“Mejorar condiciones de campamentos y no erradicarlos”

El investigador en movilidad social y académico de nuestra Universidad, sostiene que el enfoque gubernamental para enfrentar el problema no es el adecuado. Según el especialista, los campamentos suplen necesidades que el mercado inmobiliario no puede ofrecerles a los sectores más vulnerables, por lo que “no hay forma que desaparezcan completamente”.

Según el último catastro de campamentos realizado por la ONG Techo-Chile, al día  de hoy un total de  40 mil 541 familias viven en campamentos, lo que representa un aumento de un 41% más de lo que se registraba hace una década atrás.Para el sociólogo, investigador en políticas sociales y movilidad social, y académico del Instituto de Estudios Avanzados (IDEA) de la Universidad de Santiago de Chile, Dr. Vicente Espinoza, este aumento es resultado de un enfoque equivocado para enfrentar el problema.A su juicio, tanto el Gobierno como Techo-Chile se han centrado en erradicar los campamentos, desatendiendo un aspecto clave, toda vez que estos asentamientos tienen un carácter permanente en el tiempo, debido a que suplen necesidades que el mercado inmobiliario no puede ofrecerles a sus habitantes.Al respecto, compara esta situación con la del comercio ambulante, que aunque las  autoridades comunales han intentado erradicarlos, subsisten por la necesidad de quienes lo ejercen.“Cuando no hay posibilidad de acceder a la vivienda por medio de ahorros, subsidios o programas públicos que requieren un cierto nivel de ahorro, a este grupo de personas no le queda otra opción que vivir en un campamento”, explica.Por eso, sostiene que lo que se requiere es un programa permanente de protección social que mejore las condiciones en que viven estas familias, subsanando los riesgos sanitarios o las precarias conexiones eléctricas con las que conviven, pero cuidando de no incentivar a que permanezcan en estos sectores.“Si se construyen edificaciones colectivas con servicios compartidos, es probable que sea más digno como solución transitoria, que en la que actualmente se encuentran estas  miles y miles de  familias”,  puntualiza.Finalmente, el  Dr. Espinoza  advierte  que  si bien las personas que habitan campamentos no permanecen más de cinco años en estos espacios, este tipo de asentamientos irregulares seguirán existiendo mientras  la inequidad y las brechas  sociales impidan a los sectores vulnerables adquirir una vivienda en el mercado tradicional.