Ex estudiante crea simulador que permite recrear la experiencia de una persona de la tercera edad

Consciente de los cambios físicos y psicológicos que experimentamos todos al llegar a esta etapa de nuestras vidas, la Psicóloga y magíster en Recursos Humanos por nuestra casa de estudios, Valeria Jeldres Navarro, desarrolló un traje de 8 kilos que genera la sensación de tener poca flexibilidad al agacharse, además de causar interferencias en las articulaciones, visión borrosa y una audición acompañada de un pitido. Gracias a todo esto, la innovación permite experimentar la realidad de tener 70 años de edad.

Generar la sensación de tener poca flexibilidad al agacharse, causar interferencias en las articulaciones, ver borroso, y escuchar un pitido son algunas de las sensaciones que permite experimentar el simulador de la tercera edad, un traje de 8 kilos de peso que otorga al usuario la experiencia de tener 70 años de edad.
El proyecto fue creado por la psicóloga y magíster en Recursos Humanos por la Universidad de Santiago, Valeria Jeldres Navarro, quien según explica “al ver cierta invisibilidad en la sociedad respecto a la población mayor” desarrolló una serie de emprendimientos para sensibilizar a la comunidad sobre las necesidades de los adultos mayores en la vida cotidiana y satisfacerlos, promoviendo su independencia y seguridad con productos específicos.
La profesional emprendió el año 2016, con la creación de la tienda tatitaschile.com, que ofrece productos y un servicio especial para mejorar la calidad de vida de la tercera edad.
Más tarde continuó con talleres de estimulación cognitiva y de reminiscencia, y la presentación -en exposiciones de distinto tipo- del simulador de la tercera edad y, actualmente se encuentra formando una ONG para crear un programa integral funcional y cognitivo que apoye a los adultos mayores.
Sobre su paso por nuestra casa de estudios, la emprendedora comenta que en ella adquirió las herramientas básicas para responder a los desafíos técnicos que existieran.
“Creo que el sello de nuestra universidad tiene que ver con aprender a resolver problemáticas cuando no necesariamente contamos con todos los recursos; empezamos a ser muy creativos para encontrar soluciones, y pese a que no tenía los recursos técnicos, dije si lo hacemos de manera artesanal igual se va a cumplir el objetivo. Tengo muchas cosas que son usachinas y es por ello que amo mi universidad”, puntualiza.
Innovación social
Luego de terminar sus estudios en nuestro plantel, Jeldres trabajó en un Programa de habilidades para la vida y se interesó en el magíster en Recursos Humanos, por lo que inició estudios de postgrado.
Al finalizar, trabajó en un par de empresas, donde se percató que le faltaba desarrollar algo a nivel personal. Por ello, decidió dar curso al desafío de visibilizar las necesidades de los adultos mayores.
En ese contexto surge el traje simulador de edad, basado en un diseño existente en Alemania (que originalmente tiene tecnología incorporada).
La innovación original busca que los estudiantes de medicina sean más sensibles con sus pacientes adultos mayores, pesa 10 kilos al ponérselo, y da al usuario la experiencia de tener 70 años.
Con la idea, Jeldres buscó replicar el traje, pero de una manera “más artesanal”, dado la falta de algunos recursos técnicos.
El simulador consiste en una especie de chaleco con piedras, cubre articulaciones, contiene lentes oscuros rayados y un reproductor con audífonos para imitar la tinittus, una patología frecuente en la tercera edad que da la sensación de tener un  zumbido en los oídos.
Respecto al producto, la psicóloga comenta que “va a costar un poco más caminar, causará ciertas interferencias en las articulaciones, no permitirá agacharse con flexibilidad natural ni dar pasos con seguridad. El sonido interferirá en cómo va a comprender y se va a relacionar con el mundo”, puntualiza.

En tanto, remarca que “vivenciarlo, aunque sea por tres minutos, tiene un impacto. Invita a reflexionar acerca de que tu cuerpo que es joven te va a acompañar por un tiempo limitado, todos vamos a querer una sociedad que sea más amorosa, más amable, amigable. Por eso decidí iniciar todas estas acciones, quiero contribuir muy humildemente a que nuestro país sea más cordial con los adultos mayores”, finaliza la egresada.

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