Diego Urzúa, Administración Pública: “Mi interés por un Chile más justo se acrecentó en los pasillos de la Usach”

Estudió en la Facultad de Administración y Economía de nuestro Plantel y actualmente es coordinador de metodología y experiencias de aprendizaje, además miembro oficial de la Red de Jóvenes Líderes/as Iberoamericanos/as. Hoy conocemos su experiencia como egresado destacado de la Usach.

Llegar a Santiago cargado con una maleta de sueños es una realidad que muchos jóvenes de regiones viven antes de su ingreso a la Universidad. En el caso de Diego Urzúa, esta mochila era aún más pesada ya que sus padres no contaban con  medios y en el colegio tampoco sentía que los profesores los incentivaran para ir tras un futuro más promisorio que trabajar en la región donde nacieron. Sin embargo, y es un agradecido de ello, el sistema estatal le brindó las oportunidades para estudiar tranquilo gracias a las becas que recibió y que lo convirtieron en primera generación de su familia en egresar de la Educación Superior.
Diego proviene de Talca donde hizo su enseñanza media en un colegio municipalizado, pero sus expectativas, producto de una fuerte vocación social, se centraban en estudiar Sociología o Derecho. Un hecho puntual lo llevo a conocer  la malla de Administración Pública y con el ímpetu de sus 18 años por cambiar el mundo, dio la PSU el año 2010 e ingresó a la Usach. “En la Universidad aprendí de economía, del mundo de las ciencias sociales, de política pública, y de historia del Estado… Desde allí quería sentir que podía aportar. Postular a la Universidad de Santiago fue mi mejor decisión”. En 2016 defendió su tesis sobre la inclusión laboral de las personas migrantes en Chile, análisis comparado de los acuerdos internacionales que había suscrito el Estado con la ley migratoria del 75. “Tenía un interés muy grande en el tema de derechos humanos y quise abordar esa dimensión desde la política pública”, recuerda.
¿Cómo nace en ti el tema de la innovación social, que posteriormente recorrerá tu trayectoria profesional?
El profesor Mario Radrigán me invitó a participar de un proyecto que estaban realizando varias universidades sobre Escuelas de Formación en Innovación Social. El objetivo era formar estudiantes universitarios que tuvieran interés en desarrollar proyectos. Fue así como me involucré mucho en iniciativas  que tenían que ver con vínculos con el territorio, municipalidades, organizaciones de juntas de vecinos, y comenzó a acrecentar mi interés en innovación social con enfoque en derechos humanos.
En 2016 trabajó en  el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos en gestión de proyectos, desde el rol de la administración pública. Se fue acercando al mundo del emprendimiento social y en 2018 le ofrecieron trabajar en la Usach en el Programa de Innovación Abierta, de la Facultad de Ingeniería, donde junto a organizaciones externas a la Usach presentaban desafíos a los estudiantes para que durante un semestre, y a partir de una metodología, se abocaran a abordar problemas y aportar soluciones.
Líder juvenil iberoamericano
Los años de experiencia le permitieron trabajar como mentor de emprendimientos sociales a nivel internacional, fuertemente en Latinoamérica. Participó de una hackaton organizada por MIT y ha apoyado el Rally Latinoamericano de Innovación Abierta.
En este mismo ejercicio de conectar con personas de otros países, este año se le reconoció como miembro oficial de la Red  de Jóvenes Líderes/as Iberoamericanos/as. Su objetivo es empoderar a más jóvenes a transformarse en agentes de cambio pensando en el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030.
¿Cómo visualizas el aporte que los estudiantes de la Universidad pueden hacer en lo cotidiano y aportar a un mejor país, como agentes de cambio?
_He estado en proyectos que involucran a liceos públicos en lo Prado y Cerro Navia, con empoderamiento de jóvenes a través de la innovación social; en proyectos con universitarios para que ellos al momento de que egresen pongan sus conocimientos a disposición de los desafíos que afectan directamente a las personas. Yo siempre destaco un desafío que trabajamos con el Directorio de Transporte Metropolitano. Qué más claro de que los profesionales de la Usach, desde sus distintas visiones y carreras, se pongan a disposición de solucionar los problemas que detectamos en el transporte público, para que sea más inclusivo, más accesible  y que se haga cargo de la discapacidad o de los problemas de acoso.
Los tiempos están cambiando vertiginosamente, pero nuestra Universidad sigue presente en los grandes temas país. ¿Qué sientes por tu alma mater?
_La Usach ha sido muy importante en mi vida como soporte para entender cómo funciona el sistema y a partir de ello cómo aportar y llevarlo hacia lo que yo considero más justo, más solidario, pero creo también que lo que te entrega el Plantel es ese espacio diverso, consecuente y responsable con lo que está sucediendo en el Chile de hoy. Creo además que este compromiso que la Usach tiene con los estudiantes de regiones es potente y decisivo en la formación que uno recibe. Es esa permanente insistencia en que nuestra formación la tenemos que poner al servicio de las personas. En los pasillos de la Usach se habla de la historia de Chile. Desde esa vereda es imposible que alguien pase por la Universidad de Santiago y no se empape del compromiso de justicia social. Yo pude estudiar gracias a un aparato completo de garantías sociales. No puede ser que alguien que haya estudiado en la Usach jamás haya pensado que iba a haber un estallido social, o que existía tanta desigualdad en el país.
Diego Urzúa actualmente está dedicado a la Academia haciendo clases en innovación social en la Usach y otros planteles. Además presta apoyo en la formación de estudiantes de  primer año que lo tienen muy contento, pues dice que  transmite que la Universidad no solo busca formar profesionales, sino también transformarlos en agentes de cambio. También destina parte de su tiempo a proyectos relacionados con migración y derechos humanos

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