Transversalizar y profundizar el enfoque de género en toda la Comunidad Universitaria es el principal quehacer de la Dirección de Género, Diversidad y Equidad (DGDE) de la Universidad de Santiago de Chile. Por ello, apenas se inició la fase más aguda de la crisis sanitaria por la pandemia COVID-19 y se tomaron las medidas preventivas y de cuarentena en la Universidad, el equipo de la DGDE trasladó su trabajo a la realidad digital, sintonizando con el contexto mundial y los nuevos desafíos que abre la crisis, advirtiendo del desigual impacto que las condiciones de aislamiento tendría en mujeres y hombres.
En medio de esta crisis sanitaria, un primer énfasis de la DGDE estuvo en visibilizar el trabajo doméstico y de cuidado no remunerado que la mayoría de las mujeres realiza a la par del trabajo fuera de estos espacios, y los desafíos de asumir el aislamiento con corresponsabilidad entre todas las personas que conviven en una casa o mismo núcleo familiar.
Otro énfasis urgente fue poner a disposición de la comunidad, la atención en línea de las consultas en torno a situaciones de discriminación y violencia de género, y acoso sexual, y una batería de informaciones fundamentales para canalizar dudas o denuncias fuera del espacio universitario como policías y fiscalía.
La experiencia mundial en situaciones de crisis, sistematizada por organizaciones internacionales y nacionales da cuenta cómo el aislamiento recrudece la violencia hacia mujeres y niñas. Si a lo anterior, se añade la hiperconexión diaria vía plataformas digitales y otras tecnologías de la comunicación, la situación se vuelve más compleja.
Por ello, la DGDE junto a la Vocalía de Género y Sexualidades (VOGESEX) diseñaron una campaña para identificar la violencia de género en línea y las acciones de seguridad y autocuidado que se deben tomar.
Para el Prorrector Dr. Jorge Torres, la DGDE cuenta con todo el respaldo e impulso para incidir en la comunidad universitaria, incluso, en este escenario adverso. También en los procesos formativos y temas vinculados con la prevención de la violencia de género. Con ese sentido de urgencia, la corresponsabilidad en estos tiempos, “es un llamado a conectarse con el trabajo colaborativo, con la cooperación y distribución equitativa de las tareas domésticas y de cuidado. La pandemia del COVID-19 pone a la sociedad y a las familias en una situación de complejidad interna que no habíamos vivido antes y los esfuerzos deben orientarse hacia el equilibrio entre los tiempos de trabajo y cuidado; en los espacios y las responsabilidades.”
Una vez se inicie este primer semestre académico 2020, en el que habrá que compatibilizar la situación país con el trabajo docente y el aprendizaje de las y los estudiantes, el Prorrector Torres consideró que se deberían generar las condiciones para levantar un diagnóstico que grafique las situaciones de violencia de género que vivieron integrantes de la Comunidad Universitaria en el período de cuarentena, y formular las iniciativas de contención que correspondan.
Para la Directora de la DGDE, Karin Baeza, esta crisis sanitaria pone en entredicho la efectividad del modelo económico vigente en Chile y el mundo. Deja en evidencia las precariedades y desigualdades materiales y simbólicas que genera en las personas, entre ellas, las desigualdades de género.
“La actual obligación de distanciamiento social debido a la pandemia, obliga muchas veces a las parejas a compartir el espacio doméstico de una manera no habitual, distribuyendo
roles o teniendo mayor conciencia de los roles y de la carga de trabajo diaria que se produce en los hogares, lo que abre una pregunta muy interesante: ¿Permitirá el confinamiento social repensar las relaciones de género cuando pase el período más crítico de la crisis?”, se pregunta Karin Baeza.
Así, desde casi tres semanas, el equipo multidisciplinario que compone la Dirección, volcó sus líneas de trabajo al momento por el que atraviesa el país, abriendo una reflexión al respecto, aportando al debate actual para sensibilizar de los riesgos de la pandemia y su impacto diferenciado entre mujeres y hombres, manteniendo contacto directo con las y los estudiantes, y estableciendo estrategias de alianzas con representantes de los otros estamentos de la Universidad.
La atención de consultas y denuncias de violencia de género se mantiene vigente a través de la comunicación en línea, al igual que el acompañamiento jurídico. En el corto plazo, el desafío también será generar recursos de sensibilización y orientación pedagógica en materias de género para el equipo docente que iniciará su trabajo en línea en las próximas semanas.