FAE analiza junto a representante del Banco Central efecto de la inmigración en Chile e impactos macroeconómicos

El gerente de la División de Política Monetaria del Banco Central de Chile, Elías Albagli, ejemplificó cómo fue el shock inmigratorio de Chile en el sentido macroeconómico y abordó las perspectivas futuras, puntualizando que a medida que los países se hacen más ricos, reciben más migrantes, por eso que este hecho y el PIB per cápita están positivamente relacionados.

El  Departamento de Administración de la Facultad de Administración y Economía, en el marco del Seminario Café Alumni de Ingeniería Comercial, invitó a exponer al gerente de la División de Política Monetaria del Banco Central de Chile, Elías Albagli quién presentó el estudio de la Institución: La inmigración en Chile, impactos macroeconómicos y perspectivas futuras.
En la oportunidad estuvieron presentes la nueva académica del Departamento de Administración, Dra. Carolina Nicolas y la jefa de Vinculación con el Medio y directora de Relaciones Alumni, Amelia Quilaqueo.
Albagli comenzó explicando cómo fue el shock inmigratorio de Chile en el sentido macroeconómico. En los años 60, Chile tenía un stock de inmigrantes bajo, que era equivalente a menos del 2%.
“A medida que pasa el tiempo y el PIB per cápita va subiendo, la migración también se va incrementando, pero se mantiene relativamente baja. Por ejemplo, hasta el 2014, el stock de inmigrantes en Chile era en torno a 2 o 2 y medio por ciento y entre 2014 y 2018, el stock de inmigrantes de la población pasó a ser casi el 8%”, sostuvo el profesional, agregando que este episodio fue mucho más acelerado que las tendencias mundiales.
“Tuvimos un shock de casi 4% de la población en cuatro años. Es como que la población de Chile haya crecido al doble por cuatro años seguidos y todo ese aumento adicional sea gente de otro país. Ese es un shock muy grande”, explicó Elías Albagli.
El Dr. en Economía por la Universidad de Harvard, puntualizó que a medida que los países se hacen más ricos, reciben más migrantes, por eso que la migración y el PIB per cápita están positivamente relacionados.
Según la última actualización del INE, la ola más reciente de inmigración destaca la participación de venezolanos, producto de la profunda crisis que vive ese país.
“La emigración venezolana constituye uno de los más dramáticos episodios de movimiento poblacional, movilizando a más del 20% de la población de ese país en la última década. La migración desde Colombia y Haití también ha sido significativa”, especificó.
A su juicio, los migrantes tienen características que son diferentes a la población en Chile en dos dimensiones que son importantes: la primera es que son más jóvenes y participan más en la fuerza de trabajo. “Esto eleva la magnitud proporcional del shock para el mercado laboral”, especificó el gerente de división de Política Monetaria del Banco Central.
La gran mayoría de inmigrantes- prosiguió- se concentra en el rango de 20 a 44 años, marcando un fuerte contraste respecto a la pirámide poblacional de los chilenos. Como, además, los motivos de migración son económicos, tienen a participar más en la fuerza de trabajo para cada segmento etario.
La segunda dimensión que mencionó Albagli, es que-a diferencia de lo ocurrido en otros países- los inmigrantes son, en promedio, más educados que la población chilena, lo que contribuye a elevar el capital humano de la fuerza laboral.
En el Banco Central, rutinariamente, realizan la encuesta de empresas en el marco del Informe de Percepciones de Negocios. Se emite cuatro veces al año y va tomando el pulso de lo que opinan las empresas respecto de diferentes temas. En 2019 la encuesta la respondieron más de 200 empresas, a las cuales se les preguntaba si habían contratado inmigrantes en los últimos años.
“La gran mayoría lo había hecho y se consultó la opinión de ellos: eran más amables que los chilenos y de mejor trato; con mejor disposición a cumplir instrucciones, con mejores habilidades matemáticas, orales y escritas que los chilenos”, sentenció Albagli, agregando que estas percepciones son coherentes con la opinión de que contratar inmigrantes tiene efectos positivos en la productividad y explicarían la buena disponibilidad a contratarlos en el futuro. 
En ese momento se discutió en el Banco- continuó explicando el expositor- el ajuste del mercado del trabajo y su impacto en las decisiones de política monetaria. “Si hay un aumento en la oferta laboral, siendo todo lo demás constante, debiera reducir los salarios. Sin embargo, el mercado laboral tiene una heterogeneidad significativa, con efectos potencialmente distintos para diferentes grupos”, dijo.
El economista ejemplificó indicando que un flujo de inmigración de trabajo poco calificada debiera tener mayor efecto en segmentos de menores ingresos; para otros segmentos, depende el grado de sustitución. “También, todo lo demás no permanece constante, por lo que la inmigración aumenta la demanda agregada lo que eleva la inversión y la demanda de trabajo. Esto aminora el efecto negativo en el salario, pudiendo ser positivo para algunos grupos”.
Este aumento en la demanda, puede ampliar las presiones inflacionarias pese al efecto compensador de salarios. “Los inmigrantes tardan tiempo en subir la “escalera laboral” hacia trabajo acorde con su nivel de capacitación: la sobre calificación en empleos iniciales y cuánto demora este proceso, afectará las holguras laborales y dinámica de salarios para distintos grupos”, explicó Albagli.
Concluyó que la inmigración coincidió con un período de debilidad salarial y baja inflación en Chile entre 2016-2019, por lo que, en conjunto, estos antecedentes llevaron a una reinterpretación de fenómenos macro y a decisiones concretas de Política Monetaria.
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