Ganadores de Despega Usach relatan cómo este concurso amplió sus horizontes

Tres triunfadores del destacado certamen de innovación y emprendimiento de la U. de Santiago, que ha convocado a alrededor de 900 estudiantes de nuestro Plantel en los últimos tres años, revelan en detalle sus experiencias, proyectos y aciertos, que les permitieron llegar mucho más allá de lo que imaginaron al momento de postular.

El emblemático concurso Despega Usach, que ya inició su cuarto proceso de postulación 2018, no sólo ha proporcionado a los estudiantes de la institución la oportunidad de recibir asesoramiento para impulsar proyectos y diseños de creaciones personales y/o grupales, sino que también la posibilidad de realizar una pasantía en el Stanford Research Institute, en la Universidad de Stanford, Estados Unidos.Desde que comenzó esta iniciativa en 2015 ha acumulado 250 postulaciones a la fecha. Los estudiantes de nuestra Casa de Estudios se congregan para presentar propuestas marcadas por la innovación, respondiendo a necesidades pertinentes de la realidad nacional.Las categorías de competición se dividen en: fase temprana, donde se presentan iniciativas en etapas de desarrollo inicial, y fase avanzada, para proyectos que se encuentran en proceso de producción o comercialización.Los ganadores en categoría de fase temprana reciben apoyo financiero para la elaboración de prototipos, mientras que los de fase avanzada obtienen una pasantía en el Stanford Research Institute, en la Universidad de Stanford, Estados Unidos. Además, ambos acceden a capacitaciones en las dependencias de la incubadora universitaria Innovo Usach.A lo largo de los últimos años, Despega Usach ha visto múltiples ganadores que prometen con sus creaciones contribuir a la mejora de los estándares de producción en la industria chilena en las próximas décadas. Como ejemplos destacados figuran las motocicletas low cost de Emilio Galleguillos, el embutido vegetal diseñado por Bárbara León, la vacuna anticancerígena de Giselle Sánchez y el proyecto PLAVIR de Daniela Toro, entre otros.En esta oportunidad, tres de ellos nos cuentan cómo este concurso cumplió sus sueños y amplió sus horizontes.La génesis de las postulacionesEl estudiante de Ingeniería en Ejecución Química, Sebastián Sanhueza, se sintió motivado por la creación de impresoras 3D por primera vez en 2011, cuando conoció sus prototipos. “Eran formas de impresoras bastante arcaicas, hechas de madera. Las miré y me fascinaron al instante”, comentó. “Me dije a mi mismo que esta tecnología tenía que evolucionar, simplificándose hasta llegar a un nivel de sofisticación y simplicidad mucho mayor; tal como ocurrió con las impresoras de papel”.Cuando Despega lanzó su primera edición en 2015, el joven ya tenía una empresa formada y ventas realizadas, pero decidió aprovechar el impulso. “Una de mis metas había sido irme de intercambio, y vi el concurso como una oportunidad para recibir el premio del viaje que se ofrecía”, comentó, quien sería posteriormente uno de los primeros ganadores del concurso.Gary Villanueva, estudiante de Ingeniería en Ejecución Mecánica, participó de la tercera edición del concurso. Su proyecto, que consiste en la producción de ecoladrillos, surgió de una motivación, para “desarrollar un producto que presente una alternativa para la construcción sustentable, que a la vez sea productiva y entregue un valor real al área de construcción.”El joven tesista postuló inicialmente al concurso VIU (Valorización de la Investigación en la Universidad) del FONDEF (Fondo de Fomento al Desarrollo Científico y Tecnológico). “Luego de eso, en una clase de innovación y emprendimiento impartida por el director de Innovo, Luis Lino, le comenté mi desarrollo del producto. Él me sugirió que también postular a Despega. En esos momentos estaba realizando una investigación en torno a qué fondos postular con mi tesis y justo se dieron las fechas y lo hice”.Leandro Ampuero es egresado de Ingeniería en Ejecución Eléctrica, y postuló a Despega Usach con el proyecto de Robots de Limpieza para Paneles Fotovoltaicos. “Partí con prototipos pequeños, probando cosas en base a unos fondos que obtuve el 2015 en el Fondef VIU. Empecé a formar un grupo de trabajo, conseguir asesorías con profesores y de la Dirección de Gestión Tecnológica, que también apoya harto en la ejecución de los proyectos”, detalla al respecto.Una de sus principales motivaciones para ser parte de la competencia fue poder visitar Silicon Valley. “Siempre fue un sueño para mí, ya que es la cuna del emprendimiento, por llamarla de cierta forma. Tenía varios propósitos en lo profesional como en el desarrollo del proyecto, porque sentía que, como ingeniero, era muy técnico y me faltaba la parte más comercial, la de negocios, cuando hablas con clientes para cerrar tratos. Todo lo tuve que ir aprendiendo de a poco”, cuenta.La visita a StanfordSebastián Sanhueza fue partícipe de la visita al Stanford Research Institute, ubicada en el emblemático Silicon Valley de Estados Unidos, y recuerda la experiencia entre risas, debido a lo agitado del estilo de vida que tomó por dos semanas.