Los visitantes que optaron por el recorrido patrimonial que brindó nuestra Casa de Estudios el domingo (25) y que concluyó con una presentación de música barroca en el Aula Magna, conocieron en detalle la historia institucional, interesándose por cada uno de los rincones de la Escuela de Artes y Oficios.
Los profesores de la Escuela de Arquitectura, Jonás Figueroa y Rolando Durán, este último personificado como Bernabé Robles, del libro El Crisol, de Fernando Santiván, fueron los encargados de transmitir a los asistentes el legado de la EAO y su aporte al país.
"Me pareció interesante conocer más del patrimonio de esta Universidad, porque soy defensor de la educación pública y creo que hay que valorarla”, advierte el visitante Mario Covarrubias.
Unas 150 personas llegaron hasta la ex Escuela de Artes y Oficios durante la mañana del domingo (25), para aprovechar la invitación abierta que hizo nuestra Universidad con el objetivo de dar a conocer la historia e instalaciones de la EAO, que cumple 165 años, en el contexto del Día del Patrimonio.Pasadas las 10 horas, se dio inicio al recorrido por los patios del sector de la EAO, apreciando el diseño arquitectónico de las edificaciones, las salas, los talleres y ornamentos que dan cuenta de valor histórico heredado por nuestro Plantel.La ruta fue guiada por el académico de la Escuela de Arquitectura, Jonás Figueroa, junto al profesor de la misma Unidad, Rolando Durán, quien personificando a Bernabé Robles, protagonista de la novela El Crisol (1913, Fernando Santiván) relataron las costumbres académicas y disciplinarias de la época, así como los aspectos que influenciaron el desarrollo industrial de Chile durante el siglo XIX.El recorrido concluyó en el Aula Magna de nuestra Casa de Estudios, que en sus inicios fue el teatro donde se realizaban conferencias, actos musicales y donde se mostraban las películas de la época. En el lugar, el Archivo DGA presentó parte del material histórico rescatado de la ex Escuela de Artes y Oficios y de la Universidad Técnica del Estado, que forman parte de la historia de nuestra Institución.Por su parte, el Grupo de Cámara de Universidad de Santiago de Chile, dirigido por el maestro Raúl Orellana y dependiente del Departamento de Extensión, fue el encargado de poner fin a la visita, presentando piezas de música barroca. Las obras, correspondientes a autores europeos de la época, encantaron al público, que aplaudió y valoró la vigencia del espacio de difusión musical que permanece hasta hoy integrando a la comunidad en su actividad cultural.DesafíoEl director del Departamento de Extensión, Jorge Montealegre acompañó la visita y quedó “gratamente sorprendido porque vino bastante gente, aunque se trató de un día frío, temprano, y con una amplia oferta de otras actividades en la Región, en el marco del Día del Patrimonio”, señaló.“El broche de oro fue la participación del Grupo de Cámara en el Aula Magna, lugar que no sólo se vio como el patrimonio arquitectónico que es, sino que también en su mejor uso: como escenario para la música con una acústica fantástica”, acotó el director de Extensión.Sobre la posibilidad de repetir la experiencia, Jorge Montealegre indicó que como “la Universidad cumple 165 años, es una buena ocasión para poner en valor su patrimonio arquitectónico, artístico, cultural y académico”.El encargado del área audiovisual del Archivo de Documentación Gráfica y Audiovisual, Andrés Zúñiga hizo un balance positivo de la actividad, ya que la competencia era difícil ante otras instituciones que sólo se abren para esta fecha, como el Palacio de La Moneda.“Nosotros estamos abiertos todos los días, porque somos una Universidad, entonces atraer a la gente un fin de semana sin duda era un desafío. Pero ha sido un éxito, que tiene que ver con el enfoque, porque el recorrido no sólo estuvo ligado al aspecto arquitectónico, sino que también fue pedagógico”, sostuvo en alusión a la labor desempeñada por los profesores de la Escuela de Arquitectura y que se complementó muy bien con la labor del Archivo DGA y el Grupo de Cámara.Valor e historiaComo resultado del recorrido histórico y la presentación cultural, María Zúñiga, una de las personas que asistió y participó activamente con preguntas y comentarios durante el recorrido, quedó muy agradada con la experiencia. “Me encanta la historia, hace poco que terminé mi cuarto medio y desde entonces que me intereso por este tipo de actividades”, indicó. Su hijo, el profesor de Matemáticas, Mario Covarrubias, explicó que vinieron especialmente desde Colina a conocer la ex Escuela de Artes y Oficios, interesados por el legado social del lugar. “Lo vi en internet y me pareció interesante conocer más del patrimonio de la Universidad, porque soy defensor de la educación pública y creo que hay que valorarla”, señaló.