Especialista en Relaciones Internacionales del Plantel, Olga Ulianova, analiza la difícil situación en Europa Oriental y sostiene que el efecto en el mercado de capitales ha sido muy perjudicial para el Kremlin.
La amenaza de intervención por parte de Rusia en Ucrania provocó tal sorpresa en el mundo, que los principales organismos internacionales no tuvieron capacidad de reaccionar con rapidez. Así lo vio la especialista en Relaciones Internacionales y directora del Instituto de Estudios Avanzados de nuestra Universidad, Olga Ulianova.“La resolución rusa que otorga poderes al presidente para intervenir militarmente en Ucrania bajo el pretexto de protección de los compatriotas, significó una escalada del problema y puso a esta zona de Europa oriental al borde del conflicto bélico con una potencia nuclear. Fue una medida de presión (por parte de Rusia) y provocó una especie de shock en la comunidad internacional, porque nadie esperaba una decisión de esta naturaleza”, indicó la Doctora en Historia.Olga Ulianova agregó que actores internacionales como Estados Unidos, la Unión Europea y la Otan “claramente no tenían una especie de plan B declarado en el caso de que Rusia adoptara esta medida, entonces, se produjo este shock político”.Pero a su juicio, el hecho de que las autoridades rusas intentaran poner freno a esta situación no se relaciona necesariamente con las críticas desde Europa o América, sino como una reacción al efecto inesperado en su economía.“Sí hay medidas económicas con las que Occidente puede presionar a Rusia y, tal vez, más que disposiciones de los gobiernos, se trate de medidas del mercado. La bolsa cayó 11 o 12 % en ese país y el rublo cayó a un nivel más bajo, es decir, hay una fuga de capitales enorme desde Rusia con este sonar de sables y amenaza de guerra o de mayor conflicto, y si esto es dañino para Ucrania, también se vuelve bastante inconveniente en términos económicos para el estado ruso”, indicó.La académica indicó que la evidente amenaza sobre Ucrania “se trata de un recurso de presión, para demostrar dentro del juego geopolítico global, que Rusia está compitiendo con el Occidente y marcando su territorio y sus intereses”.No al conflicto armado“No creo que se llegue a un conflicto armado, sin embargo el nivel de las confrontaciones que se ha generado es tan alto, que cualquier decisión podría provocar un estallido. En este sentido, la presión de la opinión pública internacional, y también la de dentro de la propia Rusia y Ucrania en contra de la guerra, es tremendamente importante”.En esta misma línea, pese a las especulaciones, la Dra. Ulianova ve poco probable la posibilidad de que se divida el estado ucraniano. “No creo que sea la opción que la gente de las regiones orientales del país (Crimea, Járkov, Lugansk, Donetsk, Dnipropetrovsk, e incluso parte de Odesa) mayoritariamente quiera”. Sin embargo, cree que ese cinturón suroriental que se siente muy cercano a Rusia cultural y económicamente, sí demandará una mejor repartición en las finanzas del Estado.“Lo más probable es que haya una negociación internacional en que Crimea y, en menor grado, las regiones del oriente de Ucrania van a obtener mayor autonomía dentro del gobierno, con cierto grado de influencia de Rusia sobre estos territorios”, finalizó.