En la conferencia “Cómo Emprender en Chile: situación actual y proyecciones 2017”, organizada por el Consejo de Desarrollo Social Empresarial (Cedes), y la Fundación de Egresados y Amigos (Fudea) de la Universidad de Santiago, especialistas coincidieron en que la innovación y el emprendimiento debe centrarse en el conocimiento y la tecnología. En la ocasión, expusieron el gerente de Emprendimiento de Corfo, Inti Núñez, y el coordinador de Estudios de la Unidad de Innovación del Ministerio de Economía, Antonio Martner.
El pasado jueves 1 de diciembre se realizó en el Plantel la conferencia “Cómo Emprender en Chile: situación actual y proyecciones 2017”, organizada por el Consejo de Desarrollo Social Empresarial (Cedes), y la Fundación de Egresados y Amigos (Fudea) de la Universidad de Santiago, donde expertos abordaron los nuevos escenarios para emprender, centrados en la tecnología y el conocimiento.La actividad se realizó en el marco del lanzamiento del Club del Emprendimiento y la Innovación y, iniciativa conjunta del Cedes, Fudea, la Facultad Tecnológica, y la Facultad de Administración y Economía (FAE) del Plantel.Quienes se inscriban en el Club, estudiantes, académicos, funcionarios y egresados del Plantel, podrán realizar sus propios proyectos de emprendimiento, serán asesorados por mentores y tendrán la posibilidad de participar en charlas y conferencias.Exportar conocimientoLos expositores concordaron en que en materia de innovación y emprendimiento se debe realizar un giro para que Chile pueda alcanzar el desarrollo.En ese contexto, el gerente de Emprendimiento de Corfo, Inti Núñez, explica que actualmente ya no está tan claro que el dinero se deba gastar “en un camino, en un puerto, o en exploraciones de cobre”.“Hoy día tenemos que empezar a preguntarnos qué es lo que significa exportar conocimiento, crear y que en el mundo nos compren productos por nuestra inteligencia, por nuestra capacidad de ordenarnos, y por nuestra cooperación”, precisa.Y agrega que “en la medida en que más gente cree que tiene oportunidades, que puede salir adelante, o piensa que puede hacer algo, mejor le va a la economía”.Desde el punto de vista de las políticas públicas, Inti Núñez recalca que para estimular a los nuevos emprendedores se deben mejorar las condiciones.“Para estimular con políticas públicas a nuevos emprendedores y emprendedoras hay que mejorar las condiciones para acceder a las oleadas tecnológicas. Esto se logra a través de desafíos o torneos, de hecho Chile debe ser uno de los países que mayor cantidad de torneos de emprendimiento tiene, más de 50 por año”, sostiene.Aclara que para estimular la innovación también son necesarios los ecosistemas generados por las universidades.“Ahora, es muy relevante para todo esto que existan ecosistemas, es decir, lo que permite apropiar valor. Si un país quiere vivir, y saltar al desarrollo por el conocimiento tiene que generar ecosistemas, y ese es el rol de las universidades”, enfatiza.Y acota que “incluso una de las piezas vitales para que las universidades conformen ecosistemas son los ex estudiantes emprendedores que han tenido buenos resultados, porque tienen la actitud de entregar conocimiento, y de ayudar”.Innovación dinámicaPor su parte, el coordinador de Estudios de la Unidad de Innovación del Ministerio de Economía, Antonio Martner, coincidió con Núñez respecto a que se debe incorporar conocimiento en los productos que desarrolla el país.“En Chile no tenemos una matriz diversificada, producimos básicamente lo mismo desde hace 50 años. Si queremos pasar de ser un país de un PIB de poco más de 20 mil dólares per cápita a niveles de los países desarrollados, tenemos que incorporar conocimiento en los productos que desarrollamos”, asegura.En esa línea, Martner puntualiza que la innovación es algo dinámico “y encasillarnos con una definición pura es un grave error”.“Para nosotros, en el gobierno, la definición de innovación es la misma que ocupa la OCDE, es decir, es la introducción de un nuevo significativamente mejorado producto, el cual puede ser un bien o servicio, proceso de producción, método de comercialización, o marketing, o método de organización”, explica.De acuerdo con Martner, en Chile de cada 100 empresas, solo 17 están innovando, puntualmente en innovación no tecnológica.“Y esto es un gran problema porque quiere decir que si no confiamos en nuestros pares, en las universidades, ni en las mismas empresas, es muy difícil aumentar la tasa de innovación. Sin confianza no vamos a poder alcanzar un ecosistema más innovador”, enfatiza.Por otro lado, asegura, la innovación basada en investigación y desarrollo (I+D), que incrementa el volumen de crecimiento y su uso aplicado, en Chile es aún menor.“El porcentaje de gasto en I+D sobre el PIB, en Chile es de solo el 0,38 por ciento, y si nos comparamos con el promedio de los países de la OCDE es de un 2,4 por ciento, es decir, estamos bastante lejos”, comenta.Por tanto, recalca Martner “nuestra propuesta como Ministerio, es desarrollar tres tipos de investigación: básica, que es más bien por curiosidad y donde han salido las mayores innovaciones; aplicada, con un foco productivo; y desarrollos experimentales, que, con el conocimiento disponible, se creen nuevos productos”.