Menos energía, más eficiencia: Investigación busca transformar la inteligencia artificial con modelos inspirados en el cerebro humano
Hoy, los avances en inteligencia artificial han sido posibles gracias a enormes centros de datos que procesan millones de cálculos por segundo. Aplicaciones como ChatGPT, los asistentes virtuales o los sistemas de reconocimiento facial que usamos en los celulares funcionan gracias a este tipo de infraestructura. Sin embargo, este modelo ha generado un problema que requiere cantidades masivas de energía, lo que no solo eleva los costos, sino que también trae consecuencias ambientales.