Ser una persona Sorda en cualquier parte del mundo es sinónimo de dificultades, desafíos y muchas veces discriminación. De la misma manera, ser una persona de raza negra en cualquier país del mundo, también significa dificultades, desafíos y discriminación.Esta realidad se ve en el Chile de hoy en día. El país es un territorio lleno de diversidad. Dentro de esa pluralidad, podemos encontrar personas que provienen de distintos lugares del mundo y no solo eso, sino que en la diversidad, hay más diversidad. La población de personas en situación de discapacidad es parte de esa heterogeneidad.El cuento “Chile viste de colores” refleja este contexto lleno de pluralidades. Un libro digital narrado completamente en lengua de señas chilena, que retrata la vida de un niño negro que sufre discriminación en su colegio.“Donde trabajaba, en pleno verano llegó un niño trenzado, a la profesora le pareció que iba mal presentado, así que el niño con trenzas tenía que ponerse un gorro de lana”, explica Gina Morales, contando cómo surgió la temática del cuento.Morales es Doctora en Ciencias de la Educación Intercultural de la U. de Santiago de Chile. Además, es fonoaudióloga de profesión de la Universidad del Valle, Colombia, y fue una de las colaboradoras en la creación de “Chile viste de colores”. Gracias a la formación de Gina, fue posible mezclar estas dos realidades de discriminación.El libro se presentó en mayo de este año en Gabón, África. Esto, en el marco del Vigésimo Aniversario del Centro de Estudios e Investigaciones Afro-Ibero-Americanos (CERAFIA). En el encuentro transatlántico, la fonoaudióloga estuvo a cargo de la presentación del texto.Fonoaudiología como herramienta de inclusiónAntes de entrar a la Universidad de Santiago de Chile, la profesional estuvo 10 años con la comunidad Sorda en Colombia. “Históricamente, las personas Sordas han estado marginadas, entonces comenzamos a trabajar con aquellos que estaban en situación de calle. Después de un tiempo, decidí que era importante estudiar algo más específico con relación al lenguaje y ahí entré a fonoaudiología”, señala.Morales ya tenía un alto conocimiento en lengua de señas cuando comenzó sus estudios de pregrado. Su paso por la Universidad le permitió potenciar aún más lo que ya sabía. Sin embargo, la profesional quería adentrarse más en las herramientas de inclusión.“Como fonoaudióloga quería estudiar algo inclusivo. Cuando vi que existía el Doctorado en Educación Intercultural, en la U. de Santiago, siendo el único doctorado en Latinoamérica en esa línea, me pareció que era muy potente”, comenta Morales, por lo que inmediatamente comenzó los procesos para venir a estudiar a Chile.Doctorado en la U. de SantiagoComenzó el doctorado en 2013 y se graduó en 2017 con máxima distinción. Durante ese periodo, estuvo activamente colaborando con “Inclusach”, colectivo de inclusión de personas en situación de discapacidad en Educación Superior.Inclusach es una agrupación que busca generar conciencia sobre la discapacidad y su derecho a la verdadera inclusión dentro de la Corporación, que ha abierto espacios para la inclusión de personas Sordas. Cabe señalar que Inclusach formó parte de la comunidad “Inclúyete”, integrada por el Programa de Acceso Inclusivo, Equidad y Permanencia (PAIEP), Responsabilidad Social Universitaria (RSU), la Fundación de Egresados y Amigos (Fudea), entre otras unidades.La fonoaudióloga, oriunda de Cali, mientras era parte de la agrupación, ayudó en la conformación del capítulo "Inclusión de personas en situación de discapacidad. ¿Una realidad cercana?", incluido en un libro entregado por la Vicerrectoría de Apoyo al Estudiante a los alumnos de primer año.Actualmente, por la distancia –reside en Antofagasta-, Morales ya no puede estar de forma presencial en el colectivo. Sin embargo, lo recuerda con cariño. “Me ayudó en varias formas. En lo político, en lo ético, en las acciones sociales”, señala.Chile frente a la comunidad SordaLa realidad que enfrentan las personas Sordas es compleja, ya que es una discriminación que viven desde la niñez. “Solo el 3% de los niños, alcanza un nivel de Educación Superior en todo Chile”, sentencia la Doctora. Sin duda, es uno de los grandes desafíos que tiene el país hoy en día.En este sentido, existen escuelas especiales para personas Sordas, pero solo hasta enseñanza básica. Luego de eso, si la persona quiere continuar sus estudios debe ir a un colegio donde lo reciban. Aun así, de acuerdo a la especialista, falta poner atención a la real inclusión. “Si reciben a un niño Sordo y no hay nadie que interprete, es para que solamente se siente en la silla dentro del colegio”, añade Morales.Es necesario enfatizar en el aprendizaje de la lengua de señas desde la primera infancia, ya que hoy en día las políticas educacionales no contemplarían estos aspectos. “El niño llega a los siete años a la escuela, si es que llega, pero sin comunicación”, enfatiza. Además, agrega que “los niños y niñas Sordos tienen el mismo desarrollo lingüístico que los niños oyentes”. A su juicio, llevar a un niño Sordo a un colegio sin intérprete “es como si yo tuviera a un niño oyente y no le hablara”.“Esas son los grandes desafíos que tiene que enfrentar la diversidad Sorda: el acceso a la educación del niño en edad temprana y la adquisición y desarrollo de la lengua de señas chilena”, complementa.Próximos desafíosUno de los principales desafíos para la profesional es que las personas Sordas desde la niñez sean tratadas como lo que son: niños.Adicionalmente, añade que el resto de la sociedad debe concientizarse sobre la comunidad Sorda, “pero no desde el pesar. Sino que pensar que ellos tienen los mismos derechos de inclusión, pero con necesidades diferentes”.Gina tiene dos sueños con respecto a la comunidad Sorda. El primero, es que haya jardines infantiles donde reciban a bebés Sordos con profesoras capacitadas para enseñar la lengua de señas. “Eso lo vi en Cuba, niños de 17 meses que hablaban perfectamente en lengua de señas en el mismo desarrollo que los niños oyentes”, añade.El segundo, es “hacer un análisis a las políticas de educación y a las políticas de inclusión para la diversidad Sorda, porque no puede seguir ocurriendo lo que pasa actualmente: niños van a la escuela sin intérprete, o solamente tienen intérprete por un tiempo limitado”, recalca.Finalmente, hace un llamado a la comunidad Fudea y universitaria en general a realizar una continuidad de estudios, ya que “hay muchas cosas por investigar. Es importante ingresar a un postgrado en algo que te guste, pero que esté ligado a acciones sociales”.
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Gina Morales Acosta (42), Fonoaudióloga de la U. del Valle (Colombia) y Doctora en Ciencias de la Educación, mención Intercultural por nuestro Plantel, estuvo recientemente en Gabón, África, donde presentó su obra que se denomina “Chile viste de colores”, en el marco del XX Aniversario del Centro de Estudios e Investigaciones Afro-Ibero-Americanos (CERAFIA). Durante su paso por la U. de Santiago, la ex estudiante ayudó activamente en el colectivo de inclusión de personas en situación de discapacidad en Educación Superior, Inclusach. Esta agrupación trabajó junto a Fudea en la comunidad “Inclúyete”.
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