El investigador del Smart City Lab-Santiago, Rodrigo Martin, propone cinco medidas para superar la crisis del sistema, entre ellas cómo mejorar las vías exclusivas, haciéndolas “más continuas y rápidas”, e implementar un sistema integrado de gestión de flotas. Según el académico, si no se adoptan acciones concretas, “la crisis que vamos a tener no se traducirá en que nos quedemos sin servicio, sino que tendremos que soportar uno cada vez más caro y malo”.
Críticas a las condiciones de los buses del Transantiago y empresas operadoras que acusan estar al borde de la quiebra son solo parte de las múltiples críticas que ha recibido el servicio de manera sistemática.Para el experto en transporte urbano de la Universidad de Santiago, Rodrigo Martin, el futuro del sistema de transporte capitalino no es alentador y las medidas que se han propuesto, como más fiscalizadores para solucionar las tasas de evasión o, incluso, una línea del metro paralela a la Línea 1 para descongestionar el eje central de Santiago, “son medidas parche. Aquí, el problema de fondo es cómo abordar el sistema desde la perspectiva de la ciudad”.El especialista reconoce que se deben renovar los buses del sistema. No obstante, “la renovación de la flota debiera ser a través de un proceso regular, a través de bases de licitación, pero partir por eso sería solucionar los problemas aparentes del sistema, y no los de fondo”, afirma.Respecto a los altos índices de evasión, el especialista sostiene que este “es un síntoma que no se ha abordado de forma correcta. Fiscalizar más o cobrar más es ver el síntoma y no el problema real. Reseteando este sistema, se puede alcanzar un compromiso mayor de la ciudadanía con su sistema de transportes”.“Uno puede incorporar millones de tecnologías, pero si la gente quiere evadir, lo hará igual. Lo mejor es dar un buen servicio a precio razonable para restablecer las confianzas”, agrega.Para el experto, “así como está, va en una ruta crítica. La calidad del servicio es mala y la disconformidad de la gente es explosiva. La crisis que vamos a tener no se traducirá en que nos quedemos sin servicio, sino que tendremos que soportar uno cada vez más caro y más malo, con buses cada vez más dañados”, sostiene.Por eso, propone cinco medidas concretas para mejorar este sistema, descartando de plano que solo con un cambio de nombre y de imagen se pueda mejorar.Mejorar la gestión física de las vías de TransantiagoEl académico indica que se requiere contemplar una mayor inversión para las construcciones de paraderos, zonas pagas y vías exclusivas, con especial énfasis en esto último.“Las vías exclusivas deben ser continuas y rápidas, para poder ofrecer un servicio de mejor calidad en cuanto a tiempos de viaje”, sostiene.Implementar un sistema integrado de gestión de flotasMartin afirma que los buses debieran ser controlados por una autoridad central. Así, se cumpliría con una doble función: que tanto la calidad de los buses como sus tiempos sean monitoreados de manera centralizada.“Así, el Directorio de Transporte Público Metropolitano puede tener un real control del sistema y así poder reaccionar a las variaciones de la demanda y a los momentos de crisis. Esto requiere, además, de un sistema GPS funcionando en todos los buses”, recalca.Una nueva autoridad metropolitanaEl experto enfatiza que el transporte debe ser abordado de manera integral, a partir de una visión de la ciudad que no solo se preocupe del funcionamiento del servicio, como actualmente hace la DTPM, sino que también considere y participe de las políticas de densificación de la ciudad y generar estrategias de valor de uso del suelo, a fin de no sobrecargar los recorridos.“Ya sea mediante la Intendencia, un alcalde mayor o una autoridad metropolitana de transporte, es necesario coordinar de forma integrada, no solo el sistema de transporte, sino también las externalidades plusvalía, e inversiones vinculadas a él. Ver el problema de forma integral y participativa”.“El transporte no se soluciona solo desde el transporte”, explica. “El problema no es solo del Transantiago, sino la gestión política de la ciudad. Muchos problemas del transporte se solucionan desde la perspectiva del urbanismo. Por eso, hay que ver los sistemas de forma integrada, para solucionar los problemas del transporte de la ciudad”, subraya.Redefinir los contratos de licitación en función de la cantidad de usuariosDe acuerdo a Martin, es fundamental contemplar en el diseño de los trazados o recorridos la participación ciudadana, para definir las magnitudes en términos de flota por sector.“Es fundamental asegurar los estándares de servicio y junto a esto, redefinir los trazados de recorridos en función de la demanda urbana real, con la cantidad de buses realmente necesaria”, indica.‘Resetear’ el sistemaFinalmente, tras los cuatro puntos anteriores, explica que se requiere un ‘reseteo’ o ‘reinicio’ del sistema “para renovar la confianza ciudadana, y así intentar revertir el fenómeno de la evasión”.El experto explica que esto significa “volver a presentar a la ciudadanía este sistema de transportes, con todos los puntos resueltos, como algo que les va a servir, que está pensado en función de ellos y que va a tener un impacto positivo en sus vidas”.Martin cree que lo peor que se puede hacer es solo cambiar el nombre e imagen del servicio, y que lo mejor es presentar un paquete de medidas concreto y ya realizado. “Todo lo que se ha dicho son parches: cambiar un recorrido, aumentar flujos de una línea y cambiar parte de las bases de los contratos, cuando lo que se requiere es un reseteo que genere una nueva confianza en los habitantes de la ciudad. El cambio debe ser real”, subraya.