La carrera de Medicina de la Universidad de Santiago de Chile se crea en 1993 y desde su fundación se ha propuesto avanzar en cuatro pilares fundamentales: equidad en el derecho a la salud; equidad en el acceso a la salud; equidad en la calidad del acto de salud en el cual se participa y equidad en la humanidad que subyace en cada acto de salud.
Prueba de ello asegura la jefa de carrera, Dra. Ivonne Narváez, la mayoría de nuestros egresados, trabaja en el sistema público. “En sus 20 generaciones de médicos, ha formado profesionales de calidad, que trabajan mayoritariamente en el sistema público de salud, ayudando a su fortalecimiento y desarrollo”.
La académica destaca además que “la Escuela de Medicina se caracteriza por tener una visión social de la profesión, respetuosa de los derechos del paciente, su diversidad y su cultura; con gran versatilidad para adaptarse a los diversos escenarios en los cuales se ejerce la Medicina”.
La malla curricular, señala la Dra. Narváez, se articula sobre la base de una progresión coherente de los aprendizajes requeridos, con énfasis en las prácticas clínicas, con bases sólidas en el área humanista y bioética. “Además cuenta con una amplia gama de cursos electivos enfocados en la multiculturalidad, derechos humanos y migración como parte de la medicina, así como de la medicina integrativa”.
Asimismo, el plan de estudios de la carrera se ha ido adaptando, tanto a los requerimientos del sistema como a la evolución del estudiante universitario, considerando su participación como protagonistas de los cambios que se gestan en el Chile actual.
En este sentido el Dr. Ignacio Silva, académico e infectólogo del Hospital Barros Luco añade que “nos hemos ido acomodando a las necesidades de los pacientes y campos clínicos y a la constante inquietud del estudiante por ser parte de los cambios históricos que están sucediendo en el país”.
Precisa que una de las grandes virtudes es la posibilidad de realizar prácticas clínicas en algunos de los hospitales más grandes del país, por lo que existe una gran posibilidad de aprender en la práctica de un gran número de pacientes y de patologías complejas y diversas.
En el proceso de formación el Dr. Ignacio Silva, destaca el énfasis en que el paciente se vea como una entidad biopsicosocial. “El médico debe velar no sólo por la enfermedad clínica sino también por la salud mental y red de apoyo del enfermo, considerando su entorno social y cultural como parte fundamental del proceso de enfermedad; en este contexto, además del conocimiento teórico, es fundamental la empatía con la persona que sufre, logrando interesarse por velar no sólo por la salud física del enfermo, sino también por su esfera psíquica y su entorno familiar”, añade.
Josefa Arce, interna de sexto año de Medicina, remarca como fortaleza de los académicos la basta experiencia en atención pública. “Parte de las fortalezas de nuestros académicos es que muchos tienen vasta experiencia en la atención de pacientes, sobre todo en centros públicos, donde se atiende la mayor parte de nuestra población”
Agrega que esto es relevante, ya que como médicos en formación, además de saber las últimas intervenciones y estudios, “debemos saber qué es lo que ocurre a nivel local. Además, destaco la empatía y disposición de los docentes para ayudarnos por diferentes medios a resolver nuestras dudas, sobre todo en tiempos de pandemia y con sobrecarga laboral”.
Josefa Arce comenta que en su proceso de formación le han inculcado que el paciente es un ser completo quien debe tener salud, “entendiendo esta no solo como la erradicación de una enfermedad puntual; sino que como tratantes debemos adaptar las posibles soluciones en el contexto socioemocional, económico y religioso del paciente”.
“No basta solo con saber todos los datos concretos y algoritmos en cuanto a una patología, sino que saber actuar en determinadas situaciones con integridad. En otras palabras, no se puede ser buen médico, si no se es buena persona”, insiste.
Para Augusto Matamala, médico cirujano de la Usach, actualmente Médico General de Zona en Futaleufú, desde el punto de vista académico y formativo la Universidad de Santiago imprime un sello social diferenciador.
“En su perfil de egreso declara la contextualización social de las personas en el entorno de la salud y no sólo la medicina clínica por si misma y eso nos diferencia significativamente con otras escuelas de Medicina. Si bien sigue siendo hospitalo-céntrica y centrado en una altísima calidad académica y con “las manos en la masa” en el proceso clínico; siempre es orientado a ejercer la medicina desde la responsabilidad de la clínica y también con la responsabilidad social que conlleva el cargo que estamos ejerciendo en la estructura sanitaria del país y el impacto que eso tiene en las personas”.
Los médicos y médicas egresados de la Usach se caracterizan por ser parte activa de la sociedad chilena, tanto en su rol como profesional de la salud como en su rol de ciudadano, con una opinión clara y transparente, y un actuar concreto y activo, con las herramientas suficientes para trabajar en el sistema público con todos sus defectos y virtudes que lo caracterizan.
Conoce más acerca de la carrera de Medicina que imparte la Facultad de Ciencias Médicas en el siguiente link:
https://www.admision.usach.cl/Medicina
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Uno de los mayores hitos de la Escuela de Medicina es haber graduado a 20 generaciones de médicos, los que integrados en los distintos niveles del sistema de salud confieren una presencia en las distintas formas y expresiones que adoptan los cuidados de salud. Una de las grandes virtudes de la carrera son las prácticas clínicas en algunos de los hospitales más grandes del país.
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