El académico de la FAE, Dr. Alberto Mayol, sostiene que el congelamiento de las relaciones entre la Falange y el Ejecutivo, busca que la Presidenta Bachelet asuma todos los costos de las elecciones comunales, donde la Democracia Cristiana perdió zonas clave, como Maipú y Macul. “Lo que busca la DC es concentrar la crisis en la zona PPD-PS, para no enlodar a su partido”, afirma.
“Decidimos que no vamos a participar de las actividades de Gobierno ni de reuniones de coordinación”. “No asistiré a los comités de los lunes en La Moneda hasta próximo aviso”. Con estas declaraciones, la presidenta de la DC, Carolina Goic, dio por congelada la relación de uno de los principales partidos del oficialismo, en términos electorales, con el Ejecutivo. Al respecto, se citan un cúmulo de situaciones, pero lo cierto es que la pésima elección municipal para las tiendas de la centro-izquierda es el antecedente más cercano, en términos temporales, a este quiebre. ¿Qué es lo que está exigiendo la DC, en concreto, al Gobierno?Para el académico de la FAE, Dr. Alberto Mayol, la DC está pidiendo que “el Gobierno se haga cargo de la derrota en sentido estricto. Le está exportando el problema y es una forma inteligente de hacerlo”, pero descarta que la falange concrete su salida de la Nueva Mayoría.“La DC no tiene salida, porque la evolución de la derecha ha sido hacia partidos más liberales y menos conservadores en valores, y no se siente cómoda. Lo único que podría conformar sería un gran eje de gradualistas”, explica.Para el académico de nuestro Plantel, “la DC está tratando de consolidar una posición dentro de la coalición, solo que lo hace amenazando con salirse, pero eso lo ha hecho siempre”, afirma. Sin embargo, advierte que “llega un punto en que el Gobierno no tiene repertorio, no tiene material para poder hacer algo relevante. Aun así, la DC quiere que lo haga, para salir de la zona de fuego y que el partido salga del problema”. La falange redujo su votación en alcaldes desde un 16,51% a un 11,80% y perdió comunas clave, como Maipú y Macul.“Asumiendo que la crisis no va a detenerse para el oficialismo, lo que busca la DC es concentrar la crisis en la zona que se está centrando, la zona PPD-PS, para evitar que se inunde su partido”, sostiene.Un socio fuerte “a la izquierda del PS”De acuerdo al Dr. Mayol, la molestia de la DC también apunta a no tener “un socio fuerte a la izquierda del PS”, que contenga la dispersión de opciones hacia este sector.“Aquí hay algo que fracasó y que es lo más complicado estructuralmente para la coalición: que la incorporación del PC a la Nueva Mayoría tenía un solo fundamento, y ese era que le daba solidez a la coalición para evitar que se abrieran zonas por izquierda, pero el PC se achicó y fracasó ostensiblemente en ese proceso”, indica.“Objetivamente, la DC siente que el proyecto de la NM se está desfondando, se le están abriendo flancos por derecha e izquierda y, en esa posición incómoda, lo que piden es que haya algo que resulte o que haya un culpable personalizado. Es decir, Michelle Bachelet. Entonces, le van a hacer la vida imposible, le van a bloquear todo y la van a culpar de todo… Así, mañana, cuando se acabe el periodo de Bachelet, van a decir que todo el problema estaba ahí”, complementa.Sin recuperaciónDe acuerdo al Dr. Mayol, en términos políticos, “todo va encaminado a que este Gobierno termine en muy malas condiciones”.El especialista se refiere a la recuperación de la figura presidencial, común en los últimos años de gestión de los Mandatarios. Sin embargo, sostiene que esto es un fenómeno más estructural que puntual.“Hay un dato que es insoslayable, y es que en todos los Gobiernos desde 2000 en adelante, sin excepción, han pasado por crisis grandes en la mitad de su mandato, que cada vez han sido más grandes”, indica, ejemplificando que a Lagos le tocó una, a Bachelet una peor y a Piñera, una aún más complicada.Al respecto, explica que “hay un dato más estructural de debilitamiento del sistema político: que la capacidad de gobernabilidad y organización política es cada vez menor”.“La recuperación de la primera Bachelet fue mucho más alta que la que obtuvo Piñera, y la que está logrando la actual Bachelet parece ser que no va a existir”, concluye.