Sin duda usted ha escuchado hablar de Contralorito, pero no conoce la historia de César Leiva el creativo usachino que estuvo detrás de este personaje de las redes sociales. En el Instituto Nacional nace su inquietud por lo discursivo y el diseño. En aquellos años la única Universidad estatal que contaba con la carrera de Publicidad era la Usach y no se equivocó en elegir la Facultad Tecnológica. Le llamaban la atención las campañas de persuasión estatales. “Era muy importante el toque de Estado que los profesores le daban a las clases en el discurso comunicacional”, recuerda. En tercer año se fue de intercambio a la Universidad Nacional de la Plata gracias al apoyo de la DRII. De regreso, trabajó en su tesis sobre equidad y violencia de género en la publicidad de la televisión abierta, a propósito del sesgo machista muy marcado de la publicidad en Chile, sobretodo en el rol de los productos del hogar. Se licenció, pero no dejó la Universidad de Santiago, pues ya se había sumado a un Magíster sobre Comunicación Estratégica en la Escuela de Periodismo.
El fenómeno de las redes sociales irrumpía con fuerza. En una Pyme de aplicaciones móviles, y luego en el Ministerio de Bienes Nacionales, César comenzó a tomarle el gusto al vínculo estratégico de las RR.SS en las comunicaciones. Tiempo más tarde su trabajo adquiere importancia con las ilustraciones de Gastón en el Ministerio de Energía. Los contenidos se ganaron la confianza de dos ministros, por su lenguaje coloquial y cercano que no era habitual en el Gobierno: memes, referencias a la cultura pop y personajes conocidos de series. “La lógica comunicacional y la de redes sociales comenzaron a separarse en Energía y aprendí que eso es completamente necesario en una reestructuración orgánica de una institución. Nosotros nos relacionábamos con las personas y la atención al ciudadano, no con la prensa. Eso funcionó bien y lo recomiendo”, expresa.
Mayor impacto aun tuvo con Contralorito, un corpóreo al que César Leiva dio vida acercando los dictámenes de la Contraloría General de la República a la ciudadanía y que lo hizo conocido nacionalmente.
¿Cómo llegas a la Contraloría y donde surge Contralorito?
_Renuncié al Ministerio de Energía cuando llega Piñera al Gobierno. Tuve llamados del sector público y privado para incorporarme a instituciones, hasta que me llegó un correo del jefe de gabinete del Contralor. Me asusté. De inmediato pensé que c…me mandé. En el sector público uno aprende a temerle a la Contraloría, pero me invitaban a una entrevista porque buscaban llenar un cargo de confianza. Fui informal a la reunión, en polera, con un aro… publicista poh. Me miraron de pies a cabeza, pero a la segunda entrevista con el Contralor me puse corbata. Conversamos y me ofreció el desafío de tomar las redes sociales de la institución. Acepté, pero solicité relación directa con él o con quien el contralor decidiera. Quedé dependiendo del jefe de gabinete. Yo no cree a Contralorito. Era un corpóreo que ya existía y le hicimos una cuenta de twitter incorporándolo a la estrategia digital, pero nunca en mi vida pensé que yo iba a encarnar a un personaje y sería la voz de la Institución. Fue algo muy loco. Era como un contralor digital, algo muy freak. Finalmente terminamos trabajando en esto tres ilustradores y yo.
Fue todo un éxito el personaje, pero te valió momentos difíciles… recuerdo que hasta una parada de carros le hizo Contralorito al pato del BancoEstado cuando se fue Sichel, y le desearon éxito en lo que muchos interpretaron como el lanzamiento de su campaña presidencial.
