Analista político y académico de la Facultad de Humanidades, Bernardo Navarrete, afirma que los comicios municipales han dado paso a la “carrera presidencial” y los malos resultados para la Alianza forzarán al Gobierno a renovar el gabinete -a más tardar el 11 de noviembre-, en un intento por detener una arremetida opositora que podría encabezar la ex mandataria Michelle Bachelet.
Rostros de amargura y preocupación se observaron este domingo (28) en personeros de la Alianza y del Gobierno, luego de conocerse los resultados de las elecciones municipales, donde perdieron varias comunas emblemáticas y, algunas de ellas, por una alta diferencia de votos.Los casos más significativos son: Providencia, donde la candidata opositora Josefa Errázuriz, arrasó con años de alcaldía de Cristián Labbé; Concepción, históricamente ocupada por la Alianza; Ñuñoa, donde la contienda fue voto a voto, tras lo cual el alcalde Pedro Sabat fue finalmente derrotado y, Santiago, donde nadie -ni siquiera la Concertación- pensó que Carolina Tohá podría imponerse sobre Pablo Zalaquett.Los casos anteriores son sólo algunas de las sorpresas de las elecciones municipales, en cuanto a candidatos. No obstante, la gran preocupación -no sólo para la Alianza- sino para el mundo político en general, fue la alta abstención que marcó estos comicios, lo que se pudo observar en los lugares de votación y, más tarde, se constató en las cifras.Bernardo Navarrete, analista político y académico de la Facultad de Humanidades de la U. de Santiago, asegura que aquí se puede aplicar el modelo norteamericano llamado “elecciones medianas”, donde se aprovecha de observar lo que está haciendo el Gobierno.A su juicio, “si se observa al Gobierno y a la coalición de partidos que lo apoya, todo estuvo mal. Hubo una campaña municipal sin un Presidente de la República, sin liderazgo claro, mal evaluado por la ciudadanía y donde Laurence Golborne no logró estructurarlo. En cambio, la oposición se estructuró en función de la figura de Bachelet, desde el Partido Comunista hasta la Democracia Cristiana”, enfatiza el analista.A juicio del experto, la figura ausente del Presidente en estas elecciones, “tiene que ver con que la derecha en 2008 entró a gobernar casi el 60 por ciento de la población, medida en número de municipios con alcaldes de derecha. Hoy día está un poco más arriba del 30 por ciento”.Desde otro ángulo, “algo absolutamente previsto por parte de politólogos era que el voto voluntario genera una alta abstención y que la discusión ciudadana debió estar concentrada en los deberes, porque no hicimos los deberes, sobre todo considerando que la comuna es la escuela de la democracia y es el ente administrativo más cercano a los ciudadanos”, enfatiza el analista de la FAHU.Finalmente, el cientista político postula que tras estos adversos resultados para la Alianza, comienza la carrera presidencial, lo que forzaría al Gobierno a renovar el gabinete - a más tardar el 11 de noviembre- en un intento por detener una arremetida opositora que podría encabezar la popular ex mandataria Michelle Bachelet.