Un equipo interdisciplinario de la Universidad, liderado por la investigadora de la Facultad Tecnológica, Dra. Silvia Matiacevich, está abocado a la creación de una laminilla comestible que podría aumentar en un 30 por ciento la vida útil de alimentos frescos.
Conservar de mejor forma los alimentos ha sido una de las preocupaciones constantes de la industria alimentaria. Por esto, el envase es fundamental, ya que de él depende la calidad del producto y su vida útil, no obstante, el envoltorio debe ir en armonía con el medio ambiente.Este panorama derivó en el desarrollo de una alternativa sustentable para los envoltorios: las películas comestibles como recubrimiento de alimentos, que actualmente están siendo utilizadas ampliamente, convirtiéndose en una tendencia mundial. En nuestra Casa de Estudios, un grupo interdisciplinario de investigadores busca replicar dicho avance, otorgándole valor agregado a diversos subproductos nacionales.Lo anterior, será factible gracias al proyecto Dicyt Asociativo “Recubrimientos Bioactivos para Alimentos”, el que reúne a expertos de diferentes facultades del Plantel.“Nosotros vamos aprovechar subproductos de la industria de alimentos, considerados como material de descarte o desechos. Vamos a darle un valor agregado, incorporándole componentes con propiedades antimicrobianas y antioxidantes con el fin de aumentar la vida útil de algún producto alimenticio fresco”, señala el Dr. Daniel López.Para dicha tarea se concertaron académicos de tres facultades distintas: el Dr. Rubén Bustos de Ingeniería (Dpto. de Ingeniería Química); el Dr. Diego Venegas y la Dra. Marlén Gutiérrez de Química y Biología (Dpto. de Química de los Materiales); y el Dr. Daniel López y la Dra. Silvia Matiacevich de la Facultad Tecnológica (Dpto. de Ciencia y Tecnología de los Alimentos), siendo esta última quien lidera el proyecto.Dentro de los dos años que contempla el proyecto, los investigadores esperan observar cuál es el efecto sinérgico de dicha combinación de productos, esperando aumentar la vida útil de los alimentos en más de un 30 por ciento. InterdisciplinariedadGran parte de los profesores asociados a este proyecto son partícipes de un grupo más amplio que surgió a finales del año 2013: Indi, Asociación de Investigadores por el Desarrollo e Interdisciplinariedad de la Universidad de Santiago de Chile.“Todos en algún momento hemos participado en algunas de estas iniciativas, buscando esa interdisciplinariedad. Es así como hemos ido conociendo personas y generando contactos. Lo bueno es que más allá de admirar el trabajo de los demás, surge la posibilidad real de realizar estudios en conjunto. Por eso, valoramos este tipo de proyectos, ya que incentiva la inclusión y la interdisciplinariedad”, propia de una Universidad, expresó la Dra. Matiacevich.