La investigadora de la Facultad de Ingeniería de la U. de Santiago, Dra. Marcela Cruchaga, desarrolla un relevante estudio sobre la interacción entre líquidos y estructuras, con la intención de caracterizar lo que sucede con los cuerpos sumergidos en agua.
En un país sísmico como Chile, donde se ha observado el efecto que produce la fuerza del mar, es importante estudiar y controlar la resistencia de estructuras sólidas en interacción constante con flujos de agua, por ejemplo, muros antitsunamis o muelles, con el objetivo de conseguir mayores resistencias e incluso previendo desastres a través de la mecánica de fluidos.En esta línea, trabaja la académica de la U. de Santiago, Marcela Cruchaga, quien intenta dar respuesta a diversos problemas que se generan a partir de la interacción entre fluidos con superficie libre, como el agua, y un sinnúmero de estructuras. Ella se encuentra liderando el proyecto Fondecyt: “Simulación numérica y validación experimental del comportamiento fluido-estructura en superficie libre y problemas de vibración”.La investigación nace a raíz del estudio desarrollado por la académica en el área de la mecánica de fluidos, especialmente el estudio de superficies libres, que se combina con estudios referidos a la interacción fluidos-estructuras, es decir, los movimientos de sólidos sumergidos.Con estas variables, la Dra. Cruchaga espera desarrollar herramientas numéricas y cálculos que permitan “medir superficies libres, niveles de columna de agua, desplazamiento y deformaciones”, señala la experta.Lo que se busca comprender es cómo actúa el líquido sobre materiales sólidos, particularmente líquidos contenidos en tanques, sometidos a aceleraciones variables en camiones cisterna o problemas estructurales en las costas.“Observaremos cómo cambia la cinética del sólido al estar sumergido, considerando el efecto de la superficie libre, es decir, el líquido. Queremos ver, por ejemplo, qué pasa con tabiques flexibles, cómo es la deformación o el daño en una pared impactada por una ola, cómo son las deformaciones, flexiones o presiones sobre los sólidos. Ojalá podamos corroborar la simulaciones numéricas con mediciones experimentales realizadas en modelos a escala en nuestro laboratorio”, explica Cruchaga.El proyecto, que cuenta con la co-investigación de los académicos Claudio García del Departamento de Ingeniería Mecánica del Plantel y Diego Celentano del Departamento de Ingeniería Mecánica y Metalúrgica de la PUC, tiene una duración de cuatro años, que se ordenarán en etapas tales como la adaptación del equipo, realización de simulaciones numéricas y, finalmente, ejecución del diseño de prueba para verificar los objetivos del proyecto.Por Marcela González