mirada que la mayoría está respondiendo a la oxigenoterapia de alto flujo asociada a la posición prono vigil”, apuntó Patricio Canales.

En tanto, el infectólogo y académico de la Escuela de Medicina de la Universidad de Santiago, Ignacio Silva, coincidió en que el mecanismo de oxigenación de alto flujo es efectivo y seguro para estabilizar a algunos pacientes y, de esta manera, “ganar tiempo”. Sin embargo, enfatizó en que “no reemplaza a la ventilación mecánica”.

“Mientras mayor disponibilidad de recursos haya, mejor. Pero tampoco hay que tener más de lo necesario, porque es mucho más prioritario tener un ventilador mecánico que una naricera de alto flujo. Sirve, pero no reemplaza a la ventilación”, precisó. Además, señaló que “no es llegar y usarla en cualquier paciente”.

Según el Minsal, ya se han comprado 240 equipos que serán repartidos en recintos de la Región Metropolitana. La Confederación de la Producción y el Comercio (CPC), por su parte, aportará otros 400 implementos de este tipo. El mecanismo buscará generar una mejor ventilación en personas con insuficiencia respiratoria aguda.

A juicio de Silva, el beneficio de la oxigenoterapia es relativo ya que dependerá de cómo responden los enfermos a esta técnica. “Algunos estudios indican que se puede retrasar la necesidad de utilizar la ventilación mecánica. No necesariamente se evita, pero sí uno puede ganar tiempo mientras se arma un ventilador o se desocupa una cama de UCI”, precisó.

A pesar de que el infectólogo señaló que la oxigenación de alto flujo “no es algo novedoso” y que “ya se está usando hace mucho tiempo como alternativa a la ventilación”, valoró el hecho de que en grandes hospitales esté ayudando “a ganar tiempo entre los pacientes que están esperando o en situación crítica, en el límite del requerimiento de ventilación mecánica invasiva”.

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