“Prácticamente ni salimos en esas dos semanas que estuvimos ahí. Aprendimos muchísimo. Lo mejor es que eran empresarios los que hacían estas clases. Era un boot camp intensivo, de 8:00 a 19:00, todos los días. Teníamos que llegar a hacer tareas de 19:00 a 23:00, para al otro día volver a presentar a las 8:00 de la mañana. No paraban de hacer trabajos. Eran unas máquinas. Fue un viaje maravilloso”, comenta.“Te tienes que enfrentar a algo desconocido: un idioma que no manejas, otros niveles de estudio, las diferentes metodologías, tanto en emprendimiento como en negocio. Obviamente, marca un antes y un después, porque en la parte profesional, comprendía que líneas debía seguir en materia de innovación y en la comercial, me sirvió para darle una visión más global al emprendimiento”, explica Leandro sobre su visita, realizada en febrero de 2017.El ingeniero eléctrico cuenta que en la capacitación se les mostraba ejemplos de expansión de los emprendimientos. “Al salir de la universidad, hay mucha incertidumbre sobre el mundo laboral acá en Chile, pero allá en Estados Unidos es todo un idioma natural el de los negocios. El modelo de negocios allá es con proyecciones más extendidas. Tienes un monto de dinero y tienes que pensar en invertirlo desde el inicio a unos años más”, detalla.Una nueva perspectivaHaber ganado en Despega Usach no sólo significó la apertura de nuevas oportunidades para los estudiantes beneficiados. También sirvió como un tiempo de reflexión y de proyección que les permitió adoptar nuevos enfoques y ambiciones. “Uno piensa que, por ser chileno, de un país sudamericano, no se puede conquistar el mundo con un proyecto”, comentaba Sebastián Sanhueza, “pero al estar en terreno en el viaje, y descubrir que miles de jóvenes de alrededor del mundo están en tu mismo camino, te hace pensar, ¿y si ellos pueden, por qué yo no?”.La experiencia de Leandro lo llevó a una conclusión similar. “Cuando armé mi negocio, nunca pensé fuera de Chile. Cuando me preguntaban los clientes, yo hablaba sólo de las plantas fotovoltaicas del norte. Y estando en Stanford, me comentaron sobre plantas con los mismos problemas de limpieza, pero en Egipto, Kuwait y Emiratos Árabes Unidos”, cuenta.Por su parte, Sebastián se encuentra actualmente realizando una capacitación en el extranjero, para contribuir a la expansión de su propia empresa. “La DGT (Dirección de Gestión Tecnológica de la Vicerrectoría de Investigación, Desarrollo e Innovación) me invitó a un curso de innovación y emprendimiento en Waterloo, Canadá, cuyo foco es el crecimiento empresarial”.No sólo cambia la percepción técnica y comercial, sino que también la visión de vida de los participantes. “El proceso te ayuda a ampliar mucho más tus horizontes e identificar tus potencialidades y desventajas. Además, te ayuda mucho para seguir motivándote, tener una actitud más ganadora respecto a lo que puede ser el desarrollo de tu propuesta”, señala Gary.El mensaje de los tres jóvenes a la comunidad es claro. Los estudiantes de la universidad que quieran llevar a cabo sus ideas en grande deben atreverse a participar en Despega Usach, y en cualquier otro tipo de fondos. “Empiecen desde la nada; avanzando, se abre sólo el camino, pero lo importante es partir, porque muchas veces las ideas se quedan en la nada”, enfatiza Sebastián.“Se pueden abrir oportunidades muy relevantes si les va bien. Si no, la experiencia les queda igual para cuestionarse y mejorar. Además, el poder recibir diversas asesorías les permite complementar el proyecto con una visión externa”, opina Leandro. Gary, por su parte, añade que “el poder levantar proyectos está en uno no más. No hay mayor limitación. Sólo están las ganas de querer enfrentar nuevos desafíos”.

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