Académico del Instituto de Estudios Avanzados (IDEA), Cristian Garay, analiza los éxitos y deudas del gobierno chavista y considera que “el gran proyecto de Chávez no era sólo el cambio de Venezuela sino la transformación del escenario latinoamericano”.“En Venezuela hubo una transformación radical que el ex mandatario calificó de revolucionaria, y en muchísimos aspectos, efectivamente, lo es”, plantea el experto en Historia de las Relaciones Internacionales y académico del Instituto de Estudios Avanzados (IDEA) de la U. de Santiago, Cristian Garay.Para el especialista, desde el intento de golpe militar en que participó Chávez en 1992, el hoy fallecido líder político se hizo el propósito de “construir una nueva república, demoliendo la anterior”.“El cambio de nombre de Venezuela a República Bolivariana de Venezuela es un primer indicio, y bastante fuerte” de los cambios que se comenzaron a realizar durante el mandato de Chávez. Todo esto, basado en una “reinterpretación del mítico pensamiento fundacional de Simón Bolívar”, explica Garay. A juicio del académico del IDEA, el gran proyecto de Chávez no era sólo el cambio en Venezuela, sino que “la transformación del escenario latinoamericano”.“En ese sentido -considera Garay - él acuñó la idea de esta gran patria bolivariana y luego incentivó los esfuerzos de integración”.Con la finalidad de vincular a los países de la región, Chávez “creó una red de compromisos y negocios interestatales, sobre todo en el ámbito energético, en lo que llamó el ‘eje bolivariano’, que en principio fue bastante restringido pero que gradualmente se extendió a Ecuador, Bolivia, Nicaragua y, por una relación estratégica y personal, a la isla de Cuba”, puntualiza el profesor.Dificultades económicasUn ámbito en que el gobierno de Venezuela habría quedado en deuda es el tema económico. Según el análisis de Garay, “Venezuela antes de Chávez tenía sectores productivos mucho más expandidos que los que hay hoy”.Uno de los factores por los que se explican estos problemas estaría en el proceso de expropiación y la “huida de los grupos empresariales e inversionistas”. Esto, según el análisis, produjo en Venezuela una gran dependencia respecto de la economía petrolera.“En realidad, económicamente hablando, a pesar de que sigue fluyendo una gran cantidad de ingresos, la situación económica de Venezuela no es buena”, afirma Garay.“Es posible que, en el futuro, el nuevo presidente prefiera incrementar los niveles de bienestar al interior a seguir regalando o vendiendo el petróleo a un precio especial a sus eventuales aliados”, agrega el académico de la U. de Santiago.