Subdirector de Smart City Lab aborda necesidad de desarrollo integral de las ciudades para hacerlas inteligentes

Rodrigo Martin, arquitecto y magíster en Ingeniería, convoca a repensar cómo usamos algunos elementos como la tecnología disponible: sólo para seguridad o para ayudar a las personas, durante conferencia que dictará el jueves 21 de octubre a las 9.00 am en protagonistas 2030 El Mercurio.

El desarrollo de las Smart City es un desafío que tienen los gobiernos, pues la participación de manera abierta y democrática en la gestión de los grandes volúmenes de información que se genera en las ciudades, es necesaria para asegurar la transparencia en el uso de datos.
 
Rodrigo Martin, subdirector de Smart City Lab, explicó que “hasta ahora, se han ido desarrollando sistemas de captura de información urbana, orientados principalmente a la seguridad como el uso de cámaras en la vía pública, y esto genera importantes volúmenes de datos que están siendo utilizados tanto por los gobiernos locales y regionales, como por las entidades de seguridad ciudadana y la policía. Estos datos se generan y almacenan sin tener ningún tipo de control o autorización por parte de los habitantes de la ciudad, incluso vulnerando el derecho a la privacidad de información personal”.
 
El académico de la Universidad de Santiago agregó que durante los últimos años en Chile la implementación de sistemas tecnológicos para la captura de información urbana ha sido un tema de interés por parte de los gobiernos locales, quienes han puesto en funcionamiento diversos sistemas de cámaras de vigilancia integradas en centros de control, sistemas de reconocimiento facial y de análisis del comportamiento de personas en el espacio urbano, lectura de patentes, botones de alarma y otros.
 
A juicio del académico, “se abre la oportunidad de estructurar un sistema de manejo de información para integrar un conjunto mayor de datos, que corresponden a los propuestos en los modelos generales de ciudades inteligentes. Por ejemplo, es posible integrar a los datos de seguridad, la información de las condiciones ambientales de la ciudad, datos sobre el uso de recursos como agua o electricidad en espacios públicos para hacerlas más eficientes, modelos de participación en decisiones de gobiernos locales y regionales, gestión de residuos y reciclaje comunal, gestión inteligente de movilidad urbana y otros”.
 
Los desafíos
 
Si bien la tecnología existe, aún están pendientes importantes desafíos sobre el manejo de los datos generados por estos sistemas, especialmente los relacionados con dónde y cuánto tiempo se guardarán los datos; cómo se usará esa información y cómo se informará a los implicados para que den su autorización para el uso de esos datos; y si dicha información debe o no ser de uso público para potenciar iniciativas públicas o privadas.
 
“La gobernabilidad en una Open Smart City es ética, responsable, y transparente. Estos principios se aplican al gobierno de las plataformas sociales y técnicas que incluyen datos, algoritmos, habilidades, infraestructura y conocimiento. Una Open Smart City es participativa, colaborativa y sensible”, destacó Rodrigo Martin.
 
El académico de la Universidad de Santiago explicó además que “una Smart City plantea una visión amplia y abierta sobre la generación, gestión, propósito y el uso de la información y datos urbanos en una ciudad actual y se debe asegurar que no sea utilizado como un mecanismo de control impuesto desde arriba hacia los habitantes”.
 
Sin embargo,  “hoy en día el desarrollo de estos sistemas está orientado básicamente a la implementación tecnológica y es desarrollado por los gobiernos locales y regionales, sin considerar la participación de la comunidad, principalmente porque estos desarrollos están restringidos a los temas de seguridad y porque no existe una normativa legal que asegure los derechos de los ciudadanos involucrados”.
 
Su propuesta la dará a conocer en la conferencia que dictará el jueves 21 de octubre a las 9.00 am en protagonistas 2030  El Mercurio por el streaming de EmolTv.

Fotografía
Categoría