El ingeniero Eduardo Morales Santos (1936-2014) deja su sello de gran humanista y defensor de la educación pública. Con esa visión de futuro que lo caracterizó, impulsó la creación de carreras como Medicina, Periodismo, Psicología y Arquitectura, así como una serie de proyectos para convertir a la U. de Santiago en una institución de excelencia.
A nombre de la comunidad del Plantel, el rector Juan Manuel Zolezzi expresó el “profundo pesar” ante la pérdida “de una persona que quiso mucho a esta Institución”, y el agradecimiento “por el gran aporte que Eduardo Morales realizó a nuestra Casa de Estudios Superiores”.
Eduardo Morales Santos (1936-2014) fue mucho más que un ingeniero civil electricista, ex catedrático y consejero superior de las Universidades Católica, Técnica del Estado y de Santiago. Y mucho más que el rector de la Universidad de Santiago de Chile en dos períodos consecutivos. Fue un gran humanista.
Entra a la historia institucional como el primer rector desde el retorno de la democracia, al asumir hace justos 24 años, el 17 de agosto de 1990, esta alta responsabilidad.
Desde su llegada a la rectoría de la U. de Santiago, tuvo en su horizonte inmediato transformar esta institución en una universidad completa y compleja. Tal como él mismo confesara, en esos años, había que convertir esta Universidad en multidimensional.
Estudioso, comprometido y con visión de futuro, proyectó una universidad de clase A y para ello, había que abrir y complejizar el Plantel. Así, durante los dos primeros años de mandato empezó a plantear un abanico de posibilidades que permitieran a la U. de Santiago crecer en áreas fundamentales: la ingeniería, sin desconocer la tradición histórica institucional; la educación; las ciencias médicas; las ciencias en toda su complejidad; y las ciencias sociales y las humanidades.
El desafío era tremendo, pero Eduardo Morales, lo tomó. Al cabo de sus tres primeros años de gestión, entraban en funcionamiento nuevas carreras e institutos y se reestructuraba la planta orgánica. Entre 1992-1993 comienzan a operar el Centro de Investigación en Creatividad y Educación Superior, CICES; el Instituto de Estudios Avanzados, IDEA; la Facultad de Ciencias Médicas con sus Escuelas de Medicina, Enfermería y Obstetricia; la Escuela de Periodismo; la Escuela de Arquitectura; la Escuela de Psicología; la Facultad Tecnológica; la Facultad de Química y Biología; el Programa Centro de Bioética y Salud Pública; el Programa Comenius; y el Sello Editorial de la Universidad de Santiago de Chile.
Al alero de esta nueva estructura, la Universidad se hace cargo de las demandas del país y ofrece 16 nuevas carreras, con lo que, según sus propias palabras, se estaba dando “un gran paso”, sobre todo al generar nuevos conocimientos en áreas sensibles para Chile, como las humanidades, ciencias sociales y ciencias médicas. De hecho, confesó que fue él quien habría presentado, recientemente, el proyecto para crear la carrera de derecho en nuestra universidad, idea que finalmente fue desechada por el Consejo Académico y la Junta Directiva.
Pero el posgrado no se quedaría atrás y durante sus dos períodos entraron en vigencia siete programas de magíster; entre ellos, el Magíster en Telecomunicaciones, Magíster en Ingeniería Informática, Magíster en Ingeniería Industrial, Magíster en Planificación y Gestión Tributaria, Magíster en Economía Financiera, Magíster en Gerencia Pública, Magíster en Administración y Dirección de Recursos Humanos. Igualmente, entraron en vigencia el Doctorado en Ciencias de la Ingeniería con Mención en Automática, el Doctorado en Ciencias de la Ingeniería con Mención en Ciencia de los Materiales, el Doctorado en Estudios Americanos, y el Doctorado en Ciencias con Mención en Física.
“Hoy la Universidad de Santiago de Chile se erige como una institución más completa y compleja, con la creación de la Facultad de Ciencias Médicas y las Escuelas de Periodismo, Psicología y Arquitectura. Somos una universidad Clase A según la clasificación norteamericana, que son las instituciones que tienen mejor nivel de desarrollo”, planteaba convencido del trabajo desarrollado desde el año 90 y en el marco de sus dos periodos.
Reconciliación
Quiso la historia que Eduardo Morales llegase a la rectoría en un momento político complejo. Fue el primer rector en democracia y el primero en dar un paso decisivo en cuanto a conformar la Comisión de Reconciliación Universitaria UTE-Usach, que en su informe final determinó que fueron 88 los ejecutados políticos y detenidos desaparecidos de nuestra comunidad universitaria, entre septiembre de 1973 y marzo de 1990.
Este proceso tuvo como corolario un gran acto de reparación el 4 de diciembre de 1991, cuando los familiares de las víctimas de la represión de la dictadura en nuestro campus, recibieron los certificados que acreditaban la calidad de estudiantes del plantel de sus deudos.
Primeros pasos en la inclusión
El sello distintivo de nuestra Universidad, la inclusión, da sus primeros pasos durante el rectorado de Eduardo Morales. Fue en el año 1992 cuando el Plantel da cabida a los estudiantes talentosos de colegios municipales, bonificando con un 5% el puntaje de la Prueba de Aptitud Académica (PAA), a quienes estuvieran entre los mejores estudiantes de sus promociones.
Esa alternativa se mantuvo por más de 10 años hasta que el Cruch obligó a nuestra Corporación abandonar esta forma de ingreso. Hoy, cuando un mecanismo similar es política pública (Ranking de Notas), hace más de dos décadas, era simplemente una quijotada.
Y es que Eduardo Morales soñaba en grande y planteaba que había que pensar en la universidad que queríamos a largo plazo. “La Universidad de Santiago, de aquí al 2050, debería estar entre las 100 mejores universidades del mundo”, aseveró no hace mucho.
Así era él: pensaba y soñaba la Universidad en grande, pues confiaba en los talentos, energía y compromiso de todos quienes la conformamos.
Entrevista realizada para el 20 aniversario de la Facultad de Ciencias Médicas
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En una de las últimas entrevistas registradas por el área audiovisual del Departamento de Comunicaciones, el recordado ex rector del Plantel invitaba a pensar la Institución que queríamos a largo plazo. “La Universidad de Santiago, de aquí al 2050, debería estar entre las 100 mejores universidades del mundo”, aseveró Morales en 2012.