Luego de distintas actividades de bienvenida en el campus, como la plantación de un árbol en el patio JAN, el director de la Unidad Académica, Jorge Lobiano, invitó a los 85 nuevos ingresos a asumir la responsabilidad social propia de esta Universidad. “Esta es una Carrera altamente exigente, que además de entregar la formación esencial de un arquitecto, cuenta con un sello institucional centrado en la responsabilidad social y rigor tecnológico, que los estudiantes deben poner en práctica desde el primer año”, aseguró.
Con un recorrido por la Escuela de Artes y Oficios y las dependencias de la ex Universidad Técnica del Estado, la Escuela de Arquitectura recibió a la nueva promoción de estudiantes, con el objetivo de conocer el campus y su arquitectura, y asumir los espacios públicos como propios.Las actividades finalizaron con un desayuno y un acto simbólico, donde los estudiantes plantaron un árbol para expresar el enraizamiento de los estudiantes con la disciplina del conocimiento y nuestra institución de enseñanza superior.Durante un desayuno efectuado en el taller fábrica de la Escuela, considerado como el espacio central del modelo pedagógico, el director de la Escuela, Jorge Lobiano, sostuvo que los estudiantes asumen un gran desafío al ingresar. “Se trata de una carrera altamente exigente, que aparte de dar la formación esencial de un arquitecto, cuenta con un perfil muy claro, con un sello institucional arraigado a la responsabilidad social y al rigor tecnológico, que deben poner en práctica desde el primer año”, indica el académico.Nueva promoción de estudiantesEste año se incorporaron 85 nuevos estudiantes a la carrera de Arquitectura. De ellos, 65 ingresaron vía PSU y 20 por ingresos especiales, el Bachillerato en Ciencias y Humanidades y otros programas.En palabras del director, el proyecto educativo al que se incorporan está enmarcado en el concepto “aprender haciendo”. “Desde el primer día empiezan a practicar el oficio de aprender haciendo, guiados por sus profesores, lo que les da la competencia de salir a un mundo que hoy en día no nos permite prever lo que exigirá en 6 años más. Entonces les enseñamos una manera de trabajar que les permita adaptarse a un mundo en constante cambios”, explica el académico.Ignacia Acuña, es una de las estudiantes que se incorporó luego de estudiar el Bachillerato en Ciencias y Humanidades que ofrece nuestra casa de estudios. “Tras la inducción profesional, me resultó interesante el enfoque y la proyección de la carrera para los próximos 6 años de estudios. Además se trata de una profesión con carácter ecológico, social, y mucho más humanitaria que otras Universidades”, explica.La elección de Joaquín de Pino, en tanto, surge a raíz de su gusto por la fotografía, que lo llevó a apasionarse con la carrera, “tomaba fotos a edificios, y comencé a prestar atención a las formas y estructuras, desde entonces me apasiona la arquitectura. Decidí estudiar en la U. de Santiago, porque quería estudiar en una institución estatal que tenga una consciencia social, que sé que encontraré aquí”, comenta.El caso de Susana González, quien también ingresó a primer año de Arquitectura es proseguir estudios en Diseño en Interiores, “quiero hacer un magíster de diseño, y si estudio arquitectura tengo mayores opciones de acceder a un amplio campo laboral. Decidí estudiar en la U. de Santiago porque me encanta, es una institución muy inclusiva, no hace diferencias para los nuevos ingresos, y me he sentido a gusto y con gran acogida desde los profesores”, sostiene la estudiante.Acto simbólicoComo parte de las actividades de recepción la carrera realizó un acto simbólico consistente en plantar un árbol en el patio JAN, donde se encuentra emplazada la carrera de Arquitectura.Jonás Figueroa, docente de urbanismo y arquitectura del agua, explica que con la iniciativa buscan que los nuevos ingresos se apropien del lugar. “Queremos que absorban toda la energía presente en este lugar patrimonial. No todas las Universidades cuentan con lugares tan paradigmáticos para la cultura urbana, histórica, como es este espacio para Chile, en donde estuvo la Escuela Normal, la Escuela de Artes y Oficios, y posteriormente el edificio de la UTE, por lo cual queremos que el estudiante tenga una buena relación con el espacio público”, sostiene.En cuanto al uso del árbol, el académico explica que “representa una metáfora, en donde el acto de plantar le permita al estudiante extraer lo mejor del lugar y transformarlo en materia de conocimiento, enseñanza y en construir su personalidad profesional”, sostiene.