Nueva Presidenta de la Junta Directiva Usach: “Mi impresión al ser elegida fue de alegría, agradecimiento y responsabilidad”

La primera mujer en liderar la Honorable Junta Directiva de nuestra Universidad, la Dra. María Jesús Aguirre, es científica y académica de la Facultad de Química y Biología. Busca en su cargo velar para que nuestra Casa de Estudios siga cumpliendo su visión como referente de excelencia y transformando el país.

“Fue bien emocionante, porque tocaba la elección y el presidente saliente, Guillermo Vera, antes que yo hablara me propuso”, recuerda la Dra. María Jesús Aguirre Quintana sobre la sesión extraordinaria en que fue elegida la primera presidenta de la Junta Directiva en la historia de la Universidad de Santiago, por decisión unánime de sus seis integrantes.
Este organismo colegiado es la más alta autoridad en nuestra Institución y cuando la noticia se supo, recibió de inmediato saludos y parabienes. Su impresión fue de alegría, agradecimiento y responsabilidad. “Ser la primera mujer electa es un orgullo muy grande, porque ratifica que las mujeres están capacitadas para ejercer cualquier rol y desempeñar cualquier cargo”, expresó.
María Jesús Aguirre se formó como doctora en Química en nuestra Casa de Estudios (el pregrado lo cursó en la Universidad de Chile), y desde 1994 forma parte de la Facultad de Química y Biología, en el Departamento de Química de los Materiales, de la Universidad de Santiago. Se especializó en electroquímica publicando diversos artículos científicos, desarrollando proyectos y formando especialistas en pre y postgrado.
Además de reconocer el aporte de las mujeres en áreas estratégicas, su nombramiento también reviste un significado especial, porque se trata de la última Junta Directiva antes del cambio del Estatuto Orgánico. Espera promover una actitud motivadora para ver este periodo como una oportunidad de adecuarse a una época de intensos cambios, que comenzaron, por ejemplo, enseñándole a las personas a seguir comunicados a distancia.
Sobre el particular, la Dra. Aguirre precisa que “la virtualidad vino para quedarse: hay cosas que son más rápidas y que funcionan bien”, señala refiriéndose a su impacto en aspectos como la internacionalización, que permite a las y los académicos participar en congresos en línea, o que brinda una oportunidad para que estudiantes cuenten con charlas de expertas/os en sus áreas de estudio a través de plataformas comunicacionales; también considera que se agilizaron las reuniones evitando los tiempos de traslado y optimizando el tiempo.
Sin embargo, está muy consciente de los problemas que la pandemia ha traído a los diversos integrantes de la comunidad. “Es necesario ir viendo cómo la Universidad se ajusta a estos desafíos, sobre todo considerando el compromiso que tenemos con las y los estudiantes para que tengan la mejor educación y formación posible, con todos los inconvenientes que surgen”, indica.
Asimismo, valora profundamente el esfuerzo por adaptarse que han demostrado profesoras/es y funcionarias/os, que en ocasiones deben responder incluso fuera del horario de trabajo, con el objetivo de cumplir bien su labor. “Es impresionante. He visto un compromiso enorme de parte de todas y todos los integrantes de la Universidad”, comenta. Además releva la importancia de equilibrar bien las fronteras entre la casa y el trabajo.
Nadie fuera
Como presidenta de la Junta Directiva espera apoyar a las y los integrantes de la Universidad. “Tenemos obligaciones en la Junta Directiva que son, sobretodo, relacionadas con el presupuesto”, precisa.
Añade otros desafíos, como impulsar el Plan Estratégico Institucional aún en situación de pandemia, considerando las restricciones económicas y la incertidumbre de no saber hasta cuándo el virus continuará presente.
“Tenemos que ver, junto con el rector, propuestas de estrategias para, primero, mantener a la Universidad: a todas y todos los funcionarios, las y los estudiantes, profesoras/es por hora y académicas/os, todos dentro del presupuesto. Esa es la primera gran meta; que no perdamos a nadie por un problema de presupuesto”, puntualiza.
También apunta al apoyo a las y los funcionarios, docentes por hora y estudiantes que necesitan ayuda con la conectividad o con los problemas socioeconómicos que enfrentan en sus diversas realidades. “Hemos puesto como principal foco la salud sicológica y mental para esta situación compleja que vivimos”, complementa la Dra. Aguirre.
Destaca la proyección de la Universidad de Santiago “más allá del año que nos toca, para que se desarrolle en sus ejes estratégicos con miras al 2030 y logre cumplir su visión y misión de la manera más adecuada posible, sobre todo teniendo en consideración esta tragedia que estamos viviendo, porque se trata de un problema de Chile y lo que le interesa a nuestro Plantel es ayudar a desarrollar el país”.
Por eso, los siete años de acreditación institucional generan en la nueva presidenta de la Junta Directiva mucha satisfacción. Valora el esfuerzo de la comunidad universitaria por mejorar. “Estaba segura que nos merecíamos los siete años (…) hemos avanzado y superado todas las observaciones de la acreditación anterior. Fue una alegría enorme, la pena fue no poder celebrarlo”, confiesa.
Reinventarse
Como científica, reconoce que el panorama para la investigación experimental y los desarrollos tecnológicos es muy complejo, pero “de alguna manera nos tenemos que reinventar”. Piensa que este es el momento de los científicos teóricos, con quienes los experimentales deben vincularse más, mientras aprovechan el tiempo para profundizar  y “diseñar experimentos mucho mejor de lo que hacíamos antes”, puntualiza.
La Dra. Aguirre confía en que es necesario adecuarse y quizá investigar de otra manera, con mayor eficiencia. “Esto nos obliga a ser más exigentes, precavidos y ordenados; luego tendremos que ocupar todo eso para hacer un mejor trabajo. Si bien (la investigación) se ha ralentizado, al volver a la presencialidad habrá un boom”, advierte.
Sobre la participación de mujeres en la vida académica, científica y laboral, se ilusiona ya que recuerda que cuando cursó el pregrado, era la única mujer de su curso y hoy hay mayoría de mujeres en Química. Reflexiona sobre el movimiento feminista en esta época y cómo ha motivado a muchas mujeres a ser más fuertes para enfrentar dificultades y también a la sociedad para apoyarlas, por ejemplo, creando instrumentos para que las personas sepan cómo proceder y defender su dignidad y bienestar.

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