Titulado por nuestro plantel potencia su vocación social en liceo administrado por la U. de Santiago

Luis Espinoza Boisier, de 27 años, Profesor de Estado en Educación Física de la Universidad de Santiago de Chile, actualmente se desempeña como Inspector General del Liceo Experimental Artístico, entidad que es administrada por nuestra casa de estudios. Ahí, el profesional ha podido seguir fortaleciendo el sello y espíritu moldeado en el plantel, ampliando su desarrollo y competencias laborales hacia áreas de gestión educacional.

Fanático del fútbol, con pasos como cadete en Colo Colo y Santiago Morning, Luis Espinoza es un apasionado por el deporte, disciplina que ha sabido combinar con éxito junto a su vocación por la Pedagogía.
Ingresó al plantel el año 2012 a la carrera de Pedagogía en Educación Física, donde convalidó algunos ramos producto de sus estudios previos como Técnico en Deportes en el Instituto Tecnológico de Chile.
Señala que en nuestra universidad “hay un sinnúmero de cosas que te llaman la atención y por algo la institución es tan querida y amada. Yo tengo que decirlo, la considero como ‘la gloriosa’. Es súper importante, porque el perfil del alumno que sale de acá es muy aguerrido, muy luchador, busca sus ideales y los trata de conseguir de la mejor forma posible”.
De su carrera en particular, destaca la posibilidad de realizar prácticas laborales desde el segundo año de la carrera. Como experiencia pedagógica lo considera clave, ya que “es donde nos vamos a desenvolver profesionalmente”.
Futbolista polifuncional
Oriundo de la comuna de La Granja, el profesional titulado como Profesor de Estado en Educación Física el año 2017, recuerda con orgullo su participación como seleccionado de fútbol representando a la Corporación, donde incluso llegó a ejercer como capitán. En el equipo, terminó jugando como defensa central, alternando en algunas oportunidades como volante de contención.
Rememora que la prueba para ingresar al equipo no se extendió por más de cinco minutos. De inmediato fue invitado a integrarse al entrenamiento con los jugadores titulares. “Hicimos la mini pretemporada en marzo para los campeonatos y nunca más salí del equipo titular”. Sin duda, su experiencia en Colo Colo y Santiago Morning, donde jugó como cadete, le permitió transformarse en un referente del equipo.
Uno de los hitos que recuerda con cariño es su participación en campeonatos nacionales a nivel universitario, destacando el tercer lugar del año 2014 en la comuna de San Joaquín, venciendo por 2-0 a la Universidad Arturo Prat. “Son experiencias bonitas que te da la vida. La formación y pertenecer a esta casa de estudios te brida la posibilidad de poder viajar, salir de Santiago y conocer otras ciudades”.
Entre las anécdotas de su paso por la universidad, también destaca el campeonato de futbol generalizado por carreras, donde la Escuela Ciencias de la Actividad Física, el Deporte y la Salud (Eciades) logró el tricampeonato de fútbol.
Recuerda que en su primera participación quedaron eliminados en primera ronda, en la segunda llegaron a semifinales y en la tercera salieron campeones. “Se habrán alineados los planetas, pero ganamos el primer campeonato, el segundo y salimos tricampeones: nos llevamos la copa”, afirma aún emocionado.
Rol como Inspector General
El año 2016, Luis recibió un llamado de la UTEM para tomar el cargo del Fútbol Femenino y Futsal Masculino, poniendo en práctica también lo aprendido con su formación técnica, “cosa que a mí me trajo muy buenos frutos  y también algunas complicaciones, porque tenía que cumplir mis horarios en la universidad”.
Pese a las dificultades, los profesores lo apoyaron en este proceso, trabajando un año en dicha institución, para posteriormente migrar al Instituto Comercial Eliodoro Domínguez Domínguez, institución con administración delegada por parte de la Universidad de Santiago de Chile, donde ejerció durante un año.
En ese espacio, tuvo un rol activo como profesor, terminando el año con 32 horas de Educación Física, además de un taller. Convocado a asumir durante 2018 más desafíos en dicho establecimiento, es contactado para integrar el Liceo Experimental Artístico y ahí hacerse cargo del área de Educación Física.
“Me voy a crear el Departamento de Educación Física. Y en ese transcurso, para que el colegio pueda funcionar de la mejor manera posible, me piden hacerme cargo de la Inspectoría General”, agrega.
Hoy día, Luis ejerce como Inspector General de dicho recinto. Define el trabajo como “intenso”, pero destaca el gran equipo de trabajo y directivo que han logrado establecer con grandes resultados tanto académicos como a nivel de convivencia escolar.
Al calificar esta nueva experiencia laboral, recalca que le ha permitido tener una reflexión más compleja en torno al rol profesional dentro del sistema educacional, abarcando análisis y diagnósticos que superan el rol netamente pedagógico.
Bajo su mirada, dentro de un rol administrativo también hay que preocuparse de conflictos entre pares, profesores, protocolos, manuales de convivencias, generando un interesante proceso de aprendizaje y de experiencia a nivel profesional -y personal- que le ha proporcionado el cargo.
Estudiante: eje principal del sistema educativo
Luis se toma el tiempo de analizar un elemento clave dentro del sistema educativo nacional, énfasis que fue inculcado en su formación universitaria, asociado a la cercanía con los estudiantes.
A su juicio, como profesionales de la educación del siglo XXI, mantener ese vínculo es fundamental, sobre todo porque “hoy en día cuando los alumnos están en clases, no sabemos qué están pensando, lo que están pasando a nivel familiar o en su entorno socioeconómico. Esos factores influyen demasiado en la educación de una persona”.
Este punto lo considera preponderante, ya que situaciones como peleas con los padres, problemas familiares o en los barrios, muchas veces son pasados por alto en lógicas formativas restrictivas, lo que dificulta el proceso de aprendizaje. 
“Antes no estaba ese criterio. Hoy día creo que tenemos que tener claro que el estudiante es la parte principal de la educación. No los profesores, el equipo directivo o el inspector. Son los estudiantes el foco donde tiene que ir la educación. Es muy importante, porque es el mismo foco que nos enseñan en la universidad”, recalca.
Y, en este escenario, el profesor tiene que estar llano al estudiante y mantener ese rol junto a su rectitud las 24 horas del día. Dar el ejemplo, estima, es fundamental.
Lo ejemplifica de una forma sencilla: no puedes enseñar sobre normas o comportamientos si en tu cotidianeidad no están incorporadas. Tiene que ser un compromiso y un estilo de vida que te acompañe en cada momento, ya sea en la sala de clases, en el establecimiento educacional y también en el ámbito público.
“Mi visión personal: tú eres profesor las 24 horas del día”, enfatiza Luis, quien obtuvo el reconocimiento Fudea al Compromiso con la Universidad el año 2017.
Finalmente, realiza una invitación a los egresados y a las nuevas generaciones a mantener vivo el compromiso con la profesión. “Y no hablo tan solo del conocimiento, que es súper importante, sino del manejo de grupo en una sala de clases, que es demasiado relevante”.
“Soy un convencido de que puedes dejarle muchos frutos, experiencias y conocimientos al estudiante. Con tan solo una palabra, una conversación o un gesto, el estudiante puede quedar marcado”, generándose en su persona un “clic” interno que propicie un cambio positivo en su persona.
En este proceso, considera esencial la retroalimentación, que evite la generación de conflictos que sean incontrolables, “porque un estudiante que no tenga una buena relación con el profesor no le va a prestar la más mínima atención en cuanto a pruebas, contenidos. Eso, sin duda, es un desafío para el profesor que va saliendo hoy en día”.

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