Como parte de su proceso de desarrollo hacia el desempeño de una gestión de excelencia, el Departamento de Ingeniería Eléctrica de la Universidad de Santiago de Chile ha dado otro importante paso en directo beneficio de su comunidad, especialmente de sus estudiantes y egresados.Se trata del reconocimiento de la Comisión Nacional de Acreditación (CNA-Chile) a la Carrera de Ingeniería Civil Eléctrica, al otorgarle una reacreditación por seis años, un logro que se incrementa al considerar que a la modalidad en jornada diurna se suma el programa de prosecución de estudios vespertino, y que recibió exactamente la misma certificación.“Somos la única Universidad en el país que ofrece esta modalidad en jornada vespertina”, destaca con orgullo el director del Departamento Dr. Humberto Verdejo Fredes. Una de sus máximas satisfacciones es haber derribado lo que considera “un prejuicio de que la formación vespertina no es igual a la diurna”. Además, asegura que “nuestros ingenieros se caracterizan por su fortaleza técnica, una gran flexibilidad para adaptarse al trabajo, con una alta presencia en terreno y capaces de resolver y superar obstáculos. Es parte del sello de esta Universidad”, explica.En ese línea, resalta que la empleabilidad de los egresados alcanza un 98% en el primer año. “Incluso antes de egresar, los estudiantes ya están trabajando, mientras que en el caso del programa de prosecución, se desempeñan laboralmente antes de ingresar”, agrega. Doble desafío El proceso de acreditación se inició en 2004, cuando la carrera recibió cuatro años. Posteriormente, la CNA le otorgó otros cinco. Hasta ese momento, solo era considerada la modalidad diurna. En el segundo semestre de 2012, luego de un proceso de estudio y diseño encabezado por el propio Dr. Verdejo y el entonces director del Departamento Óscar Páez Rivera, comenzó a impartirse la prosecución en Ingeniería Civil Industrial en modalidad vespertina, hasta ese momento inexistente en el país.En 2015, correspondía entregar el informe para postular a una nueva acreditación de la carrera, pero surgió una desafiante propuesta. “Asesorados por la Dirección de Calidad y Acreditación de la Prorrectoría, nos propusieron que acreditáramos las dos modalidades, considerando que se trata del mismo título profesional”, recuerda el académico, lo que implicó un doble desafío.“Nos asesoramos con la Vicerrectoría Académica, a través de la Unidad de Innovación Educativa, para homologar ambas mallas curriculares y asegurar una coherencia”, detalla. Un trabajo que concluyó en el segundo semestre de 2016, cuando las autoridades enviaron un informe a la comisión de autoevaluación, a lo que se sumó la visita de los pares evaluadores. “El informe final estableció que nuestros programas diurno y vespertino son coherentes con los criterios de la CNA, lo que para nosotros fue una muy buena noticia, porque en la práctica quedó homologado nuestro trabajo en ambas modalidades”, plantea el Dr. Verdejo.Igualmente resalta la labor de socialización del proceso que se desarrolló entre los integrantes del Departamento. “Somos 28 académicos de jornada completa, 145 profesores por hora, mil 600 estudiantes y 60 funcionarios. Agradezco a todos por su gran esfuerzo, pues tuvimos una alta participación de la comunidad en las visitas de los pares evaluadores, lo que es difícil de lograr. Es fundamental entender este proceso como un sistema de mejora continua”, plantea con firme convicción. Responsabilidad social Para el Dr. Verdejo, quien se desempeña como director del Departamento desde julio de 2016, la acreditación no solo implica un reconocimiento al buen trabajo realizado. “Una mayor cantidad de años de acreditación está en directa relación con que nuestro arancel de referencia sea mayor, lo que permite disminuir la brecha con el arancel real”, aclara.También valora la incorporación del sistema de créditos transferibles en las carreras de ambas jornadas. “Es un compromiso de las autoridades de esta Universidad de que todos sus programas funcionen con este sistema. De hecho, nos presentamos al proceso de acreditación con esto ya incorporado”, plantea.Asimismo, no duda en destacar el rol de responsabilidad social que desempeña la Universidad de Santiago. “Recibimos a estudiantes que no obtienen los mejores puntajes en la PSU, pero gracias a su esfuerzo y al proceso de formación de excelencia que entregamos, se les abren diversas posibilidades. Por ejemplo, yo soy el primer profesional de mi familia”, comenta el Dr. Verdejo, titulado por esta misma Casa de Estudios Superiores estatal y pública.En cuanto a los próximos desafíos del Departamento, anticipa que para el 2020 se proponen reacreditar la carrera de Ingeniería en Ejecución Eléctrica, actualmente acreditada por seis años. Además, fortalecer los postgrados, mejorar la productividad científica a través de publicaciones y proyectos adjudicados, así como potenciar el trabajo de vinculación con el medio, generar un consejo empresarial y crear una red de egresados.A eso se suma el actual proceso de rediseño curricular de la carrera de Ingeniería Civil Industrial, en las jornadas diurna y vespertina, el reciente Diplomado SmartCity impartido a funcionarios municipales, además de otros tres que se iniciarán este semestre: Diplomado en Regulación y Mercado de la Energía Eléctrica; Diplomado en Ingeniería Clínica y Mantenimiento Hospitalario; y Diplomado en Energía y Desarrollo Sustentable.
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Junto con expresar su satisfacción y el interés que puso la comunidad para lograr la certificación, el director del Departamento de Ingeniería Eléctrica del Plantel, Dr. Humberto Verdejo Fredes, destaca que “el informe final estableció que nuestros programas diurno y vespertino, son coherentes con los criterios de la Comisión Nacional de Acreditación. Esto significa que, en la práctica, nuestro trabajo quedó homologado en ambas modalidades”. Además, resalta que la empleabilidad de los egresados alcanza un 98% en el primer año de egreso.
Redacción