El pasado viernes 20 de diciembre, Nahuel Herane Garrido, regresaba de su viaje a la ciudad de Bariloche (Argentina), donde participó de su gira de estudios junto a sus compañeras/os de tercer año medio del colegio Excélsior de Santiago Centro.
El estudiante de 17 años, que tiene como objetivo estudiar la carrera de Trabajo Social, pertenece al colectivo Jiwasanaka danza y cosmovisión andina, con quienes han participado activamente de las actividades que las y los vecinos de la Villa Portales han realizado para apoyar las manifestaciones sociales.
Desde que comenzó el estallido social estos espacios de convivencia se han transformado en lo cotidiano, logrando rearticular el tejido social a través de diversas actividades como conversatorios, cabildos, tocatas, marchas y protestas.
Ese día, Nahuel participó de los actos culturales, que como cada viernes se desarrollan en la Villa. Junto a él estaba su madre y su hermana, Imara Álvarez Garrido, quien actualmente cursa el segundo año del Magíster de Ciencias Sociales, mención Estudios de la Sociedad Civil en el Instituto de Estudios Avanzados (IDEA) de nuestra Universidad.
Historia que no queremos que se repita
La manifestación tuvo lugar en la esquina de la calle El Belloto con Avenida General Velásquez, en la punta sur del Block 2, que está a casi una cuadra de la casa de Nahuel. “En estas actividades la familia siempre ha participado porque desde el inicio del estallido social hemos apoyado el movimiento organizándonos en el territorio, reuniéndonos con nuestros vecinos” relató Imara.
“Durante esa jornada, luego de las actividades culturales, hubo una protesta con cortes de calles y barricadas que nosotros observábamos en la parte de arriba del Block. Ahí estaba mi mamá, yo y Nahuel, además de unas cincuenta personas. De pronto llegó un carro lanzagases con las luces apagadas, sin patente y sin identificación de la comisaría a la que pertenecía”, recordó.
Imara siguió su narración indicando que, en ese momento, bajaron del carro dos efectivos de fuerzas especiales de Carabineros, “venían armados y comenzaron a lanzar bombas lacrimógenas. En eso, nos separamos con mi hermano. Él logró esconderse detrás de un árbol, pero fue alcanzado por siete impactos de perdigones”.
Según el parte médico de la Clínica Santa María, el impacto de proyectil que recibió Nahuel en su ojo izquierdo le provocó un estallido ocular. “Mi hermano fue dado de alta el día domingo 22 y su diagnóstico indica que tiene daño irreparable y pérdida absoluta de la visión”, sostuvo la estudiante del Magíster en Ciencias Sociales de nuestra Universidad.
Ese mismo día, otra vecina de la Villa Portales recibió dos impactos de bombas lacrimógenas en su abdomen. “A medida que esto avanza las jornadas son más violentas, de hecho, algunos amigos nos comentaron que Carabineros después del ataque a mi hermano se jactaron gritando ¡uno menos! lo que demuestra que esto no fue un acto accidental, sino que fue un hecho intencional”, sentenció.
Primeros pasos para lograr la reparación
Nahuel sufre de miopía, por lo que esta lesión obstaculizará el desarrollo normal de su vida. Los médicos indicaron a la familia que el proceso será doloroso para el joven y que tendrá una difícil adaptación espacial; “seguramente va a chocar con cosas, se va haber afectado en su vida cotidiana. Nahuel tendrá que tomar muchos remedios”, comentó Imara.
Su familia está consternada. “Nahuel es muy joven, aún no sale del liceo, tiene el sueño de estudiar en la Universidad, pero mi hermano es fuerte, al igual que nuestras convicciones, por lo que creemos que lo que le ocurrió no será en vano y que esta es una lucha que tenemos que seguir dando, porque las movilizaciones no pueden decaer”, añadió la estudiante de IDEA-Usach.
Sobre las acciones legales, la familia informó que tomaron contacto con el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH). Además, “el día 24 de diciembre presentamos en la Fiscalía Centro-Norte una querella contra quienes resulten responsables de este delito junto a la abogada de la Fundación Pidee, quienes representarán a Nahuel, para que se haga justicia y que este caso como muchos otros no queden impunes y exista algún tipo de reparación para mi hermano y nuestra familia”, finalizó Imara.
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El hecho ocurrió cuando vecinos del emblemático conjunto urbanístico de Estación Central, desarrollaban actividades culturales y de protesta en el contexto del estallido social que aqueja a nuestro país desde el 18 de octubre.
Redacción
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