Especialistas de la U. de Santiago abordan fenómeno de los funerales en tiempos de Coronavirus

La filósofa Diana Aurenque, dijo que la pandemia lleva hoy al extremo- aunque no es nuevo- protocolos médicos de higiene y prevención para seguir el rito mortuorio; mientras que el psicólogo Sergio González, remarcó la importancia, en la medida de lo posible, de concretar “ese último vínculo de despedida con sus familiares”.

Ceremonias que no excedan la hora y media de duración y solo con  la asistencia del núcleo directo del fallecido. Esos son algunos de los protocolos establecidos por el Ministerio de Salud para efectuar funerales. El objetivo es evitar aglomeraciones en el marco de la pandemia del coronavirus.
“No es nuevo”
Para la filósofa y académica de la Universidad de Santiago, Diana Aurenque, el paradigma de despedirse de los muertos siguiendo protocolos médicos de higiene y prevención de contagios “no es nuevo”. “Al menos, desde el siglo XIX en adelante, y con el desarrollo de la fisiología, la higiene y los hospitales, la muerte es algo cada vez más tecnificado e institucionalizado”, explicó.
Sin embargo, la doctora en filosofía de la Albert-Ludwings-Universität Freiburg reconoció que la pandemia ha vuelto “más exigente” este protocolo. “Pareciera ser que, cada vez, morimos menos en casa y más frecuentemente en hospitales o residencias, rodeados de un par de cuidadores o equipos médicos. Por eso, la pandemia lleva al extremo algo que ocurre desde hace ya un par de siglos”, sostuvo.
La especialista en filosofía de la vida y ética de la medicina enfatizó que las personas deben tener presente que el duelo es un fenómeno histórico y cultural. Por lo tanto, sus ritos han ido cambiando y actualizándose en el tiempo. “Si antes los difuntos eran velados durante días en sus moradas, será luego, con el descubrimiento de los virus y las bacterias, que se instaura un nuevo paradigma sobre la higiene. No se prohíbe el rito, pero se le exige cambiar y acotar sus tiempos”, afirmó Aurenque.

Con todo, la Vicedecana de Investigación y Postgrado de la Facultad de Humanidades de la Usach consideró que “la pandemia no puede ni debe eliminar el rito fúnebre como momento de despedida fundamental para llevar el duelo, pero quizá imaginar otras formas para representar estas despedidas que no sean riesgosas para la salud pública”.
“Debemos ser capaces, también, de representar simbólicamente ritos de duelos colectivos que conmemoren a las víctimas nacionales e internacionales de COVID-19, contribuyendo desde ya a generar una cultura que recuerda”, agregó.
Una relación “longitudinal”
Por su parte, el psicólogo, antropólogo y académico de la Escuela de Psicología de la Universidad de Santiago, Sergio González, afirmó que es importante mantener, en la medida que los resguardos sanitarios lo permitan, los ritos asociados a la despedida de los familiares muertos.
“La relación con los muertos es longitudinal”, señaló en alusión a que el recuerdo del ser querido que fallece se mantiene en el tiempo de sus más cercanos. “Por lo tanto, el rito de despedida debe realizarse de manera que la persona sienta que ha tenido ese último vínculo de despedida con sus familiares”, afirmó.
El doctor en psicología y especialista en psicología social, reconoció que las personas directamente relacionadas con el fallecido sientan el derecho de estar presentes durante el proceso mortuorio. Sin embargo, insistió en que deben dar importancia en igual medida a las medidas sanitarias.
“Hay situaciones en las que será necesario postergar el comienzo del duelo, en aquellos casos en que no sea posible que los deudos directos puedan despedir a su muerto. Esa medida habrá que asumirla y dar alternativas”, afirmó el investigador y autor de artículos sobre psicología cultural.
“Es importante articular estas medidas de seguridad, para que los deudos directos puedan comenzar un duelo que les permita una sanación con quien uno ha despedido”, concluyó.

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