Fortalecimiento en materia de género se reflejan en proceso de Acreditación 2020

Profundizar lo realizado hasta ahora en cuanto a sensibilización y adquisición de capacidades de la comunidad universitaria sobre la igualdad género y el respeto a las diversidades, es el principal desafío que se propone la Dirección de Género, Diversidad y Equidad, junto con tender puentes de trabajo conjunto hacia otras universidades en estas áreas.

El fortalecimiento de la Dirección de Género, Diversidad y Equidad de la Universidad de Santiago, que refuerza el compromiso por integrar el enfoque de género en todos los ámbitos del quehacer universitario, es una señal potente que ha dado el gobierno universitario este 2020.
Ello se manifiesta, por una parte, en el posicionamiento orgánico de la Dirección de Género en la Prorrectoría como unidad estratégica y, por otra parte, en la gestión recursos humanos y simbólicos, que se reflejan en la conformación de un equipo multidisciplinario y especializado en las áreas en que se despliega esta unidad.
En este proceso de revisión interna y de acreditación 2020, que afianza la apuesta pública de la Universidad de Santiago de Chile por avanzar a la par de los procesos sociales de cambio que piden mayor democracia, el trabajo de la Dirección de Género, Diversidad y Equidad, es exigente.
 “Requiere de un diseño organizacional complejo, que tiene que poner foco simultáneamente en áreas como la docencia, prevención de situaciones de discriminación y violencia de género, la promoción de buenas prácticas y el acompañamiento de vulneraciones en todos los estamentos de la Universidad, teniendo claro que nuestro horizonte es avanzar hacia una cultura de la igualdad”, explica la directora de la Dirección de Género, profesora Karin Baeza.
Hasta ahora, la mejora en estas materias y el plan de acción, se reflejan en un trabajo dedicado a levantar iniciativas en torno a la sensibilización de género dirigida al estudiantado, el cuerpo docente y  funcionarios y funcionarias; en aportar al avance de una docencia que cuestione las prácticas sexistas y valore la diversidad dentro y fuera de las aulas, y en acompañar, desde un soporte psicojurídico, las decisiones de quienes perciben que sus derechos en asuntos de género no son respetados.
En este proceso de acreditación daremos cuenta de los avances construidos, teniendo en cuenta que el desafío será consolidar en el mediano plazo el trabajo que se está realizando. “Profundizando una cultura de igualdad que requiere distintos niveles de trabajo: un aprender-desaprender constante por parte de cada persona, también un nivel colectivo de mejoras normativas, pero sobre todo del fomento de acciones preventivas. Tenemos que avanzar hacia medidas de corresponsabilidad que involucren a la comunidad y al gobierno universitario, y que permeen todos los estamentos”, sostuvo Karin Baeza.
En esta misma línea, se deben encaminar acciones para robustecer el principio de igualdad y no discriminación como estrategia de prevención de situaciones de violencia de género, y que paulatinamente toda la Universidad esté consciente y comprometida en avanzar en la transverzalización de género.
Fortalecer otros espacios colaborativos, entre universidades, como la Comisión de Igualdad y Equidad de Género del Consejo de Rectores de las Universidades Chilenas (CRUCH) y del Consejo de Universidades Estatales de Chile (CUECH), forma parte también de nuestro plan de trabajo.
 “Consolidar esas redes de participación y el trabajo conjunto, afianzar otras estrategias colaborativas como nuestra incorporación al Comité de Género de la Asociación de Universidades Grupo Montevideo (AUGM), es una línea de trabajo importante para la Dirección, que fortalece a la Universidad de Santiago de Chile, pero también la vocación democrática que queremos transmitir a la sociedad”, concluyó la directora de la Dirección de Género, Diversidad y Equidad.

Redacción
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