El firme compromiso de la U. de Santiago con la igualdad de género

Hace más de una década que la Universidad de Santiago de Chile ha tomado acciones en torno a la igualdad entre hombres y mujeres al interior del espacio educativo. En 2006, y de forma pionera en el país, financió los periodos de pre y post natal de becarias de doctorado y postdoctorado del plantel, iniciativa que luego fue replicada por Conicyt. Un año después, el proyecto Mecesup “Igualdad en la diferencia” identificó las brechas de género en los programas de postgrado, revelando la necesidad de institucionalizar una unidad encargada de la temática.

Hace más de una década, la Universidad de Santiago ha tomado acciones concretas en torno a la igualdad entre hombres y mujeres al interior del espacio educativo. Si bien el debate nacional respecto a la educación sexista, agudizada por el machismo, la violencia y la inequidad de género, se instaló en la agenda a raíz de la movilización feminista de 2018, nuestro plantel lleva más de 10 años comprometido con la temática.
Para la vicerrectora de Vinculación con el Medio, Dra. Karina Arias Yurisch, las mujeres ocupan cada vez más espacios en la universidad, partiendo por el ingreso de muchas de ellas a carreras que históricamente han sido masculinizadas.
Asimismo, destaca la Dra. Arias, hoy las académicas e investigadoras han asumido “un papel más activo, empoderándose y encontrando espacios no solo en laboratorios, sino que también en centros de estudios, departamentos, facultades y el gobierno central”.
A juicio de la autoridad universitaria, esto “es el resultado tanto del compromiso del plantel como de las necesidades actuales de nuestra sociedad”.
Más de una década de compromiso
Dentro de los principales hitos, es importante destacar la decisión pionera que tomó la Rectoría en 2006, proporcionando financiamiento para los periodos de pre y post natal a las becarias de doctorado y postdoctorado. De esta manera, se extendía el pago y vigencia de las becas.
Dicha iniciativa fue valorada y adoptada posteriormente por Conicyt, beneficiando a las becarias de doctorado e investigadoras responsables de proyectos Fondecyt de Postdoctorado.
Un año más tarde, el proyecto Mecesup “Igualdad en la diferencia” identificó las brechas de género en los programas de postgrado, revelando la necesidad de institucionalizar una unidad encargada de la temática.
Así, lo que comenzó en 2015 como Punto Focal de Género, pasó a ser el Área de Género dentro del Programa RSU. En esta instancia se realizan las directrices de la Política de Igualdad de Género.
Al año siguiente, a partir de una solicitud de Rectoría, se convoca a trabajar en la redacción de un Protocolo contra el acoso, discriminación y violencia de género, siendo este el tercer documento a nivel nacional y el primero que se elabora de manera triestamental, recogiendo las necesidades y experiencias de cada uno de los estamentos que conforman la universidad.
En el 2018 se institucionaliza la temática en el plantel a través de la creación de la Dirección de Género, Equidad y Diversidad. Asume como directora la socióloga Andrea Hurtado Quiñones, quien hasta ese entonces se desempeñaba como Encargada de Género, Equidad y Diversidad.
La Dirección se creó con dos misiones fundamentales. Primeramente, contar con un espacio de recepción de denuncias relacionadas con el acoso, violencia de género y discriminación. Para esto dispone de profesionales del área psicológica y legal que realizan acciones de contención, atención y respuesta. De igual modo, entrega información a las personas denunciantes sobre los procesos que se han interpuesto.
Otra de las áreas que trabaja el plantel desde el inicio del proceso de institucionalización, es la consolidación y articulación de un plan de acción estratégico en torno a una política de igualdad de género.
“Este ha sido un trabajo arduo e intenso, ya que hemos ido trabajando en cada uno de los objetivos estratégicos de la universidad”, remarca Hurtado. Para cumplir con ello, se han creado diversas estrategias, como el Simposio de Tesis con enfoque de género; y el Diplomado de Transversalidad e Institucionalidad de Género.
Las voces
Entre las tareas que tiene la U. de Santiago, está aumentar la participación de las mujeres en las áreas científicas y matemáticas, históricamente ocupadas por hombres.
Para la directora de la Dirección de Innovación Científica y Tecnológica (Dicyt), Dra. Dora Altbir Drullinsky, pese a los múltiples avances, subsisten aún barreras que hacen más compleja la inserción de las mujeres en algunos ámbitos, como por ejemplo en la Ciencia y la Tecnología.
“Las mujeres tenemos que estar allí, pues aportamos diversidad en los puntos de vista, pero por sobre todo, inteligencia y excelencia en el trabajo que desarrollamos. Para ello requerimos de instrumentos que nos permitan una mejor inserción”, subraya la académica.
En representación de las estudiantes, la vocal de Género y Sexualidades de la Feusach, Camila Llanza Miranda, remarca que los cambios en el plantel también responden a la demanda estudiantil: “esto nos significa un gran orgullo porque aporta a lo que queremos: un espacio libre de violencia y discriminación”.
No obstante, para la dirigenta todavía quedan desafíos, principalmente el cambio cultural que erradique la violencia machista. “Hoy la Universidad de Santiago debe cambiar y eso parte por las personas que la conforman”, detalla.
 

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