“Si la empresa no tomó los resguardos adecuados, significa que el Ministerio de Obras Públicas no fiscalizó bien. Esa es su función: preocuparse de que la obra salga bien”, sostiene taxativo el académico de la Facultad Tecnológica de nuestro Plantel, Dr. Lucio Cañete. Como es de conocimiento público, el desborde se produjo por los trabajos que una empresa privada realiza en la autopista Costanera Norte.
El desborde del río Mapocho a la altura de la comuna de Providencia provocó importantes problemas de desplazamiento, debido a que algunas de sus principales arterias, como las Avenida Andrés Bello o Providencia, entre otras, se transformaron en verdaderos afluentes. Asimismo, el comercio vivió una de sus peores jornadas al registrar pérdidas, en algunos casos catastróficas.La razón de la crisis fue -precisamente- el plan de contingencia que la concesionaria Costanera Norte y la empresa constructora Sacyr realizaron para combatir el frente de mal tiempo. Como se conoce, Costanera Norte y Sacyr trabajan en el lecho del río en el contexto de Plan Santiago Oriente para descongestionar ese sector de la capital.La solución consistió en la construcción de un canal que impidiera que el agua ingresara en las estructurar en proceso de edificación (túneles). Sin embargo, el cauce artificial estaba pensado para albergar un caudal máximo de 80 metros cúbicos por segundo, lo que entre las 5:00 y las 8:00 de la mañana del domingo, fue ampliamente superado cuando llegó a 120.Para el académico de la Facultad Tecnológica de nuestro Plantel, Dr. Lucio Cañete Arratia, el principal responsable de los funestos acontecimientos es el Ministerio de Obras Públicas (Mop), el que a su juicio debe asumir los costos que trajeron las inundaciones.“El Mop es el responsable de esto, porque otorgó una obra pública a un concesionario y tiene que hacerse responsable de a quien se la entregó y de hacer las fiscalizaciones pertinentes”, afirma el experto.¿De quién es la responsabilidad?Desde la concesionaria, argumentaron que el canal que trazaron fue autorizado por el Mop hasta el 1 de mayo de este año, considerando una revisión de los caudales que el río Mapocho ha tenido históricamente en el mes de abril.A su vez, el Intendente de la Región Metropolitana, Claudio Orrego, sostuvo que el jueves pasado, durante una visita al lugar de las obras, hizo observaciones respecto a que la medida adoptada no sería efectiva frente a la mala situación atmosférica que se avecinaba.Sin embargo, para el Dr. Cañete el que se hayan realizado malas decisiones tiene absoluta relación con cómo el estado vigiló la construcción y con qué asiduidad inspeccionó las faenas. “Si la empresa no tomó los resguardos adecuados, significa que el Ministerio de Obras Públicas no fiscalizó bien. Esa es su función: preocuparse de que la obra salga bien”, puntualiza.Agrega que ante un proyecto de tal envergadura como el Plan Santiago Centro Oriente, que comprende importante infraestructura vial, que descongestionarán de forma considerable el desplazamiento vehicular en el sector oriente de la capital, el Mop debió ser muchísimo más riguroso.“Debió estar supervisándolo, controlándolo y tener las medidas de resguardo pertinentes, independiente de los datos que hoy se están manejando de los caudales”, subraya el experto.Dice el Dr. Cañete que quizás el Mop podría argumentar que la concesionaria entregó un informe y los datos que utilizó no eran reales.Enfatiza que en este caso, el servicio público debe pedir respuestas a la empresa privada. Aclara, no obstante, que aquello no lo redime de responder ante el país. “Ante la ciudadanía el Mop es el responsable”, concluye.