Estudiantes de la U. del País Vasco realizan pasantía en Cedenna para incorporar nanotecnología en terapias contra el cáncer

En el marco de un proyecto científico internacional, las jóvenes buscan interiorizarse de métodos y herramientas disponibles en el centro de investigación de excelencia Cedenna de la Universidad de Santiago, que les permitirán mejorar los resultados de su trabajo y adquirir nuevo conocimiento para compartir con sus colegas cuando regresen a Bilbao.

“Ambas trabajamos en metástasis hepática en cáncer de colon. Irene observa unos receptores y yo miro otros”, señala Alba Herrero, estudiante de Doctorado en Investigación Biomédica de la Universidad del País Vasco, quien se encuentra junto a Irene Romayor realizando una pasantía internacional en el Centro para el Desarrollo de la Nanociencia y la Nanotecnología, Cedenna, albergado en la Universidad de Santiago de Chile, con el objetivo de incorporar conocimiento relacionado con el uso de nanopartículas en sus investigaciones contra el cáncer.

Las estudiantes vinieron en el marco del programa Magnamed, un consorcio internacional integrado por distintas instituciones, entre ellas, la Universidad de Santiago, a través del Cedenna, y la Universidad del País Vasco, que en 2017 se adjudicó financiamiento de la Unión Europea para investigar nuevas nanoestructuras específicas que se pudieran utilizar en terapias contra el cáncer colorrectal. En ese contexto, las alumnas del área biológica se encuentran realizando una pasantía en el centro multidisciplinario, lo que las ha puesto en contacto además con especialistas en física, magnetismo, química e ingeniería.
Cabe destacar que junto con estos proyectos, la Universidad de Santiago ha participado en otros consorcios con la Comunidad Económica Europea, el "Environmental Gevernance  in Latin America and the Caribbean: Developing  Frameworks for Sustainable and Equitable Natural Resource", a cargo del Dr. Cristian Parker, en el marco del Séptimo Programa Marco para acciones de investigación, desarrollo tecnológico y demostración (7PM); y recientemente en el consorcio “Diabfrail-Latam”, en el contexto del programa Horizontes 2020, orientado al análisis de la capacidad funcional de adultos mayores con diabetes en Latinoamérica, a cargo del Dr. Antonio García Hermoso.
Alba e Irene estudian las secuelas del cáncer colorrectal en el hígado. “El principal problema del cáncer de colon es que llega muy rápido al hígado y una vez que es detectado ahí es complicado tratarlo”, sostiene Alba Herrero. Ambas esperan colaborar en las investigaciones para encontrar formas de controlar y disminuir la metástasis del cáncer colorrectal en el hígado, “intentar que no se disemine o reducirlo, ya que una vez reducido, es más fácil de eliminar”, señala Alba.
Irene Romayor complementa explicando que la detección es tardía, porque las pruebas (exámenes para detectarlo) son incómodas, pero “en España a partir de cierta edad, se hacen pruebas con marcadores en el colon si es que la persona tiene antecedentes”. Las estudiantes de doctorado señalan que más de la mitad de los casos de cáncer de colon desarrollan metástasis en el hígado y que esto es un problema debido a la cantidad de vasos sanguíneos, lo que aumenta el riesgo de que las células tumorales se diseminen a cualquier otra parte del cuerpo como, por ejemplo, los pulmones.
La terapia del futuro
Las investigadoras llegaron al Cedenna en marzo y se quedarán hasta agosto, aunque entre medio, realizarán una estadía corta en la Universidad de Talca, con el Dr. Cristián Vilos.
Pero a su llegada a la Usach, acudieron al laboratorio del Dr. Pedro Orihuela, investigador del Cedenna y académico de la Facultad de Química y Biología, para acercarse a la nanotecnología desde su área, la biología. Luego, tuvieron oportunidad de observar nanopartículas en los microscopios de electrones TEM y SEM, sintetizarlas y medirlas y “también hemos aprendido a aislar nanopartículas de zeolita, que es un proceso”, señala Alba mientras Irene agrega que “hemos congelado células también para empezar a trabajar con nanopartículas dentro de ellas”. Esperan seguir caracterizando nanoestructuras, aprendiendo a producirlas, medirlas y calcular su carga magnética. “Nos gustaría luego aplicarlo a lo que hacemos en Bilbao, saber cómo hacer la parte básica y llevar lo aprendido”, acota Alba.
Irene explica cómo estos primeros meses de trabajo ya les han servido para proyectar mejor su futuro. “Yo ni me imaginaba cómo era y ahora conocemos el proceso de cómo obtenerlas, que es la base”, de las nanotecnologías biomédicas. Alba ya piensa en su línea de tesis, “es interesante, porque se puede aplicar en el futuro, incluso en terapias”.
Irene está convencida que la nanotecnología hará un notable avance en los tratamientos contra el cáncer. “La terapia dirigida es lo que yo creo que será el futuro, porque aunque las personas sufran del mismo cáncer, en cada cuerpo es diferente. Entonces, es poder crear un tratamiento personalizado, con una droga que vaya dirigida sólo al foco de tu problema, más que la radio o la quimioterapia, que son lo que ahora hay”.
Las soluciones de la nanotecnología para tratar las células tumorales se dan a través de dos caminos: uno es creando nanoestructuras específicas que se puedan rellenar con fármacos para atacar las células malignas, junto con esto, poner dianas en el tumor, para que al insertar esas nanopartículas en el cuerpo puedan ser guiadas hasta las células tumorales y liberar el medicamento en el lugar que deben sin afectar a otros órganos.
El otro modo es a través de la hipertermia, dirigiendo nanopartículas magnéticas a través del torrente sanguíneo hasta el cáncer, para luego, a través de un sistema de magnetos, hacer que esas nanopartículas fijadas en el tumor se agiten para aumentar la temperatura y así, destruir las células cancerígenas que no resisten el calor.
Buena recepción
Las investigadoras han disfrutado su estadía en la Universidad de Santiago y están encantadas con la ciudad y sus alrededores. Ya han paseado por los valles, hecho “quedadas” (salidas) con amistades nuevas y esperan disfrutar de la montaña antes de regresar. Agradecen la oportunidad de estudiar con investigadores de distintas disciplinas, en su idioma, y también la buena recepción en la Universidad de Santiago, algo de lo que ya tenían conocimiento, porque compañeros españoles que estudiaron Bioquímica en esta Institución a través del programa Erasmus, les dieron muy buenas referencias.

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