El viernes 26 de junio de 2015 Adriana Delpiano recibía un llamado que la haría volver a la primera línea de la política nacional. Esta servidora pública que se había desempeñado como intendenta de la Región Metropolitana de Santiago, y ministra de Estado en los gobiernos de Eduardo Frei Ruiz-Tagle, Ricardo Lagos y Michelle Bachelet, era convocada para asumir el Ministerio de Educación.
Las reformas de carácter estructural en materia educacional eran un eje prioritario del programa presentado por la Presidenta Bachelet en su segundo periodo de gestión gubernamental. La ciudadanía había cifrado altas expectativas en estas propuestas.
Adriana Delpiano no desconocía aquello. Con una especialización a partir de un máster en Educación y su trabajo en el Programa Interdisciplinario y de Innovación de Educación (PIIE), se sentía confiada en sus capacidades para manejar el sin número de variables que la gestión del Ministerio de Educación imponía.
Leyes de Educación
El estudio "Del dicho al hecho" de la Fundación Ciudadano Inteligente da cuenta de las promesas legislativas cumplidas por el gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet. El informe precisa que se cumplió el 56% de los compromisos del programa. La áreas con mayor cumplimiento fueron Energía (100%), Educación (95%) y Democracia (85%).
No obstante el alto nivel de cumplimiento en materia educativa, la ex ministra Delpiano comparte su autocrítica respecto del cómo se comunicaron las reformas: “La ley de inclusión fue poco comprendida por la ciudadanía. No hicimos una buena lectura de los cambios culturales que comprometía. Por ejemplo, la población sí valora ‘segregarse’, si es que esa segregación garantiza cierto estándar social y satisfacción de necesidades”.
Respecto de la Ley de Inclusión Escolar, promulgada el 29 de mayo de 2015, la ex titular de Educación acusó “uso tendencioso y peyorativo del concepto ‘tómbola’”, tergiversando el sentido y alcance de la medida. “Es mentira que uno ingresa a una ‘tómbola’, yo conversé con el Presidente Piñera, días antes de que asumiera, y él me señaló que sabía perfectamente que el sistema funcionaba”, comentó.
“La alternativa a este sistema aleatorio era lo que teníamos antes, es decir, someter a los niños a pruebas de admisión y estrés, cuando, en realidad, el colegio seleccionaba a los padres, no a los niños”, puntualizó la ex titular de Educación.
La Ley de Inclusión Escolar permite que las familias tengan la posibilidad de elegir el establecimiento sin que eso dependa de su capacidad económica. El Estado aportará los recursos para reemplazar gradualmente la mensualidad que pagan las familias. La normativa, a su vez, termina con la selección y elimina el lucro en los establecimientos que reciben aportes del Estado.
Educación Superior
Cuatro años de discusión entre los actores involucrados y 18 meses de trámite legislativo, fue el camino que transitó la Ley de Educación Superior para concretar su publicación en el Diario Oficial el 29 de mayo de 2018. “La Ley de Educación Superior es una normativa equilibrada y muy necesaria, que dota al país y a la educación superior de instrumentos que hoy no tiene, por tanto, los estudiantes de educación superior pueden estar confiados de que existe una normativa que custodia sus expectativas”, precisó Adriana Delpiano.
La Ley de Universidades Estales, en tanto, promulgada en una discreta ceremonia, que se llevó a cabo a petición de los Rectores, impone, en palabras de la ex ministra, el desafío de “afianzar el vínculo con sus territorios, entre las instituciones, y con otros centros de pensamiento. Las Universidades del Estado deben ser el eje de desarrollo del país”.
La entrada en vigencia de la Ley de planteles estatales supone la creación de un Consejo de Coordinación, establece un plan de fortalecimiento de 300 mil millones de pesos a diez años destinado a las 18 universidades estatales, estipula la posibilidad de aumentar la matrícula por sobre los límites que fija la gratuidad, y genera un marco común para la gobernanza institucional.
En relación al sistema de financiamiento de educación superior presentado recientemente por el Gobierno, la ex titular de Educación destacó: “El proyecto presentado es muy parecido al nuestro. Es un crédito blando que lo maneja y cobra el Estado, que es pertinente al ingreso, y que se extingue después de una cantidad de años de pago regular”. En esta línea, complementó que “no se debería haber retirado el proyecto, sino que trabajar en razón de indicaciones que el Gobierno estimara pertinentes”.
A su juicio, “el retiro del proyecto CAE sólo fue un asunto comunicacional, ya que el gobierno no tiene una agenda fuerte en Educación”.
Educación no sexista
En otro orden, Adriana Delpiano resaltó los temas que ha instalado el movimiento feminista. “Hay aquí una corrida de cerco; por tanto, su gran aporte es que pone el acento en temas culturales, de relacionamientos cotidianos”, comentó en relación a la agenda de género, inequidades y violencias que ha expuesto y denunciado el movimiento feminista ante la opinión pública.
Finalmente, la ex ministra de Educación del segundo gobierno de Michelle Bachelet, valoró el Plan “Todos al aula”, que busca rebajar las horas administrativas de profesores y directores para que se enfoquen en la docencia. “Si me hubieran invitado, hubiera asistido a la reunión y a la Comisión”, concluyó.
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La ex ministra de Educación del segundo gobierno de Michelle Bachelet, Adriana Delpiano, entrevistada por el programa Sin Pretexto de Radio Universidad de Santiago, se refirió a la implementación de las leyes que fueron aprobadas durante su gestión ministerial; entre otras, la Ley de Inclusión, la Ley de Educación Superior y la Ley de Universidades del Estado. Sobre este último cuerpo legal, aseguró que impone el desafío de “afianzar el vínculo con sus territorios, entre las instituciones, y con otros centros de pensamiento. Las Universidades del Estado deben ser el eje de desarrollo del país”. Asimismo, valoró la agenda de género que ha instalado en la opinión pública el movimiento feminista.