_Sí, eso lo conversamos antes con el Contralor. ¿Qué hacemos jefe?, tenemos dos opciones: enviar un oficio o algo más dicharachero para que el pato deje de hacer política. Me dijo vamos con eso. Un político nos criticó que nos mandábamos las partes…jamás. O sea nos mandábamos las partes, pero dentro de los márgenes que nos ponía él, jugando al límite de la línea de fuego, pero con su respaldo. El contralor entendía que había un lenguaje jurídico que se traspasaba a lo cotidiano, y sus hijos disfrutaban el tenor de Contralorito. En ocasiones tuve problemas. La resistencia se dio al interior con algunos abogados que criticaban esto de que un “mono” hablara de forma poco seria en una institución republicana, pero se dieron cuenta-con el paso del tiempo -que su propio trabajo como los dictámenes que nadie entendía, ahora se visibilizaba. La contención del Contralor fue fundamental para todo eso.
Cesar recuerda el episodio con el ex ministro Mañalich que bloqueó comentarios en sus redes sociales; también temas sobre el actuar de Carabineros durante el estallido social que terminó en una investigación especial y el resultado de un sumario en que se pidió la suspensión de dos generales. “Las presiones políticas en mi contra particularmente del diputado Coloma me llevaron a renunciar, porque sentí una rabia enorme que un parlamentario, ni siquiera por transparencia sino que por oficio, pidiera saber quién administraba las redes sociales de Contraloría. Para mí fue un abuso de poder y después recibí hasta amenazas y hostigamientos. Así que me fui.
A la luz de tus funciones, ¿Cómo estimas que la Usach influyó en el profesionalismo y la ética que impusiste en las redes sociales?
Estudié pregrado y postgrado en la Usach. Actualmente doy clases en nuestra Casa de Estudios. La formación universitaria que recibí fue importantísima para entender que el Estado está para servir a las personas y no para servirse de él, aunque suene cliché. Comprendí que existen valores y principios éticos que me los enseñó la carrera de publicidad, en el sentido que la comunicación publicitaria es muy poderosa y es un arma que se debe jugar con ética; eso anclado a como entiendo la probidad de la función pública. La Usach fue un paraguas que me formó como ser humano y profesional. Más allá del insumo del fundamento teórico, la formación valórica de lo público no la podría haber obtenido en otra Universidad que no fuera la U. de Santiago.
Candidatura a diputado
El freno legislativo a Contraloría frente a determinadas irregularidades motivó al publicista a pensar en levantar una candidatura a diputado por el Distrito 8, que agrupa las comunas de Cerrillos, Colina, Estación Central, Lampa, Maipú, Pudahuel, Quilicura, Tiltil, en la Región Metropolitana, que no ha sido fácil en su calidad de independiente. Explica que tal como aprendió en la Contraloría, la idea de su campaña y futura eventual gestión apuntará a mejorar desde el Congreso la legislación sobre la probidad en el sector público.
¿Qué pretendes con esta postulación?
_La idea es ir como César Leiva a presentarme con ideas, con propuestas al Congreso (…) Mi foco principal va a ser llevar una agenda con proyectos de ley que empoderen a las instituciones. Estoy trabajando en mi programa de candidatura con especialistas en probidad, integridad, lucha contra la corrupción y modernización del Estado. Un rol del diputado es fiscalizar y en esa lógica me veo cómodo siendo un vínculo entre el ciudadano y la institución pública. Es una facultad que poco estrujan los parlamentarios. Mi independencia en esta candidatura es crucial, pero necesito recibir patrocinios. La invitación es que si vives en el distrito 8, puedes ayudarme ingresando a patrocinantes.servel.cl y con tu clave única, seleccionas Cesar Leiva y le das clic a patrocinar. Eso es todo.
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Creador del exitoso personaje «Gastón» del Ministerio de Energía y hoy profesor de comunicación estratégica o creatividad en nuestro Plantel, y jefe digital en VIA X, el publicista que estuvo detrás de “Contralorito” reconoce que en la Usach aprendió que la comunicación publicitaria es un arma muy poderosa y que se debe jugar con ética. Su intención ahora es ser diputado.
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