Proyectos obtuvieron financiamiento de la Fundación para la Innovación Agraria (FIA), y están asociados al control del virus ISA y mejoramiento de la sobrevida de salmones; y al desarrollo de una nueva tecnología para reemplazar la piel de la tuna. En la ceremonia de presentación de los proyectos, el director ejecutivo de FIA, Fernando Bas Mir, destacó el aporte de los científicos de nuestra Universidad al desarrollo del país, puntualizando que "con los conocimientos que poseen, aportan valor a la investigación, fomentando la innovación en el sector agroalimentario”.
“Con los conocimientos que poseen sus profesionales, aportan valor a la investigación, fomentando la innovación en el sector agroalimentario”. Así de categórico fue Fernando Bas Mir, director ejecutivo de la Fundación para la Innovación Agraria (FIA), al referirse al aporte realizado al país a través de los proyectos dirigidos por académicos de esta Institución.La declaración de la autoridad de la entidad ligada al Ministerio de Agricultura, se dio en el marco del lanzamiento de cuatro iniciativas financiadas por FIA y adjudicadas por la Universidad de Santiago de Chile entre los años 2011-2012. La actividad se llevó a cabo en el Salón de Honor de la Casa Central el miércoles (28).La idea, según indicó Bas Mir, es generar “beneficios para la sociedad a través de nuevos servicios o productos, que permitan resolver problemas reales”, descatando, además, que esta Casa de Estudios ha sido la que “mejor ha entendido este mensaje, y espero que siga siendo así”.La instancia estuvo presidida por el vicerrector de Investigación, Desarrollo e Innovación, Dr. Oscar Bustos, quien señaló que “estamos confiados que el resultado de los proyectos impactará positivamente en la industria nacional, además que forman parte de las áreas prioritarias para el desarrollo de nuestro país”.Luego fue el turno de los directores de proyectos, quienes presentaron los principales aspectos de las iniciativas que lideran. La académica de la Facultad Tecnológica, Laura Almendares, presentó el desarrollo de una tecnología para reemplazar la piel del fruto de tuna por un recubrimiento que permita mantener las funciones fisiológicas, microbiológicas y organolépticas del fruto fresco. Con esto, “los consumidores accederán a un fruto atractivo y novedoso, donde no habrá riesgo de pinchazo al comerlo”, indicó Almendares.Los otros tres proyectos pertenecen a la Facultad de Química y Biología y están ligados al área de acuicultura, por lo que el especialista en patología de organismos acuáticos y biotecnología acuícola, Rubén Avendaño, introdujo a los asistentes en esta temática, brindando un panorama respecto a la industria local y los peligros a los que está sometida.Posteriormente fue el turno del Dr. Marcelo Cortez, quien presentó los avances sobre el desarrollo de un sistema basado en inmunoterapia para controlar el riesgo del virus ISA como reservorio en sistemas dulceacuícolas y marinos. El investigador indicó que “no sólo esperamos crear una plataforma sino que deseamos obtener un producto que pueda estar a disposición de la industria nacional”.La siguiente exposición estuvo a cargo de la Dra. Margarita Montoya, quien abordó el desarrollo de una formulación a base de extractos de plantas destinado al control del estrés y a mejorar la sobrevida de salmones durante el proceso de esmoltificación. Con esta iniciativa se pretende reducir el nivel de estrés al que están sometidos los salmónidos al pasar del agua dulce a la salada, esperando “obtener herramientas terapéuticas para mejorar las condiciones de las especies durante este proceso, incorporando plantas medicinales a este ámbito”.El encargado de cerrar la jornada fue el Dr. Mario Tello, quien presentó la plataforma para la producción in situ de proteínas con actividad estimulante de la respuesta inmune en salmónidos. “Las bacterias ácido lácticas podrían ser un vehículo inmunoestimulante, inocuo para las personas y el medio ambiente, además de ser de bajo costo”, explicó el académico.